El pequeño entra en la habitación deshecho en lágrimas, aferrándose a su caperuza con fuerza, tan triste y desamparado que ahora mismo lo único que puede pensar es en morirse, ha sido utilizado por un asesino que decía amarle cuando ha tenido la poca decencia de besarle sabiendo que mató a sus padres.
Se sienta en la cama, hipando por el fuerte llanto que tiene, cosa que le ha impedido fijarse en la ventana abierta y el rastro de sangre que llega desde ella hasta debajo de la cama.
El castaño, malherido y furioso, sale con infinito cuidado de su escondite, agarrando su camiseta ensangrentada, para atrapar al pelimenta por detrás y ponerla en su nariz. Yoongi patalea asustado mientras sube sus ojos, descubriendo con horror la mirada rojiza de su amante, que le asfixia poco a poco hasta que acaba perdiendo la consciencia.
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Los hermanos Kim después de un rato de ensordecedor silencio, deciden subirle una sopa caliente a su pequeño niño, siempre le ha gustado al mayor arreglarlo todo con comida, según él, la gente con el estómago lleno, está más feliz.
Al llegar a la habitación, el plato contra el suelo hace un ruido horroroso, el rastro de sangre por la ventana y ni rastro de Yoongi.
Namjoon corre al cuarto de baño con la ínfima esperanza de que esté allí, descubriendo con pánico que tampoco se encuentra, sale del baño deshecho en lágrimas mientras va a abrazar a su hermano mayor, que tiembla de pies a cabeza, negando sin parar.
- Se lo ha llevado, se lo ha llevado – Solo puede decir eso, está ido.
- Jin hyung, por favor, reacciona, vayamos detrás de ellos, no han podido ir muy lejos, Taehyung está herido, no podrá avanzar mucho si lleva a Yoongi con él – Namjoon le zarandea.
El mayor parece salir de su trance y asiente, yendo ambos con prisa hacia fuera de la casa.
Nada más entrar al bosque, la presencia de los dos magníficos lobos que son los hermanos hace temblar a todo ser viviente de allí, intentando olfatear la sangre de su hermano, dirigiéndose rápidamente al lugar por donde el regadío de sangre está repartido.
Aunque por mucho que buscan, parece que su menor ha sido más inteligente y en el momento en el que escapó, se dedicó a regarlo todo de sangre, aunque eso le haya implicado perder mucha, ha conseguido confundirlos y bien entrada la noche, no han conseguido encontrar a ninguno de los dos.
Derrotado, el lobo negro aúlla a la luna, con un sonido tan triste que hasta el satélite parece llorar de la pena.
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Para cuando Yoongi se despierta, no consigue reconocer el sitio dónde está, solo sabe que está atado, con su caperuza puesta y todo está demasiado oscuro.
El miedo le recorre el cuerpo cuando el recuerdo de Taehyung detrás de él mirándole con esos ojos rojos le invade, intentado sin conseguirlo el desatarse, las cadenas son de metal, demasiado fuertes para cualquier ser humano, casi parece que esto estaba debidamente preparado.
Enfoca los ojos y ve aparecer a lo lejos una antorcha, se retuerce conforme la llama se acerca y observa al hombre que la lleva. Un Taehyung sonriente aparece, con el brazo vendado y una mirada cálida que Yoongi no entiende ni un poco.
Deja la antorcha en un soporte y los ojos del menor recorren el sitio, parece una especie de cueva, aunque está equipada con todo, tiene una cama que es donde está él, incluso tiene una especie de cocina, frunce el ceño con confusión, sin saber cómo es que Taehyung tiene todo esto.
- Bebé, no te asustes, soy yo – Dice meloso, sentándose a su lado.
- ¡Eres el lobo! – Gruñe, intentando alejarse de él – Ni se te ocurra tocarme.
- No he podido acabar con tu amigo Jimin – Hace un puchero que desquicia a Yoongi – Pero aquí ya no te molestará nunca más.
- ¿Dónde mierda estoy? ¡Déjame ir! – Solloza con horror cuando el mayor le acaricia un muslo – N-No me toques, por favor.
- Eres mío, no irás a ningún sitio – Sonríe con ternura – Este será nuestro hogar a partir de ahora, mi niño.
- Quiero volver con Jin hyung y Nammie hyung – Pide con tristeza – Tú mataste a mis padres.
- Eso fue sin querer, no sabía que eran tus padres – Se encoge de hombros – Era pequeño y me gustaba desgarrar cosas, ellos solo se cruzaron en mi camino.
- Además de que eres un mentiroso, si me amaras no habrías intentado matar a Jimin – Escupe con rabia - ¡Sabes que yo nunca te dejaría!
- Lo sé, pero tenía que prevenir – El semblante se le cambia a uno serio – Además, ahora sí que no me dejarás nunca.
- ¿Vas a retenerme aquí, aunque yo no quiera? – Pregunta con tristeza, agachando la cabeza.
- Sí quieres, pero estás asustado, mi amor – Asegura acercándose a su rostro.
Las manos del castaño cogen su bonito rostro y juntan sus labios, al principio Yoongi intenta zafarse, pero lo dulce de su sabor, el cuerpo del mayor encima del suyo y los latidos irrefrenables de su corazón, le hacen correspondérselo.
Es consciente de lo enfermo que está cuando sus pantalones son bajados y su extensión tragada entera por ese lobo asesino que lo tiene retenido, que lo ha alejado de todos, que ha matado a sus padres, que ha intentado hacerlo con su amigo y allí está él, gritando su nombre por toda la cueva mientras se corre con fuerza en su boca.
