Capítulo 1

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Salir a la ventana y verle corriendo, es una de mis imágenes favoritas, oír las olas del mar, y ver como sus rizos se mueven debido al viento era mi pasatiempo preferido, sacarle fotos para después verlas todo el día, y fantasear con poder ponerlas de fondo de pantalla sabiendo que nunca iba a pasar.

-Estás lista?- mi madre entra en mi habitación y yo salgo rápidamente del balcón- Edda en media hora tienes que estar en clase y ni siquiera te has vestido.

-Lo siento- rápidamente entró en el vestidor donde me encuentro el uniforme perfectamente planchado y estirado para que no se arrugue.

-Apura, porque tu padre tiene una reunión importante y será quien te lleve a clase- dice mientras da una mirada a la habitación- pediré que cambien las sábanas- me da una última mirada y se dirige a la puerta de salida- después os va ha recoger Sergi.

-Héctor va ha clase?- últimamente no suele venir, está casi siempre entrenando y se le complica.

-Va para el examen, así que después vuelves con ellos- mi madre se va cerrando la puerta, algo raro en ella.

Me arreglo rápidamente, hago la mochila a las prisas y bajo corriendo a la cocina.

-Nos vamos- dice mi padre desde la puerta de entrada.

-Llévate estas galletas para el camino- me dice Alicia, o como yo la llamo nana.

Cojo el paquete y voy al garaje donde veo a mi padre y a mi hermana ya montados en el coche.

-El día que llegues bien de tiempo te compro una moto.

-Pues ese día llegará así que yo no lo diría muy alto.

-Eres incapaz de ir bien de tiempo, no sé qué haces tanto tiempo metida en la habitación- dice Duna para picarme.

-Y a ti qué te importa- respondí a la defensiva.

Siempre me han gustado las motos, siempre soñé con tener 17 años y poder sacar el carnet de moto, y ahora que ya tengo esa edad no he podido sacarlo. Según mis padres es el medio de transporte más peligroso y no están dispuesto a perder una hija en ese aparato.

-Que tengas un buen día- se despide mi padre.

Entro al instituto y como voy sobrada de tiempo me siento en un banco para tomar las galletas, en el coche lo tengo prohibido.

-Hola- me giro y veo a Lara una compañera de clase- viste a Pau.

Pau y ella son novios aunque muy tóxicos, son los demasiado celosos. Se han puesto los cuernos unas 20 veces, además que son los demasiado clasistas. Si estoy con ella es porque no hay nadie que me caiga verdaderamente bien, en este instituto son todos demasiado tontos.

-No, al final vas a la fiesta de Celeste?

-Por supuesto, además me han dicho que los jugadores del Barça también van- me dice ella para sentarse a mi lado y repasarse el pintalabios.

-Tienes novio.

-Y vista también- el timbre suena y entramos las dos en clase.

Intento atender peor es imposible, mi mente está dándole vueltas a la imagen de Héctor corriendo y a las palabras de Lara " los jugadores del Barça también van".

La mañana pasa relativamente rápido, a última tengo examen de economía, y aunque no he estudiado mucho creo que me va ha salir bien.

-Fuera relojes, las chicas os recogéis el pelo, las mochilas al fondo de la clase y por orden pasáis por la mesa a coger el examen y un bolígrafo, el tipex está prohibido- repite las misma indicaciones de siempre.

Todos hacemos lo que nos ha indicado, a mi lado el sitio está vacío, y es que no creo que Héctor venga. Leo todo el examen y cuando voy a empezar a escribir el sonido de la puerta abriéndose me lo impide.

-Puedo pasar- dice sonriéndole a la profesora.

-La última vez que llegas tarde a un examen y en ropa de calle- el coge el examen, un bolígrafo y viene al sitio de al lado mío.

-Suerte princesa- me dice siempre lo mismo- aunque no la necesitas- sonrío para mis adentros y me centro en el examen.

Noto la mirada de Héctor sobre mi examen varias veces, sé que me está copiando y ha llegado un punto en el que ya ni me importa, por eso siempre se sienta a mi lado.

El timbre de finalización de clases suena y a mí aún me queda un ejercicio. No lo entiendo muy por lo que lo leo varias veces.

-En cinco minutos hay que entregar- dice la profesora mientras empieza a recoger todo.

Sigo sin entender el ejercicio y me estoy agobiando, no sé si es el párrafo de la página 32 o el de la 35.

-32a dice Héctor mientras pasa a mi lado para irse, antes de salir me guiña un ojo.

Le hago caso y rápidamente respondo el ejercicio, al acabar entrego y salgo de clase. En la puerta del instituto está Héctor esperándome.

-Que tal?- me pregunta mientras vamos en busca del coche de su padre.

-Bastante bien, tu qué tal?

-Deje dos en blanco porque no entendí tu letra, y el resto bien- encontramos el coche y nos sentamos- respondiste el último ejercicio?

-Si, gracias por la ayuda- abro la puerta del coche y entro- hola.

-Hola, qué tal el examen?- nos pregunta Sergi.

Héctor y yo respondemos con un simple bien, el resto del camino lo paso mirando el teléfono.

-Gracias por traerme- me despido y voy a mi casa.

Su casa y la mía están al lado, así que voy andando. Nuestros padres son mejores amigos, además mi hermana y su hermano son pareja así que veo a Héctor demasiadas veces.

Al entrar saludo a Canela, mi perrita y subí rápido a mi habitación a dejarlo todo. Voy al comedor y veo que no hay nadie.

-Voy a comer sola?- le pregunto a mi nana.

-Si- me da una mirada de comprensión, y es que últimamente esto se ha hecho costumbre- tu hermana está en casa de Mateo, tu madre quedó a comer con Orquídea- una diseñadora con la que trabaja- y tu padre tenía una reunión muy importante.

Asiento y como en silencio, a pesar de estar sola no puedo utilizar el teléfono, otra de las reglas absurdas de mis padres.

-Estaba rico- me pregunta Ana la cocinera.

-Si, gracias- subí a mi cuarto y me encuentro una llamada perdida de Héctor y varios mensajes. Se ha enfadado y creo saber el porqué.

Nos leemos el viernes con el capítulo 2, espero que os esté gustando la historia. Un saludo.

Veneno y Envenenados|| Héctor FortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora