AMOR, AMOR 𝑓𝑡 matias recalt.

VII

Matias fue el primero en abrir los ojos, le dolía la cabeza pero no tanto, se tomó una pastilla para evitar que se intensificara y suspiró antes de levantarse de la cama. Ya eran los últimos días de rodaje en la montaña, Cher y él no habrían tenido ningún otro contacto más que amistoso y profesional. Lo que sí notó era que Esteban se le acercaba mucho, lo que le daba bronca.

Cher tenía apenas 22 años, apenas uno más que Matias, pero a él le molestaba que Esteban fuese mayor que ella... O eso decía. La verdad es que tenía celos, nada más.

Blas le ayudaba a sobrellevar la situación, a pesar que Blas tampoco tenía idea. Era muy jóven y el único chupón que le habían hecho fue Esteban jodiendo.

— Mati, ¿Viste a Cher? —preguntó Juani desde la puerta. — No la encuentro por ningún lado.

— Creo que está en el jacuzzi con Pau. —respondió sin sacar la vista del bloc de notas—.

Juani se fue a buscarla pero antes que pudiera poner un pie en la escalera para bajar una mano lo detuvo. Al girarse se encontró con Mati, con cara de dormido pero alertado.

— ¿Por qué?

— No, por nada, tengo chismecito nuevo. —el rubio se rió y después se encongió de hombros—.

— Ah, si la ves decile que venga.

Sin decir más Matias se volvió a meter en la habitación, dejando confundido a Juan, que frunció el ceño y continuó su camino al jacuzzi.

Efectivamente ahí estaba ella, charlando con Paula mientras disfrutaban de las burbujas. Él se acercó y se sentó en el borde una vez saludó a Pau. Cher lo miró con una sonrisa y preguntó qué pasaba, a lo que él no pudo evitar sonreír y emocionarse por contarle todo lo nuevo que sabía. La mayor parte del tiempo habló de cosas que ellas ni entendían.

— Te tenés que abrir twitter, boluda. —dijo mostrandole algunos tuits. — Es lo más.

— Ay yo tengo. —habló Pau con una sonrisa. — Ni lo uso igual.

— Mhm, no sé. Ni siquiera instagram uso con frecuencia ya.

— Y no, si ni te sacas fotos con Mati ya. Subías cosas con él nada más. —suspiró Juani—.

— Ay, ¿Qué estás insinuando Juan Ignacio? —cuestionó Paula—.

— Parecen novios, que se yo. Ah, me dijo que te diga que vayas a la habitación.

Cher asintió sin darle más importancia a la situación y salió del agua para taparse con la toalla de inmediato por el choque de temperaturas y el frío que le causaba. Con la piel de gallina y sin molestarse en secarse por completo subió las cuantas escaleras que habían.

Cuando entró en la habitación la falta de alfombra hizo que resbalara y se fuera de culo al piso, entreteniendo a Matias que se rió con fuerza mientras la ayudaba a levantarse, cargandola como princesa para recostarla en su cama.

El castaño guardó su cuadernito en un cajón y se sentó en la cama de enfrente, sin saber que decir pero con ganas de hablar de todo.

— Hace un montón no hablamos mucho. Dame bola pedazo de fiera.

— Perdoná, Matu. —respondió sin mirarlo a los ojos. — Es que la cosa se puso rara.

— ¿Rara?

— Y sí, desde el beso... No sé me es raro, no la quiero cagar con vos.

— ¿Raro? Porque no te gusto.

Matias suspiró y golpeó sus muslos antes de levantarse hacia la puerta, Cher lo dudó pero se levantó a detenerlo. Sus ojos grises se cruzaron con los suyos marrones inexpresivos.

— No es eso, pero si no me gustaras tampoco te da derecho a enojarte conmigo. —su mano agarró el antebrazo del chico con fuerza. — No quiero que en algún momento terminemos mal y se cague la amistad tan linda que tenemos.

— Nena, si ya estás pensando en un futuro que no te gusta no vas a poder concretar nunca nada, no pienses a futuro.

— Es una posibilidad, no quiero que pase eso.

— Me estás lastimando. —susurró Matias antes que ella lo soltara. — No lo pienses más.

Recalt la agarró por los cachetes y acarició uno de estos antes de darle un beso corto en la boca. Ella sintió la sangre subirle a la cara pero se separó enseguida.

— Daaale, no seas mala. —él se las arregló para agarrarla de la cintura y pegarla a sí—.

— Por ahora vamos a quedar como amigos.

— Está bien.

Matias no dijo nada más y se separó de ella para irse de la habitación, dejandola con una última palabra en la boca.