El hermano mayor junto con el pequeño, disfrutan de una bonita tarde haciendo repostería en su cocina, a Yoongi le encanta ayudar a su mayor a hornear pasteles y así le ayuda en su trabajo de ser el repostero del pueblo, que es a lo que se dedica.
Namjoon y Taehyung tienen trabajos de campo por su imponente anatomía, como cortar madera, construir nuevas viviendas y esas cosas.
Aún no tiene claro lo que quiere hacer cuando sea más mayor, a lo mejor seguir los pasos de Jin estaría bien, en realidad la cocina se le da muy bien y ama con todo su ser ayudar a su especial hermano mayor, del que disfruta tanto su compañía, es tan gracioso y dulce que estar con él es una delicia.
Aparta una tarta de arándanos para que se enfríe, mirando con orgullo lo bonita que le ha quedado, ocurriéndosele en ese momento que ya es tiempo de ir a ver a su abuelito, hace mucho que no le visita.
Su primer impulso es contárselo a Jin, pero se detiene, quiere probar a ir al bosque solo por primera vez, sabe defenderse y tiene una bonita navaja que Namjoon le preparó hace algún tiempo por si le pasaba algo, a veces odia lo sobreprotectores que son sus hermanos para con él.
- Cariño, voy a llevar estas tartas a la señora Choi ¿Sí? – Dice Jin, guardándolas en una cesta.
- Claro hyung – Asiente.
Ve cómo su mayor se va de la casa y aprovecha para meter la tarta de arándanos en su propia cestita y unos pasteles que les han sobrado.
Va a por su caperuza y luego a su cuarto a recoger la navaja, que se guarda debidamente en la pequeña bandolera, donde también lleva una pequeña cantimplora con agua.
Baja corriendo y cogiendo la cestita, contento, sale decidido a ir a visitar a su abuelo, sin dejar una nota ni nada que avise a sus hermanos de donde se encuentra.
Se adentra en el bosque con una mezcla de excitación y miedo, su hermano siempre le acompaña y esta es la primera vez que se va a atrever a ir solo, eso le remueve de nervios y le hace querer gritar de la emoción.
"Hay que tener cuidado con el lobo" Las palabras del mayor que siempre le dice, llegan con fuerza a su mente.
La emoción se va perdiendo conforme la frondosidad del bosque le devora, haciéndole cada vez más pequeño entre los grandes árboles y los majestuosos arbustos que le rodean. Por suerte hasta casa de su abuelo no hay mucho camino y, además, él mismo se encargó de dejarlo marcado para Yoongi.
El silencio ensordecedor del bosque le abruma y sus pies comienzan a caminar con más rapidez, hasta que llega un momento que solo corre, presa del más puro pánico.
No tiene que avanzar mucho más para visualizar la casa de su abuelo, y con su último aliento, corre hacia ella, sintiéndose extrañamente a salvo cuando sus pies traspasan la verja que la rodea.
Se vuelve hacia todos sitios, acongojado por lo idiota que ha sido de querer ir al bosque solo si luego iba a pasar tanto miedo.
Suspira y se dirige a la puerta, que toca cuatro veces, hasta que la figura de su abuelo, aparece detrás de ella.
- ¡Abuelito! – Dice divertido, mirando al mayor.
- ¡Yoonie! – Saluda el guapísimo hombre.
Para ser un saludable hombre de cincuenta y cuatro años, Lee JongSuk es tan atractivo como cuando era joven, de altura imponente igual que su anatomía, con un carácter tan aterrador como dulce.
- Pasa, cariño – Dice haciéndose a un lado.
- Te he traído pastel de arándanos – Le comenta divertido, bajándose la capucha.
- ¿Y Jinnie? – Pregunta mirando por fuera.
- He venido sin él, ya soy mayorcito – Le explica haciendo un puchero.
- ¿Qué? – Pregunta atónito, cerrando la puerta – No debes hacer eso, el lobo...
- Hace mucho que no aparece, no va a pasar nada, abuelito – Dice, sacando la tarta y los pasteles de la cesta.
- Jinnie te va a castigar cuando se entere – Suspira, acercándose a la puerta de la cocina – No me quiero imaginar cómo se pondrá Taehyung.
El sudor frio recorre la espalda del menor al darse cuenta de que se ha ido sin avisar, sin dejar notas, ni nada por el estilo y que, si hay algo que al castaño le hace hervir la sangre, es no saber dónde se encuentra.
- N-No me va a pasar nada, saben que soy mayor – Tartamudea, inseguro de sus palabras.
Su abuelo lo mira desde dentro de la cocina con una ceja arqueada, cruzándose de brazos luego de haber puesto una olla para calentar agua para el té.
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Después de una rica merienda con su abuelo y enseñarle las nuevas cosas que puede hacer con sus poderes tan bonitos como inútiles, éste mismo se ofrece a acompañarle hasta la entrada al pueblo, ha oscurecido y el miedo al lobo, no desaparece nunca de sus entrañas.
Aunque nada más quisiera que encontrarlo para descuartizarlo con sus propias manos por lo que le hizo a su hija y a su yerno.
Yoongi respira hondo antes de traspasar la puerta de su casa y cuando lo hace, la imagen que tiene delante desata todas sus alarmas de peligro, puesto que sus tres imponentes hermanos le esperan de brazos cruzados, con una expresión aterradora en sus rostros, jamás los ha visto así de furiosos.
- ¿Se puede saber dónde estabas? – Gruñe Jin, mirando la cesta.
- He ido a ver al abuelito Suk – Murmura, agachando la cabeza.
- Podías haber avisado, Yoongi – Sisea Namjoon.
- Y-Yo, lo siento – Su labio inferior le tiembla y sus lágrimas acuden a sus ojos.
- Estás castigado todo lo que queda de semana sin cenar y ahora vete a tu habitación, no quiero verte ni un minuto más – Demanda Jin.
El menor asiente mientras se dirige a las escaleras, aterrado por el aura peligrosa que desprendían los tres y en especial, la de Taehyung, que ni siquiera ha abierto la boca cuando ha entrado.
Entra a la habitación, y su cuerpo se eriza cuando escucha un portazo detrás de ella, no tiene ni que girarse para saber quién lo ha dado.
- ¿Sabes qué se les hace a los niños malos, bebé? – Sisea Taehyung, a su espalda – Se les castiga.
Yoongi traga duro, intentando no temblar ante la imponente mirada que siente por su hermano en su nuca, apretando la tela de la caperuza, aterrorizado por la forma en la que será castigado.
