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El auto que tenía era un cacharro que debió haber sido destruido y vendido por chatarra hace ya tanto tiempo que ni siquiera se sorprendía de que todo lo que tuviera que ver con su reparación o repuestos fuera un proceso tan lento como una maldita tortuga. Porque el maldito no solo se echaba a perder, sino que también precisaba de repuestos tan difíciles de encontrar que hacía que Yeosang se preguntara si en realidad valía la pena conservarlo o no.

La otra noche después de ir a dejar a Jongho a casa, cuando ya se devolvía a su departamento bastante feliz y satisfecho, notó que algo sonaba más que de costumbre en la parte delantera del auto. No sabría decir que cosa era exactamente porque nunca supo nada de mecánica, así que apenas tuvo un poco de tiempo llamó a Lee Know para que le ayudara a llevarlo a algún mecánico de confianza o algo así, pero Lee Know tan amable como siempre, le dio una revisada él mismo y supo cuál era el problema, compró el repuesto y ahora lo tenía allí en el estacionamiento del edificio, con su pantalón de traje y camisa arremangada hasta el codo poniendo la pieza en el cacharro.

Era una imagen demasiado sexy como para ser ignorada.

— Te he dicho mil veces que debes cambiar este auto, Yeo.

— Sí, lo sé. — Respondió con la vista pegada en los brazos del mayor. — Pero no quiero hacerlo hasta que muera, sabes que le tengo cariño.

— Es solo un auto, bien puedes apegarte a otro.

— Yo podría prestarte. — Dijo limpiándose las manos en una camisa vieja que Yeosang le pasó-.

— Gracias pero no, no quiero deberte dinero.

— Para mí no sería un problema. — Cerró el capot del auto. — He hecho un negocio con un empresario muy exitoso, al comienzo no tenía idea quién era pero a medida que conversamos un poco más, me di cuenta de que el mundo es realmente pequeño sin importar el lugar donde esté. — Yeosang frunció el ceño confundido. — Es el padre de Jongho, lo conocí en Estados Unidos mientras acompañaba a un cliente.

¿Pero qué? de todo el mundo, de los millones y millones de personas que que habitaban el maldito mundo, Lee Know venía a conocer al padre de Jongho y trabajar para él. Jongho no iba a estar muy feliz.

— Conozco al señor Choi, lo ví un par de veces en las reuniones con los padres. — Dijo Yeosang. — Y en realidad espero que no le hayas dicho que golpeaste a Jongho, porque si su hijo te golpeó, el padre te dará una paliza.

— ¿De quién habrá sido la culpa de eso?

— Pues de ustedes dos, par de animales que no saben hablar y se van a los golpes. — Respondió con simpleza. — ¿Ya está listo mi auto?

— Pues sí, al menos de lo que yo le estaba arreglando pero de todas formas deberías llevarlo al mecánico para que le hagan una revisión completa. — Dijo el mayor terminando de limpiarse las manos. — Más vale prevenir.

— Lo tendré en cuenta, Lino. — Mintió. — ¿Cuánto te debo? — El mayor de cruzó de brazos con una expresión molesta en el rostro. — ¿Qué?

— No hago esto para que me pagues, lo hago porque te quiero y me preocupo por ti.

— Ah si, bueno... en ese caso. — Yeosang cambió de un pie a otro sintiendose incómodo. — ¿Quieres subir por una cerveza?

— Claro. — Sonrió animado-.

— Es lo mínimo que puedo ofrecerte después de todo.

Había muchas cosas de las que Yeosang no estaba muy seguro en su vida en general, pero si de algo tenía seguridad, era de que quería mucho a Lee Know y que le debía muchísimo por ser siempre el buen hombre que seguía siendo con él, porque cualquier otra persona lo hubiera mandado al diablo después de saber que le había sido infiel mientras estaban comprometidos excepto él, Lee Know era muy distinto.

El Alumno Favorito [JongSang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora