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Cuando el pequeño Yoongi tenía cinco lindos añitos, pasó algo digno de causar un infarto en el mayor de todos los hermanos.

Un divertido Taehyung de 14 años jugaba con su lindo y favorito hermano en el salón, agarrándole de las mejillas una y otra vez, dándole besitos por todo el rostro haciéndole reír muy feliz por los constantes cariños al que le sometía su hermano mayor, cuando una hermosa luz roja en forma de chispas salió de las palmas del pequeño niño.

- ¡Oh! ¡Yoonie! – Grita Taehyung, que aplaude contento - ¿Este es tu don?

- ¿Don? – Pregunta el pequeño, mirándose la mano confundido - ¿Qué es don?

- Prueba a hacerlo de nuevo, mi niño – Anime el mayor.

Yoongi frunce el ceño confundido y de sus palmas salen ahora chipas rojas tan intensas como su caperuza, los ojos de Taehyung brillan de la emoción y a causa de la adrenalina que le causa el ver a su hermanito sacando colorines de sus manitas, se deja llevar y un imponente lobo blanco con los ojos rojos como la sangre se cierne sobre el cuerpecito del pequeño.

Las lágrimas de pavor acuden a los orbes negros de Yoongi que llora y chilla asustado al ver ese animal tan grande olisqueándole y rodeándole, el grito alerta a Seokjin que se lleva las manos a la cabeza cuando ve a sus hermanitos en esa situación.

- ¿Es que me quieres matar a mis tiernos veinte años? – Le regaña, cogiendo a Yoongi en brazos – Ten más cuidado, Kim Taehyung.

Yoongi se acurruca más en Jin y evita mirar a ese lobo de rostro aterrador que lo mira cómo si fuese una débil presa que está a punto de comerse, no sabe por qué, pero le aterra cómo esos dos orbes rojos le están mirando.

- Te queda terminantemente prohibido volver a transformarte delante de Yoongi – Gruñe, alejándose de él – Y estás castigado, no dormirá contigo más en una semana.

- ¡Es injusto! – Le dice Taehyung, ya transformado en humano de nuevo – Sólo quería enseñarle mi don, él puede sacar lucecitas de sus manos.

- ¿Taetae? – Solloza el pequeño en el cuello del mayor.

- Mi bebé, ven conmigo ¿Sí? – Ruega, acercándose a ellos con las manos estiradas hacia adelante.

- Lobo malo – Pucherea, escondiéndose más en Jin.

El corazón de Taehyung se estruja al ver a la luz de su vida le tiene miedo, negando con la cabeza. Namjoon también allí presente se golpea la frente, Jin le mira mal y Yoongi solo solloza en bajito, totalmente asustado.

Ese día, una nueva vida se perdió en el bosque, cosa que no pasaba desde los padres de Yoongi. Su cuerpo apareció brutalmente diseccionado en trozos por toda el área, asustando a todo el pueblo por la sangre fría y el enseñamiento al que ese lobo había empleado asesinando a esa persona.

El tiempo pasaba y la obsesión de Taehyung por Yoongi crecía a niveles que realmente asustaban a su hermano mayor, prácticamente lo hacia todo con él, dormían juntos, se duchaban juntos, le daba de comer, se pasaba el día dándole abrazos y besos, ...

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El tiempo pasaba y la obsesión de Taehyung por Yoongi crecía a niveles que realmente asustaban a su hermano mayor, prácticamente lo hacia todo con él, dormían juntos, se duchaban juntos, le daba de comer, se pasaba el día dándole abrazos y besos, algunos descuidadamente en los labios sin que se diese cuenta.

- Ha sido sin querer, Jin hyung – Se excusaba Taehyung.

Diez años después, el pelimenta ya podía hacer crecer sus propias plantas, tenía una gran habilidad con algunas artes marciales sobre todo de defensa que enseñaban en el pueblo para huir en un momento del lobo por si se le ocurría aparecer cuando iba a visitar a su abuelo, aunque jamás iba solo, siempre lo acompañaba su hermano mayor.

Que nunca se fiaba de que el lobo lo cogiera a solas en el bosque.

¿Estaba feo no fiarse de su propio hermano menor? Probablemente en otro caso sí, en este momento con Yoongi convertido en un muchacho jodidamente hermoso de piel tersa y nívea, de sedoso cabello color menta, sonrisa de gomita y una personalidad tan dura como sexy, toda precaución era poca.

Porque veía cómo Taehyung le observaba, seguía siendo aquella mirada de querer devorarlo que le echó el primer día que estuvieron juntos.

Aunque dudaba de que la forma en la que quería comérselo fuese de forma literal.

El pequeño de los hermanos tenía varios pretendientes y pretendientas en el pueblo, no sólo por su físico o su personalidad, también la habilidad de hacer aparecer todo tipo de luces, formas y recrear los más hermosos ambientes con la magia de sus manos era algo codiciado por hombres y mujer, pero claro, jamás iba solo a ningún sitio.

Su fornido y hermoso hermano mayor de cabellera castaña, tez acaramelada y expresiones serias, sombrías y duras no dejaba que nadie se acercase más de lo necesario a su pequeño.

A sus 24 años Taehyung también era codiciado por mucha gente en el pueblo, pero no tenía ninguna intención de entregarse a nadie.

Porque su corazón, su mente, su alma y su obsesión era en exclusiva de su niño, del que sus hermanos consideraban su hermanito menor, cosa que él jamás hizo, porque siempre lo miró con otros ojos.

En este momento, espera impaciente a que su amado Yoongi salga de la escuela mientras cae una violenta lluvia por todo el sitio.

Su sonrisa se forma cuando la melena verdosa de su querido se posa delante de él, saludándole con la mano, divertido y le revuelve el pelo, obteniendo el sonrojo en sus mejillas por el gesto.

- ¿Vamos, cariño? – Pregunta de forma dulce el mayor.

- Claro, Taetae – Asiente Yoongi.

- Una, dos... - Y riéndose, ambos echan a correr hacia su vivienda para evitar mojarse más de lo debido.

Aunque cuando están por llegar, Yoongi se tropieza y cae todo lo largo que es, llenándose de barro por todo el cuerpo, manchando su preciosa caperuza roja, una más grande que le ha hecho su hermano Jin hace poco.

Taehyung abre los ojos con horror y corre en su ayuda, levantándolo deprisa, pero descubriendo que se está riendo con ganas.

- ¡Corramos! – Dice Yoongi.

El mayor sonríe y echa a correr de nuevo con él en brazos, llevándolo en pocos minutos a su casa. Entra todavía con él, llenándolo todo de barro y obteniendo los gritos furiosos de Jin, para ir al cuarto que comparten ambos, cerrándolo de un portazo.

Se dirige con Yoongi en brazos al baño y cierra detrás de él, dejándolo en el suelo.

- Mi niño, te ayudaré a lavarte – Sonríe, aunque es de todo menos tierno.

- ¿Q-Qué? – Tartamudea el pelimenta, siendo desvestido lentamente por Taehyung.

- No te preocupes, mi amor – Susurra en su oído.

La cara de Yoongi se enciende por la cercanía, pero se deja desvestir con tranquilidad por su "hermano mayor".

Little red hidding hod ❣ TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora