Emma (POV)
La mañana se despertó con una sensación de anticipación que pesaba en el aire de Storybrooke, casi tangible, mientras me preparaba para el día. La charla pendiente con Regina en Granny's se cernía sobre mí como una nube oscura, oscureciendo los tenues rayos de sol que intentaban infiltrarse a través de las cortinas de mi habitación. Mientras me vestía, mi mente divagaba, perdida en un mar de pensamientos y posibilidades sobre lo que Regina podría decirme en nuestra inminente conversación.
Frente al espejo, observé mi reflejo, buscando de alguna madera respuestas. La posibilidad de que Regina deseara volver a una especie de normalidad entre nosotras, mientras su corazón seguía con Robin, se agitaba en mi mente, una perspectiva agridulce y compleja.
Parte de mí anhelaba cualquier forma de conexión con ella, deseosa de reparar los puentes que habíamos roto esa noche de karaoke. Sin embargo, otra parte de mí, temerosa del dolor que tal arreglo podría infligir en un corazón que apenas comenzaba a sanar.
La idea de compartir risas y conversaciones con Regina, sabiendo que su corazón pertenecía a otro, me llenaba de una tristeza profunda. Pero, ¿no era acaso no era mejor tener a Regina en mi vida de alguna manera, en lugar de no tenerla en absoluto? ¿Podría yo, Emma Swan, ser lo suficientemente fuerte para manejar esa clase de relación con ella?
Con una respiración profunda, intenté alejar los pensamientos negativos. Hoy no era un día para sumergirse en la incertidumbre y el miedo. Era un día para enfrentar lo que viniera con la cabeza en alto, para escuchar lo que Regina tenía que decir y responder con el corazón, sin importar cuán vulnerable me hiciera sentir.
Al cerrar la puerta de mi casa detrás de mí, me prometí a mí misma mantener la mente abierta. Independientemente del resultado de nuestra charla, sabía que era un paso necesario; un paso hacia la claridad, hacia el entendimiento y, quizás, hacia un nuevo capítulo en nuestra complicada historia.
Caminé hacia Granny's con pasos firmes pero cautelosos, preparada para lo que fuera que Regina tuviera que decir. Sabía que, independientemente del dolor que pudiera venir, enfrentarlo era el único camino hacia adelante. Y quien sabe, quizás en el proceso de abrirnos una a la otra, encontraríamos no solo la paz, sino también una forma de coexistir en este pequeño mundo nuestro, Storybrooke, donde lo imposible tenía una forma de volverse posible.
El cielo de Storybrooke lucía particularmente claro esa mañana, un contraste marcado con la tormenta que se agitaba en mi interior. Un remolino de pensamientos me asaltaba, pero entre ellos, uno destacaba con dolorosa claridad: el recuerdo de la tarde en que vi a Regina y Robin juntos.
Era un tiempo confuso y embriagador, donde lo que compartíamos Regina y yo era tan intenso como indefinible. Nuestra relación, oculta en las sombras de lo no dicho, estaba llena de una pasión desenfrenada que, para mí, había comenzado a teñirse de sentimientos más profundos. Sentimientos que, en mi ingenuidad, me atreví a esperar que fueran correspondidos.
Aquella tarde, mientras cumplía con mis deberes de sheriff por las calles de Storybrooke, me debatía internamente sobre si debía revelarle a Regina lo que sentía por ella. Pero entonces, los vi. Regina y Robin estaban juntos, y su proximidad ya era suficiente para hacerme temblar, pero fue su beso, apasionado y seguro, lo que destrozó cualquier ilusión que pudiera tener sobre nosotros. Me oculté en las sombras, testigo involuntaria de un momento que no me pertenecía, y el dolor de ese descubrimiento me obligó a alejarme. Ese día, parte de mí se rompió, una parte que no sabía si podría volver a recomponer.
El recuerdo de ese momento era como una herida que nunca terminaba de cicatrizar, siempre lista para sangrar al menor roce. Había intentado enterrarlo, dejarlo atrás junto con todas las otras heridas que la vida me había infligido, pero algunas heridas eran más profundas, más persistentes.
Ese beso, esa tarde, había cambiado todo. No solo había perdido a Regina, sino que también había comenzado a cuestionarme si alguna vez yo tendría un final feliz o simplemente estaba para conseguir los finales felices de los demás. Me había forzado a mirar más allá de la superficie de nuestras interacciones, a reconocer que lo que sentía por Regina era algo que no podía ser ignorado o simplemente deseado. Desde ese día simplemente dejé de buscarla.
Al llegar a Granny's, la puerta se abrió con el tintineo familiar de las campanillas, resonando como el eco de un momento decisivo en mi vida. Cada paso hacia dentro se sentía cargado de significado, como si estuviera a punto de cruzar un umbral hacia una conversación que podría cambiarlo todo. ¿Qué palabras tendría Regina para mí? ¿Estaría buscando una forma de restablecer algún vínculo, o simplemente buscaba el cierre que ambas necesitábamos para avanzar?
Con el corazón latiendo como tambores de guerra ante la inminente tormenta de emociones, tomé asiento en una de las mesas junto a la ventana, el recuerdo de aquella dolorosa tarde aún fresco en mi mente. Era una herida que, tal vez de manera ingenua, esperaba que este encuentro comenzara a sanar.
Estaba allí antes que Regina, lo cual me daba unos preciosos momentos para reunir mis pensamientos y prepararme. La espera tensaba cada músculo de mi cuerpo, un testamento de la ansiedad y la anticipación que me consumían. Cuando finalmente la vi acercarse a través del cristal de la ventana, el tiempo pareció ralentizarse. Nuestros ojos se encontraron en el momento en que ella cruzó la puerta, y en ese instante, todo lo demás se desvaneció. Era la hora de la verdad, de enfrentar nuestro pasado y revelar nuestras verdades más profundas.
Con la respiración contenida, observé a Regina acercarse a la mesa. Este era el comienzo de algo nuevo, un paso adelante desde el descubrimiento que nos había desgarrado. Ahora era el momento de enfrentar nuestra historia, de explorar si había un camino a seguir para nosotras, juntas o separadas. Porque, a pesar del dolor y las decisiones que nos habían llevado hasta aquí, lo que realmente importaba era cómo elegiríamos avanzar desde este punto, en este nuevo día en Storybrooke.
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Recuérdame
FanfictionEs una historia derivada de la canción Recuérdame, en el que se muestran los sentimientos de Emma hacia Regina, y sus sentimientos que suceden en su interior al verla con Robin. Pero, ¿Qué pensara Regina al darse cuenta de estos sentimientos?. Dadle...