Capítulo 12

356 15 2
                                    

Las siguientes semanas a la discusión no fue a clase, no pregunté preferí no saber, pero por lo que escuché tenía entrenamiento aunque no me lo creo de toddo. Tengo muchos mensajes de Lola y Marc pero preferí no responder, supongo que estarán del lado de Héctor cosa que entiendo.

Mi vida se ha reducido a estudiar y comer porque dormir ultimamente me hes imposible, al cerrar los ojos en mi mente se repiten las palabras de Héctor y las mías, veo su cara de decepción y tristeza.

-Edda que tal el examen?- acabo de hacer el ultimo examen de 2 de bachillerato.

-Bien aunque era un poco complicado- le respondo a Celeste, tengo que admitir que en el fondo no es tan mala como pensaba.

-Me alegro- su novio llega a su lado y se van, salgo de clase para irme y allí en una esquina están Lola, Marc, Kala, Héctor.

Para mi mala suerte mi hermana está hablando con ellos y ella es quien me viene a buscar, al acercarme escucho sus carcajadas, la envidia y la tristeza me recorren, el deseo de poder formar parte del grupo, de volver a ser feliz.

-Que tal?- me pregunta Duna al verme llegar.

-Bien- respondo y me meto en el coche.

Noto su mirada sobre mi cuerpo, y aunque probablemente todos me miren yo solo percibo la suya y al girarme lo compruebo. Sus ojos café chocan con mis ojos color miel, la tristeza y el dolor está presnte en sus ojos a pesar de que hace unos segundos estaba sonriendo. Lo que me rompe es ver un ápice de odio y aunque ese era mi propósito me duele, deule ver que la persona que amas te odia.

-Si quieres el día de la EVAU podemos ir juntas- me dice Lola antes de que entrar en el coche.

-Gracias, pero no sé- no tengo fuerza suficiente para mirarles a la cara después de lo que le hice a Héctor.

Mi hermana se despide y nos vamos.

-Que te pasa con ellos?- me mira rapidamente.

-Nada, simplemente dejé de llevarme- intento no llorar pero no está siendo fácil.

-Si claro y ahora te llevas con Lara, Edda a  mi no me mientes- se que a ella no le puedo mentir.

-Nos reconciliamos y ya- me excuso queriendo evadir el tema.

-Edda porque no te hablas con Héctor- el hecho de nombrarle derrumbó mi mundo, destryó el muro que había construído.

Las lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas, mi respiración se descontroló y por mi mente solo pasaba tolo lo que le dije, el momento en el que destruí a Héctor, el te amo que me dijo, su cara de decepción y esa lágrima bajando por mi mejilla.
Duna aparcó el coche en el primer sitio que vió y me abrazó, dejo que me desahogara, me acarició la espalda para tranquilizarme sin más preguntas, simplemente dándome apoyo, el único problema fue que mi respiración no se tranquilizaba, esa sensación de no tener aire de ahogarme, esa angustia en el pecho las ganas de gritar para intentar coger aire, me estaba dando un ataque de ansiedad.

-Edda tranquila- en la cara de mi hermana vi como el miedo estaba presente, el agobio de no saber que hacer- necesito que respires tranquila- intentaba hacerle caso pero no podía, sentía que me moría.

-Héctor- fue lo único que logré decir.

Mi hermana lo llamó y sorprendentemente el le respondió al segundo toque, el hecho de escuchar su voz me ayudó, me tranquilizó.

-Hola Duna, que pasó?- fue lo que dijo al descolgar.

-Héctor mi hermana- estaba tan nerviosa que no podía explicarse bien- no respira.

-Donde estáis?- note la preocupación en su voz.

-En la puerta de la urbanización.

Mi respiración era más normal aunque seguía un poco alterada. A los minutos lo vi llegar corriendo, como pude me bajé del coche y me tiré a sus brazos, me apretó contra su pecho y el hecho de oir su corazón latir me tranquilizó aún más. Podía respirar bien pero las lágrimas seguían bajando por mi mejilla, me encantaría quedarme así toda la vida pero no podía, y con todo el dolor del mundo me separé de él.

-Gracias- fue lo único que pude decir.

-Estás bien?- yo solo pude asentir- que pasó?- su voz era dulce intentando tocar el tema sin presionarme.

-Nada, me agobié por los examenes- le miento y miro a mi hermana- nos podemos ir a casa, quiero empezar a estudiar para la EVAU.

-Edda- se que quería hablar allí del tema pero yo no estaba dispuesta- no estás bien.

Al ver sus intenciones me fui, entre en la urbanización y andando llegué a mi casa, al abrir la puerta de casa me fui directa a la habitación, me encerré y volví a llorar, lloré tanto que me dormí.
Al despertar ya era de noche salí al balcón y lo vi, estaba en la playa mirando a la luna, una luna llena preciosa. Mis ojos solo podían mirarle, era mi adicción, mi veneno y mientras no encontrara el antídoto estaría enganchada a él, sintiendo que moría por el.
Miré a la luna y desee meterme en su mente, poder estar con él una noche más, deseé saber si piensa en mi al igual que yo en él, recordé la canción BB de Saiko describía a la perfección la situación.
Cuando volví a mirar a la arena ya no estaba, se había ido, rapidamente sin que pudiera verlo, como nuestra relación, se fue rapidamente sin poder asumirlo sin tiempo a aceptar lo que había pasado.

Entré en mi habitación, encendí la lámpara de mi escritorio y escribí una carta, en ella expresaba todo lo que sentía por el, todo lo que habíamos vivido, desde que empecé a sentir cosas por él hasta hoy. Una carta que probablemente él nunca podrá leer, una carta que se quedaría en estas cuatro paredes.

"Luna, tú que la ves dime si
Antes de irse a dormir piensa en mí"

Veneno y Envenenados|| Héctor FortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora