Lucia no esperaba que el hecho de que su hermano, Juani, haya conseguido trabajo en un proyecto que cambiaría su vida, hiciera que su vida cambie drásticamente.
Donde Matias logra que Lucia vuelva a creer en el amor verdadero luego de una mala expe...
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narrador omnisciente
--me pego una ducha y cuando salga si querés vemos unas pelis, dale? -preguntó el mientras se sacaba las manos después de lavar los platos.
--dale, ya tocaba ducha mugriento, hasta acá se siente el olor
--ja, ja, sos re graciosa --contestó el y le revoleó el trapo que tenía en sus manos, para luego dirigirse al baño.
Decidió esperarlo sentada en el sillón, a los pocos segundos escuchó como "demoliendo hoteles" de Charly Garcia comenzaba a sonar desde el baño.
Se recostó en el sillón al mismo tiempo que "labyrinth" de Taylor se reproducía en su celular que seguía conectado al parlante. La parte del estribillo comenzó a sonar, y con ella aparecieron los miles pensamientos de Lucia.
'uh oh I'm falling in love, oh no I'm falling in love again, oh, I'm falling in love I thought the plane was going down, how'd you turn it right around?'
Instantáneamente la imagen de Matias aprecio en su cabeza.
Sus ojos, sus cejas, sus labios, su pelo y lo suave que se veía, lo largo que lo tenía, como siempre hay tema de conversación entre ellos, como el la escucha hablar sobre Taylor durante 20 minutos, sin dejar de prestarle atención ni por un segundo. La manera en que se siente cuando él está alrededor, el calor que siente en el pecho cuando lo tiene a menos de dos metros de distancia, la sensación de calidez que sintió al tomar su mano aquella tarde en el café. Las mariposas en su estómago cuando el la mira directo a los ojos.
La última vez que sintió algo parecido fue cuando recién conoció a Martin, pero con Matias era todo multiplicado por mil. Así que realmente nunca había sentido algo así por nadie, pero sabía perfectamente lo que significa: su cariño por Matias había dejado de ser el que sentís por un simple amigo.
Sabía que él le gustaba, pero el miedo era demasiado, tanto como para desear desde lo profundo de su corazón que todos estos sentimientos desaparezcan. En su última relación había salido demasiado lastimada, y aunque sabía que Matias no se parecía ni un poco a su ex novio su miedo seguía ahí. El miedo a no ser suficiente, a aburrir a Matias, miedo a que se canse de ella y se termine alejando, miedo a que el se de cuenta de que ella no era tan genial como el pensaba. El miedo a rechazo estaba más presente que nunca.
Cuando sintió como el ruido del agua cesaba salió de sus pensamientos y notó que sin darse cuenta había empezado a llorar, así que con una servilleta limpió el maquillaje que había manchado su cara, agarró los chocolates que había comprado más temprano y se dirigió al cuarto de Matias a esperarlo para poder ver una película.
