Capítulo 30

172 13 1
                                    

Dos rayas

Meses antes...

Cuando llegué a Málaga solo podía pensar en lo mucho que iba a cambiar mi vida, por fin iba a cumplir mi sueño de ser independiente, solo me faltaba cumplir los 18.

Lola estuvo una semana conmigo, gracias a ella se me hizo más ameno el cambio, esos días lo llevé genial.
Juntas investigamos la ciudad, vi dónde estaba la uni, y los lugares esenciales para vivir como supermercados, farmacias y el centro de salud entre otros.
El problema fue el día que se fue Lola, de repente me sentí sola, había un vacío abismal. En ese momento me di cuenta que estaba sola.

Me frustre, lo que siempre fue mi sueño ya no me gustaba, me daba miedo. Me agobié y me eché a llorar, solo lloraba, pensaba en él y lo mal que lo estaba pasando. Yo me fui, le abandoné y Marc su mejor amigo ahora vivía en Inglaterra, la situación era devastadora.
Lola me hacía updates de como lo llevaba, pero eso no me ayudaba, tanto ella como Héctor estaban mal y los entendía porque yo estaba igual o peor.

El día antes de mi cumpleaños decidí hacer una locura, estaba harta de estar sola en Málaga, de solo colocar cajas y más cajas, se supone que el fin de semana vendrían mis padres y mi hermana a visitarme pero yo necesitaba volver a Barcelona.
Si iba a mi casa sabía que no podría volver así que recordé las llaves que me dio Héctor, al final descubrí que eran de su piso donde vivía ahora solo.

-Voy a coger un avión- dije para mí misma en alto.

Compré un billete de ida para el domingo a las 8 de la tarde y el de vuelta para el lunes a las 2 del medio día, solo estaría una noche allí, en mi ciudad.

-Lola mándame la ubicación del piso de Héctor- le dije por llamada.

-Para que?- se notaba que estaba sorprendida por mi petición- me das miedo Edda.

-Voy a enviarle una sorpresa- una verdad a medias, iba a llegarle una sorpresa pero la sorpresa no era un paquete, la sorpresa era yo.

-Vale te la paso- me envió la ubicación de un piso a las afueras.

Hice una mochila con cargador del móvil, la cartera, los cascos, las llaves y un recambio de ropa interior. Salí de casa y me monté en el avión.
Una 1h y 40 minutos después estaba otra vez en mi ciudad, era de noche pero había un montón de gente por la calle, pedí un taxi y le di la ubicación que me había enviado mi amiga.

Al llegar le pagué al taxista y me bajé del coche, allí frente al portal del edificio me entró el agobio. Quizás no había sido buena idea, tal vez en estas dos semanas había encontrado a otra, o estaba ocupado. El miedo entró en mi cuerpo haciendo que mi mente pensase en otras opciones, la casa de Lola, la de Celeste o la de mi hermana eran las opciones que tenía para salir de allí.

-Te dejo abierto- un chico acababa de salir del edificio.

Yo asentí por inercia y entré, probablemente no habría entrado pero esa persona preguntándome hizo que me animase, no tenía nada que perder.

Subí hasta el piso que ponía mi amiga, en el ascensor aproveché para peinarme y adecentar mi aspecto.
Iba a ver a Héctor que ya me había visto de la peor de las formas pero aún así quería dar una buena imagen.

Llegué al rellano y en la puerta de enfrente ponía una B, 4B, el piso de Héctor. Metí la llave que tenía rezando porque abriera la puerta, quizás era un poco raro pero él me la había dado. Gire dos veces la llave y la puerta se abrió dejándome ver a Héctor de pie a unos 10 metros de mi.

-Ed- su voz salió con un susurro pero yo lo escuché, su voz provocó que las lágrimas volvieran a bajar por mis mejillas.

Se acercó a mí y me envolvió en sus brazos, acarició mi espalda y besó mi pelo, gestos que me hicieron sentir frágil y débil.
Cerró la puerta y me llevó al sofá, me quitó la mochila u se sentó a mi lado, me agarró la cara y me miró fijamente como si estuviese analizándome.

-Que ha pasado?- su voz sonaba relajada, intentando trasmitir una clama que necesitaba.

-No sé, me sentía sola y pensé en ti y se me ocurrió la idea- me limpió los mocos con un papel que me ofrece- tenemos unas 15 horas antes de que salga el vuelo de vuelta.

-Pues las vamos a aprovechar- estampa su boca en la mía, nos besamos con pasión demostrando lo mucho que nos echamos de menos y las ganas que nos tenemos.

Héctor empieza a quitarme la ropa y yo a él, recorre mi cuerpo con su boca y al llegar a mi clitoris me hace el lala, chupa lo que quiere pero de repente se separa, me mira fijamente y noto como su miembro entra en mi interior, dando unas estocadas antes de que llegue al orgasmo. Sabiendo que él se quedó a medias le hago una paja haciendo que él también se corra.
Esto solo fue el principio a la mejor noche de mi vida, lo hicimos en la cocina y en la habitación.
Y a la mañana siguiente en el baño, disfrutamos como si fuese la primera vez sin saber las consecuencias que eso tendría.

No pensamos lo que podía acarrear, nos dejamos llevar sin procesar que eso podría suponer nuestra perdición.

-Edda leí tu carta- me dice Héctor- tus palabras levantaron sospechas y me hice una prueba de paternidad con Sergi y efectivamente salió negativa- se le notaba triste- no es mi padre por lo que no somos hermanos.

Antes de irme empecé a pensar en porque la prueba que nos hicimos salió negativa y lo único que tenía sentido era que no tuviésemos el mismo padre.
Fui una cobarde porque no se lo dije a la cara, solo pude escribirlo en un papel.

-Lo siento- en 10 minutos tenía que embarcar- Héctor llámame, mándame mensajes, cuéntame tu vida, yo veré tus logros desde Málaga, pero no llores, no por mí no lo merezco.

-Disfruta te lo mereces- me da un pico- eres la mejor y no te mereces nada de lo que te ha pasado, si me necesitas llámame y sabes que iré, solo te pido una cosa- agarra mi cara haciendo que nuestros ojos se encuentren- no te olvides de mí.

Fin

🖤❤️‍🔥🐼🐨🦭☘️🪻🥀🌘⚡️❄️🥥🍒⚽️🌃💌

Espero que os haya gustado, esta noche o mañana os subiré una sorpresa.
Edda y Héctor son dos personajes que quiero muchísimo pero ahora mismo no encuentro mucha inspiración, aún así la historia no acaba aquí.
Un saludo❤️

Veneno y Envenenados|| Héctor FortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora