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Yeosang mordía su labio inferior tratando de calmar un poco sus nervios y que los alumnos que estaban allí en la sala no se dieran cuenta de lo distraído que estaba en un momento, en el que de seguro, debería estar prestando más atención de la acostumbrada porque todo el cuerpo estaba en medio de una evaluación escrita de lo que había enseñado la semana pasada. Algo que, siendo sincero, ni Yeosang recuerda qué era, y de no ser porque dejó hecha la evaluación esa misma semana, estaría completamente perdido.

Miró hacia el fondo de la sala de clases y un poder aguantar un segundo más de solo mirarlo y quemarse el cerebro por causa de los nervios lo llamó.

— Han Jisung, ven a mi escritorio un momento.

El resto de los alumnos de aquella sala voltearon a ver a quien acababa de ser llamado y muchos murmullos se escucharon en la sala de clases porque de seguro eso mocosos pensaban que había pillado al menor haciendo trampa y lo llamaba para retarlo o algo así. Lo que ellos no sabían era que con la astucia de Han, nunca lo había logrado descubrir haciendo trampa, nunca lo pillaba con las manos en la masa por más que lo intentara y por más que este le hubiera reconocido afuera del colegio que sí había copiado en sus evaluaciones.

— Dígame, profesor Kang. — dijo Han mirándolo con preocupación-.

— Acércate. — Le hizo un gesto para que se inclinarse y poder hablar más despacio. — ¿Qué tienes que hacer después de clases?

— ¿Qué? — Lo miró confundido-.

— Qur quisiera hablar contigo luego de que las clases acaben, ¿Tienes algo que hacer o podemos salir por allí a conversar?

— ¿En serio estás quitándome tiempo valioso de mi evaluación, sólo para preguntar si podemos salir después? — Preguntó sin poder creerlo. — Debes ser el peor profesor de la historia.

— Te daré como buena alguna pregunta que tengas mal, no hagas escándalo por ello. — Lo miró con molestia. — ¿Puedes o no?

— Sí puedo. — Sonrió feliz. — ¿Dónde te espero a la salida?

— En la parada de autobús de siempre.

— Bien.

La expresión de Han cambió a una menos feliz en cuanto se enderezó y volteó para ir a sentarse a su puesto otra vez, Yeosang estaba casi seguro de que lo hacía sólo para llamar la atención y que todo mundo después le preguntara qué le había dicho en profesor. Ese chico era uno de los más egocéntricos que conocía... después de él mismo.

— ¡Los ojos en su evaluación! — Dijo Yeosang con voz fuerte solo para pretender que están poniendo atención y para que los alumnos no se sintieran con la total voluntad de copiar-.

Cuando la clase por fin acabó y cada alumno entregó su hoja, Yeosang las guardó en su bolso lo más rápido que pudo y de la misma forma salió del colegio porque no quería detenerse a hablar con absolutamente nadie, le urgía llegar de una vez junto a Han y poder vomitar todo aquello que tenía guardado en su interior y que por causa de ser algo moralmente incorrecto no debía suceder.

Así que en cuanto estuvieron en aquel parque tomando un café junto a un paquete de galletas, le contó toda la historia a su estudiante y, por qué no, amigo. Y fue bastante gracioso ver cómo este parecía comer cada vez más rápido a medida que la historia se volvía interesante como si estuviera en el cine y se devorara el paquete de palomitas de maíz.

Finalmente, se quedó en silencio a la espera de que Han Jisung, un chico tan honesto que no importaba si a alguien le dolía,le diera su opinión.

— De acuerdo,mmm. — Ladeó un poco el rostro. — Primero... ¿Qué está mal contigo, Yeosang?

El Alumno Favorito [JongSang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora