• 7. La reunión •

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La mañana en la escuela había transcurrió tranquila, no hubieron problemas en la creación del ejemplar, ni bromas desagradables de Mackenzie y por alguna razón el desgraciado actuó de una manera mas soportable de lo habitual, creo que este fue el día más normal que pude tener en la escuela. Mire por la ventana de mi cuarto al sol ocultarse, deje el libro de "Antes de diciembre" en la estantería que estaba cerca de la ventana.

Tome mi teléfono que estaba sobre la cama, me puse mis pantuflas de unicornios y salí por el pasillo hasta la sala; mamá como siempre sentada en la mesa frente a su laptop haciendo su trabajo mientras que yo me paseaba por la casa en pijama-—cosas de todos los días desde que recuerdo—, camino hasta la cocina y tomo un vaso para beber agua.

—¿No te vas arreglar?—Mire a mamá, ella seguía con la mirada en su laptop escribiendo—. Tu novio vendrá pronto.

«Novio»

Aún no me terminaba de acostumbrar a ese término para el desgraciado, pero no podía hacer mucho, había aceptado ayudarlo con esta mentira así que debía tolerar que lo llamarán así.

—¿No puedes cambiar de opinión y no dejarme ir?—Pregunté con la esperanza de que aceptará.—Nos quedaríamos juntas, veríamos una película y luego a dormir, así de fácil.

—Layla—, su tono era severo—, vas a ir, ¿que no me habías dicho que las protagonistas de los libros no se quedaban encerradas? Tu está escribiendo tu propia historia, eres una adolescente que debe vivir y tener sus propias expectativas.

—No uses mis palabras en mi contra.

—Soy tu madre, hago lo que quiero señorita. Y si no vas ya no te comprare más libros.

Solté un gemido de frustración.

—Pero mamá—, quise decir algo más pero me dio una mirada de advertencia que me hizo callar enseguida, apreté los labios—, bien iré.

—Me alegro mucho—, mamá volvió a escribir en su laptop con una sonrisa de boca cerrada.

«Que manipuladora, mamá»

Volví a mi cuarto y cerré la puerta, me acerque al armario abriéndolo y comencé a sacar prendas de ropa, mi habitación—que antes estaba perfectamente acomodada—se volvió un caos en un pestañeo, ropa tirada por todas partes al igual que mis zapatos. Había comenzado a probar ropa pero ninguna me convenció, tome mi última opción, me puse la falda de cuero y el top blanco, me mire en el espejo.

No me veia horrible eso es un avance, me puse mis botas de tacón y comencé a maquillarme, el tiempo paso volando mientras me arreglaba y ordenaba mi cuarto a la vez. Me detuve en seco al escuchar unas risas provenientes de la sala, guarde todo y si una última mirada en el espejo mientras acomodaba mi cabello. Tome mi bolso y salí de mi cuarto llegando a la sala, la escena ante mis ojos parecía sacada de película; mamá estaba sentada a un lado de Jack hablando gustosamente con una sonrisa que no me daba ni a mi que soy su hija.

—Layla, ¿Por qué no me habías dicho que tú novio aparte de guapo era tan educado?—Pregunto mi madre mientras me mira y ponía su mano sobre el hombro de Jack.

«¿Guapo y educado?¿Donde esta el desgraciado que conozco? Porque ese que está en mi mueble no es»

—No he tenido el tiempo—, mentí mientras le sonreía—, ¿Nos vamos?

Jack asiente y se levantó del sillón.

«Ay por la bendita madre de todos los desgraciados. ¿Por qué se ve tan bien? Layla no, el no se ve bien, eso jamás»

Su camisa azul oscuro estaba arremangada un poco más arriba de los codos, combinando con sus pantalones vaqueros negro, su cabello estaba despeinado pero no tanto dándole un aire relajado. ¿Por qué de repente siento que hace calor? Debe ser mi imaginación.

El Club Del Periódico ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora