• 22. Los Murphy •

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Mara

Cerré la puerta de la entrada; varios pasos que provenían del comedor se escucharon en nuestra dirección, ahí apareció ella con su fino y costoso, aunque casual vestido color verde pino, su cabello perfectamente amarrado en un moño recogido, con su collar y aretes de perlas, pero sobretodo eso, su sonrisa tan perfecta como hipócrita. Mamá sostenía una copa de vino en su mano izquierda mientras que su mano derecha permanecía en su cadera.

—Hasta que por fin deciden venir—, a pesar de tener una sonrisa su tono era más gélido de lo normal combinado con irritación—. Quitense esos trapos, los quiero en el comedor en menos de diez minutos ya nos avergonzaron bastante a su padre y a mí.

Y sin esperar respuesta, se giro sobre su eje y comenzó a caminar dejando por cada paso el eco de sus tacones.

—Vamos antes de que se vuelva loca—, sugirió Jack a lo que solo asentí.

Ambos caminamos rápidamente a las escaleras dirigiéndonos a nuestras habitaciones para comenzar a cambiarnos, escuché la puerta del cuarto del Jack—el cuál estaba frente al mío— cerrarse a mis espaldas. Entré a mi cuarto cerrando la puerta mientras me acercaba al armario buscando un atuendo para la reunión que se estaba desarrollando en el comedor; tome mi vestido azul y mis tacones negros.

Comencé a desvestirme de la manera más rápida—y violenta— para ponerme el vestido y los tacones en tiempo récord, me dí una mirada frente al espejo de mi tocador peinando mi cabello y colocándome un poco de maquillaje. Caminé hasta la puerta y volví a abrirla, la de Jack también se abrió dejando ver su ropa; unos pantalones de vestir de color negro junto con su camisa azul cobalto—como mi vestido—arremangada hasta los codos y unos zapatos deportivos (es Jack que esperan) de color blanco.

—¿No tenías otra camisa?— Pregunté mientras caminaba por el pasillo a su lado para llegar hasta las escaleras.

—¿No tenías otro vestido?— Replico, bajamos las escaleras rápidamente.

Ambos acomodamos nuestro cabello a solo unos pasos de llegar al comedor mientras poníamos nuestra mejor sonrisa.

«Que comience el show de la familia perfecta»

—Disculpen haberlos hecho esperar—, hablo Jack.

—Si, la escuela nos tiene ajetreados—; lo seguí mientras nos sentamos en la mesa junto a nuestros padres, observé a la pareja que estaba frente a mi con una sonrisa—. Gusto en verte, Lizzie.

«No tengo ningún gusto en verte, Lizzie»

—Igualmente, Mara.

—Jack, Mara— ambos miramos a nuestro padre quien comenzó a hablar—; ellos son Murphy, los padres de Lizzie y nuestros socios.

—Encantados—, soltamos Jack y yo al unísono.

—Ellos están aquí para conocerte Jack—, continúo hablando.

—Mi esposa y yo queríamos conocer a nuestro futuro yerno—, informó el señor Murphy con su tono grave.

Le dí una mirada rápida a Jack, él cual solo arrugó el ceño levemente.

—Jack, no sabes la cantidad de veces que Lizzie habla sobre lo guapo que eres y lo mucho que le alegra que tú seas su prometido.

«Tiempo fuera, ¿estoy escuchando bien?»

Las alarmas de emergencia comenzaron a encenderse en mi cabeza, ¿prometido? Hasta donde ambos teníamos entendido solo iba a ser un noviazgo por conveniencia—claramente de nuestros padres— y luego solo relaciones entre las empresas. Jamás habían dicho algo sobre una boda, un sabor agrio se instaló en mi garganta.

El Club Del Periódico ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora