CORAZÓN VACÍO

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Emma (POV)

Esta noche, aquí estoy, en el Rabbit Hole. Al final, no pasé la tarde con Henry, no después de ser tan cobarde de colgar la llamada. Me encuentro rodeada de risas y música, intentando desesperadamente encontrar algo de alivio en el olvido temporal que ofrece la diversión. Ruby y Snow me rodean, sus rostros llenos de preocupación disfrazada de sonrisas.

"Vamos, Emma, esa canción es un hit," intenta animarme Ruby, refiriéndose a la última melodía que resuena en el local.

Mi risa es forzada, más un bufido que una expresión de alegría. "Sí, 'hit' en el sentido de que golpea directo en la cabeza."

Snow interviene, su tono es suave pero firme. "Emma, estamos aquí por ti. Sabemos que no es fácil, pero mereces ser feliz."

Sus palabras son un bálsamo, aunque el dolor persiste.. "Lo sé, chicas, y lo agradezco. Es solo que a veces, la felicidad parece un concepto hecho para los demás, no para mí."

Ruby se inclina hacia mí, su voz teñida de sinceridad. "Olvidar no es fácil, Emma. Pero Regina tomó su decisión. Tú mereces a alguien que te elija a ti, sin dudarlo."

Snow asiente, su sonrisa intenta ser reconfortante. "Hasta que esa persona aparezca, nos tienes a nosotras. ¿Qué te parece si tratamos de disfrutar la noche?

Me esfuerzo por integrarme a la charla y la risa, pero mi sonrisa es frágil, como el hielo bajo el sol. A pesar de sus esfuerzos, cada carcajada forzada es un recordatorio del dolor que intento evadir.

Mis ojos se desvían hacia la entrada cada vez que se abre, mitad esperanza, mitad temor de ver a Regina entrar. Pero ella no aparece; probablemente esté en algún lugar con él, construyendo la vida que eligió lejos de mí. El pensamiento de ellos juntos me oprime el corazón, un dolor sordo y persistente.

Pero esta noche no es para lamentaciones. Me prometo a mí misma que intentaré divertirme, que dejaré de lado, aunque solo sea por unas horas, el peso de mi tristeza. Así que tomo otro trago, dejo que la música me envuelva y me permito ser arrastrada por la corriente de risas y bailes.

Tal vez, solo por esta noche, pueda permitirme olvidar. Olvidar que el dolor no es tan agudo, que mi corazón no está fracturado. Quizás, por unas horas, pueda creer que también yo tengo derecho a un final feliz, lejos de la sombra de Regina y de los "qué hubiera pasado si"

Mientras comparto risas y conversaciones con Ruby y Snow, noto un cambio en la música del Rabbit Hole, un ritmo más íntimo que invita a los presentes a acercarse y perderse en la melodía. Es entonces cuando siento una presencia detrás de mí, casi tangible, cargada de intención.

"¿Disfrutando de la velada, Swan?" La voz, inconfundible con un acento marcado, pertenece a Hook. Sin girarme, sé que está demasiado cerca, ya que su aliento roza mi cuello.

Con un esfuerzo por mantener la compostura, me vuelvo para enfrentarlo, encontrándome con sus intensos ojos azules que siempre parecen esconder múltiples intenciones. "¿No deberías estar buscando tesoros, Hook? ¿O quizás tramando alguna venganza?"

Aunque intento mantener la distancia, su risa profunda y contagiosa desarma por un segundo mis defensas, ya un poco perjudicadas por el alcohol. "Esta noche, Swan, la única 'joya' que deseo es la que insiste en resistirse a mis encantos."

Aunque ruedo los ojos ante su descarado coqueteo, una parte de mí se siente halagada por la atención. "Tus 'encantos' necesitarán algo más que frases de marinero para impresionarme, Hook."

Hook se inclina ligeramente, su rostro ahora a la altura del mío, la tensión entre nosotros es palpable. "¿Y qué tal si dejamos de lado los juegos y las metáforas por un momento, Swan? La noche es joven y la compañía, inmejorable."

Justo cuando estoy a punto de ceder a la tentación de un momento de olvido, una figura en la entrada del local captura mi atención. Regina. Su presencia corta la tensión como un cuchillo, y de repente, estoy atrapada en el torbellino de emociones no resueltas, de posibilidades perdidas.

Hook sigue mi mirada y en su expresión veo un atisbo de comprensión. "Parece que la noche se pone interesante, Swan."

Asiento, aún con la mirada fija en Regina, que parece indecisa entre acercarse y mantenerse al margen. "Así es, Hook. Algunas sorpresas pueden cambiar el curso de una noche, o quizás de toda una vida."

La tensión en el aire es palpable, una mezcla de emociones encontradas y la música que, aunque suave, no logra calmar el torbellino interior que siento. Hook, notando mi distracción, toma la oportunidad para acercarse un poco más, su voz baja y persuasiva.

"Swan, esta noche no es para mirar al pasado. ¿Por qué no bailamos? Te prometo que por un momento, todo lo demás desaparecerá," sugiere, extendiendo su mano en una invitación clara.

Por un instante, la idea de dejarme llevar por la música y la cercanía de Hook parece atractiva, una escapatoria fácil del remolino de pensamientos sobre Regina y lo que pudo haber sido. Pero justo cuando estoy a punto de aceptar, mi mirada se cruza de nuevo con la de Regina, quien ahora nos observa desde la entrada, una expresión indescifrable en su rostro.

La indecisión me paraliza. Parte de mí anhela la libertad que promete Hook, la posibilidad de perderme en la danza y olvidar, aunque sea por unos momentos, el dolor y la confusión. Pero otra parte, la que aún guarda esperanza y dolor por Regina, me retiene, me impide dar ese paso hacia adelante.

Hook, interpretando mi vacilación como aceptación, toma mi mano suavemente y me guía hacia la pista de baile. La música nos envuelve, y por un momento, permito que la melodía y la proximidad de Hook me distraigan de la realidad. Sus movimientos son seguros y su presencia, aunque no del todo lo que mi corazón anhela, ofrece un consuelo temporal.

Sin embargo, mientras bailamos, mi mirada sigue buscando a Regina entre la multitud, dividida entre el deseo de confrontarla y el temor a lo que esa confrontación podría desencadenar. La veo hablando con Robin, su expresión serena pero sus ojos inquietos, como si una parte de ella también estuviera en otro lugar.

La canción llega a su fin, y con ella, la burbuja temporal de olvido que Hook y la danza habían creado. Le agradezco con una sonrisa forzada y me excuso, necesitando un momento para recoger mis pensamientos y decidir qué hacer a continuación.

Mientras me alejo, siento la mirada de Hook en mi espalda, pero es la posible mirada de Regina la que me hace acelerar el paso, buscando refugio en la soledad momentánea que ofrece la barra del bar. Pido una bebida, mi mente un torbellino de emociones contradictorias, preguntándome si esta noche cambiará algo entre Regina y yo, o si simplemente será otro capítulo en nuestra historia de "qué hubiera pasado si".

La bebida llega, y con ella, un momento de decisión. ¿Debo acercarme a Regina y enfrentar lo que hay entre nosotras, o es mejor mantener la distancia y preservar lo poco que queda de mi corazón intacto? Mientras contemplo mi próximo movimiento, siento la pesadez de la noche sobre mí, cada risa y nota musical acentuando la complejidad de mis sentimientos y la incertidumbre del camino a seguir.

RecuérdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora