caballero De Rojo (Diluc y tu)

cap 22

Eyyyy muy buenas gente hermosa y bonita
Volvió su servidora

Si se que me desapareció por un año aja
Pero por lo menos no cancele la historia, a pesar de que varias veces pensé en cancelarla al final decidí ser la mejor y terminar lo que empecé.

Espero me perdonen y que les siga gustando <3

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**Narra Jean:**

Me desperté con un leve dolor de cabeza. Parpadeé, esperando a que mis ojos se adaptaran a la luz, y cuando finalmente pude ver correctamente, vi a Lisa dormida a mi lado. Recordé lo que habíamos hecho la noche anterior y cómo, de manera indirecta, me declaré a ella. Y en realidad, lo dije en serio; aunque me cueste aceptarlo, me gusta Lisa desde hace un buen tiempo. Ella siempre está ahí para mí, y no vamos a mentir, ella y yo hemos tenido lo nuestro. Creo que es momento de dar el siguiente paso.

Lisa: Buenos días, cariño —dijo dulcemente mientras me acariciaba la cara—.

Jean: Buenos días, Lisa.

Lisa: ¿Cómo dormiste?

Jean: Muy cómodo —dije, y acto seguido, le di un beso—.

Después de eso, me levanté y le dije que debía ir a mi casa a cambiarme y que la vería después en la oficina. De camino a casa, me puse a pensar en lo que realmente quería con ella y si estaba seguro de querer dar el siguiente paso.

**Narra T/N:**

Después de esa maravillosa noche, volvimos al viñedo a dormir.

Diluc: Buenos días, princesa.

T/N: Mmm... Buenos días, Diluc —le di un suave beso y me di la vuelta para seguir durmiendo—.

Diluc: Nada de eso —empezó a quitarme la cobija de encima—. Despierta, que hoy tenemos que ir donde Jean.

T/N: No quiero.

Diluc: Tenemos que.

Dicho esto, me sacó a la fuerza de la cama y me dijo que me bañara y bajara a desayunar. Lo hice de mala gana, obviamente. Al bajar, estaba el desayuno listo y Diluc esperándome para comer juntos.

Después, salimos dirección a la oficina de Jean y tocamos. Al dejarnos pasar, empezamos a hablar sobre algunos problemas internos de la ciudad y cómo podríamos ayudar en eso. Yo estaba de acuerdo con ayudar, pero Diluc no parecía muy contento con la idea de colaborar con los Caballeros de Favonius.

Jean: Por favor, Diluc, necesitamos tu ayuda.

Diluc: No, sabes que esa es mi respuesta.

T/N: Pero Mondstadt necesita tu ayuda.

Diluc: No me gusta trabajar junto con ellos.

T/N: Jean, está bien, déjalo. Yo te ayudo con estos problemas.

Diluc: ¿Tú sola? No.

T/N: Entonces no tendrás otra opción más que acompañarme.

Diluc: Tsk.

Jean: Perfecto, entonces nos reunimos en unos días para terminar de asignarles sus tareas. Por ahora, tómense estos días y disfrútenlos en pareja.

Lisa: Vayan y disfrútense, pequeños enamorados —dijo mientras entraba a la oficina—.

Diluc: Bien, vamos —me agarró de la mano y me sacó de la sala—. ¿Quieres ir a comer?

T/N: Uhm, sí, claro.

Fuimos a un restaurante a almorzar, comimos rico y hablamos un rato sobre cosas cotidianas. Pagamos (él), y al salir, escuchamos un chillido y segundos después, había una chica abrazada a Diluc.

???: ¡Sr. Diluc!

Diluc: ¿Donna? ¿Qué haces? —dijo, tratando de quitarla con gentileza—.

Donna: Dándole un abrazo a alguien que admiro.

T/N: Disculpa —dije tranquilamente—, ¿quién eres?

Donna: Eso debería preguntar yo. ¿Quién eres tú?

Diluc: Ella es T/N, mi novia.

Donna: ¿Tu... qué?

Dicho esto, se fue del lugar. Por lo que pude ver, ella estaba algo enojada, y yo, en parte, también.

T/N: ¿Quién es ella?

Diluc: Una conocida.

T/N: Pues parece que se conocían muy bien.

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