Capitulo 50

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Había pasado poco más de una semana.

Jennie no podría haberla llamado perfecta, pues eso estaba muy alejado de la realidad, pero tampoco había sido completamente mala.

Jiyong había intentando entrar a su casa unas cuantas veces, Kai y los del coro llegando de inmediato a rescatarlas. Incluso debieron llamar a la policía una vez cuando las cosas se pusieron realmente violentas.

Para resumir lo sucedido, las chicas habían salido a dar un corto paseo y al regresar se encontraron con GD, que debía de estar regresando de alguna de las casas de las muchas chicas fáciles de los alrededores. Él de inmediato las miró con ira y corrió tras ellas, logrando alcanzar a Lisa casi al instante. Estaba apunto de meterla en su auto cuando Albert salió de casa y comenzó a golpearlo con un viejo sartén, logrando que ambas se refugiaran en casa antes de que el hombre volviese a seguirlas. Pero no fue suficiente. Cuando Albert logró entrar y les ordenó cerrar todas y cada una de las puertas y ventanas del lugar, GD, completamente desesperado, comenzó a golpear la puerta y amenazó con utilizar un arma si era necesario. Fue entonces cuando Jennie llamó a la policía, el idiota de Jiyong ganándose una noche en la fría estación.

Intentó acercarse un par de veces más, por supuesto, porque no era uno de esos que suelen rendirse fácilmente, pero sorpresivamente, el sábado, cuando se lo encontraron cara a cara luego de una larga cita con el nuevo psicólogo de Lisa, el hombre simplemente se dió vuelta, entró a su auto y se marchó como si realmente no las hubiese visto.

El lunes Lisa había ido a la biblioteca a solicitar empleo. Según ella, no quería sentirse como una inútil que solo asistía a clases de fotografía porque pensaba que tenía un poco de futuro con eso. Hwasa la había contratado de inmediato, indicándole que aquella sería su semana de prueba, Jennie ofreciéndose de inmediato a ayudarla en el proceso de aprendizaje su jefa aceptando, no sin colocarles antes la condición de "ningún tipo de trato demasiado afectivo en horas laborales". El martes, cuando Hwasa la vió llegar junto a Lisa, le dijo tiernamente que jamás la había visto llegar de tan buen humor al trabajo.

Y fue así como llegó el miércoles... Jennie se despertó gracias al sonido del despertador.

No se molestó en buscar a Lisa a su lado porque sabía que la chica ya habría bajado a la cocina para prepararse algo de espumoso café y resolver unos cuantos crucigramas. No era como si le gustara despertarse sola, pero era agradable saber que Lisa volvía a ser ella misma. Lisa volvía a ser la chica que se levantaba temprano y seguía su estructurada rutina. La chica que podía resolver un crucigrama en diez minutos y disfrutaba de la soledad. La chica que vestía ropa oscura. La chica que se reía de sus estupideces. La chica que amaba... Se levantó lentamente, restregandose los ojos, y corrió a darse una ducha. Se coloco de inmediato unos pantalones y la camisa amarilla del uniforme, junto con unos tenis y un lazo blanco. Intentó también cubrir las grandes marcas que Lisa había dejado en su cuello la noche anterior, sin mucho éxito. "Ahora tendré que escuchar "la charla" por tercera vez, Manobal. Gracias"

La primera vez que había tenido que escucharla había sido justamente la primera noche en la que Lisa se había quedado allí, cuando sus padres descubrieron marcas descomunales en el cuello de la chica, al igual que en sus brazos... Tuvo suerte de que no pudieran ver sus piernas y su estómago, porque se habrían horrorizado. Le hablaron sobre orgasmos, sexualidad y otras cosas durante al menos una hora, hasta que estuvo lo suficientemente sonrojada y avergonzada para ellos. La segunda vez fue cuando las encontraron en una situación bastante comprometedora (Con "comprometedora" me refiero a Jennie al borde del orgasmo) sobre el sofá del salón.

Chaerin y Albert habían comprendido que prohibirles el sexo no funcionaria en nada, así que solamente les pidieron que lo mantuvieran entre las cuatro paredes de la habitación de Jennie y se dieran el esfuerzo de cerrar la puerta antes. Bajó lentamente, intentando no hacer ruido. Quería sorprender a Lisa.

La Chica De La Ventana [JENLISA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora