Epílogo

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Los minutos que pasaban mientras esperaba a unas pocas cuadras del la casa de Jongho se estaban volviendo casi una eternidad. Esperar a que el menor saliera de allí con sus maletas era una completa tortura porque sabía que las cosas no serían tan fácil como que le dijera a su padre que se iría a Colombia, un país a millones de kilómetros y con ese mismo ex profesor que había osado profanarlo. Por supuesto que el padre de Jongho no estaría contento.

Y aunque por un momento quiso acompañarlo y tratar de hablar civilizadamente con el hombre, fue el mismo Jongho quien le dijo que iría solo porque era algo que le correspondía a él hacer solo, en primera por qué era un "hombre" capaz de solucionar sus propios asuntos,y es segunda porque ahora que era mayor de edad podía dar su opinión y está debía ser escuchada porque ahora estaba a cargo de su propia persona.

Yeosang estaba de acuerdo pero solo a medias, porque Jongho le seguía pareciendo el mismo mocoso que lo había conquistado mientras le daba clases. El mismo mocoso adorable y exquisito que de le metió en el corazón como ningún otro y que ahora lo tenía allí mordiéndose las uñas de los puros nervios.

Estaba mirando en todas direcciones en esa esquina solo porque no podía quedarse quieto, y estaba casi seguro de que más de alguna persona pensó que era un delincuente apunto de perpetrar un delito, pero su paranoia no pudo avanzar mucho más debido a un mensaje que hizo sonar su celular.

"Espérame en el aeropuerto, llegaré allí. Todavía tengo un par de cosas que resolver y no puedo responder por la actitud de mi padre si es que te ve cerca de la casa".

Se debatió un par de segundos entre hacerle caso, mandarle un mensaje de vuelta pidiendo más detalles o solo quedarse allí como habían acordado en un comienzo, sin embargo,y haciendo caso a eso de que Jongho quería ser tomado ya como un hombre grande, decidió que debía confiar un poco más en él. De modo que caminó alejándose de la esquina en la que había estado e hizo parar un taxi que lo llevara a él y su maleta al aeropuerto para esperar por el menor.

De todas formas no pensaba irse sin él.

El taxista creyendo que sería una buena idea y que demostraría lo amable que era, comenzó una plática ligera que se extendió mucho más de lo que Yeo hubiera esperado, a pesar de que le estaba respondiendo cada vez de manera más cortante y miraba constantemente por la ventana para que el hombre entendiera que no quería hablar, maldita sea. Apenas se podía concentrar debido a los nervios que le causaba no estar cerca de Jongho en ese momento y ese pedazo de ser humano no cortaba el parloteo.

Pero justo en ese instante, mientras esperaba que el semáforo diera verde, sí hubo algo en el exterior que logró distraerlo completamente e hizo que su mente diera un salto brusco a unos meses atrás. Lee Know caminaba tranquilamente, con ese paso elegante que acompañado de esa ropa costosa que usaba provocaba que acaparara todas las miradas. Iba con sus anteojos de sol, en una mano un helado que degustaba de vez en cuando y en la otra mano un jovencito que conocía bastante bien y que hasta llegó a considerar como un amigo y confidente: Han Jisung.

En menor venía conversando animadamente con una sonrisa tan grande que abarcaba casi todo su rostro y una mirada completamente embobada que era dirigida a Lee Know.

Unos chicos pasaron corriendo por delante de ellos de modo que el mayor agarró por la cintura a Han para que no perdiera el equilibrio y lo pegó a un costado de su cuerpo. El menor levantó la vista sonriendo avergonzado y justo entonces sus miradas se cruzaron. Han quedó paralizado mirando hacia el taxi y Yeosang lo miró sin expresión alguna.

Ver lo que estaba viendo respondía tantas preguntas, que ahora se preguntaba cómo no se le pasó nunca por la cabeza. Aunque también en ese tiempo no tenía cabeza para absolutamente nada más que sufrir por Jongho.

El Alumno Favorito [JongSang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora