Capítulo 23

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La semana fue perfecta para Lisa y para Jennie. Simplemente, nada parecía poder acabar con la felicidad que las rodeaba.

Lisa sonreía más. Sorn y Bambam conocían la razón, e incluso le habían escrito a Jennie a través de la ventana unas noches atrás junto a Lisa. El encuentro no duró más de cinco minutos, pues Bambam debía hablar con su novia vía Skype y Sorn tenía la obligación de lavar los platos de la cena, pero al menos lograron conocer un poco a la chica que conseguía hacer sonreír a su hermana como nunca lo había echo.

El jueves Lisa le pidió a Jennie que la acompañara a su cita con el psicólogo al día siguiente, a lo cual la chica de la ventana no se negó. Lisa sabía que él podría explicarle muchas cosas que ella, aún siendo la del problema, no podía.

Se encontró con ella al final de las clases de Jennie. Esta llevaba zapatillas, pantalones altos, un suéter rojo y un lazo del mismo color. Lisa debía admitir que le encantaba verla llevar gorras y sus chaquetas de cuero, pero también le encantaba verla de aquella forma tan femenina. Lisa estaba segura de que Jennie podría usar el atuendo más estúpido del mundo y a ella aún seguiría encantándole. Rosé finalmente había terminado su servicio comunitario, y Jisoo y ella debían hacer un trabajo juntas, así que acompañaban a Jennie y Lisa, pues el trayecto del psicólogo las obligaba a pasar frente a la casa de la chica de las mejillas regordetas. A quienes no esperaban encontrarse eran a Bobby y Minnie, que estaban jugando baloncesto en un parque cercano (Minnie lo intentaba) y casi de inmediato se ofrecieron a acompañarlas, nadie pudiendo negarse. Lo cierto era que Jennie, Jisoo y Rosé ya veían a la pequeña y a su novio como buenos amigos aunque se conocían desde hacía realmente muy poco tiempo. Jennie iba sobre la patineta de Lisa, la chica de la chaqueta y el beanie negros sujetando su cintura para guiarla y mantenerla completamente segura, sonriendo al ver a su novia completamente feliz. Jisoo, como siempre, hablaba con Rosé acerca de su no-relación y las muchas cosas malas que podrían hacer en su casa, y Bobby simplemente caminaba junto a Minnie, dándole la mano, besando su mejilla cuándo podía y susurrando su nombre prácticamente cada segundo.

-Minnie... Susurró.

-Sí, amor...

-Minnie... dijo, esta vez un poco más alto que antes.

-Dime...

-Minnie...

Lisa se detuvo de inmediato, preocupada. Sabía que el tumor de Bobby estaba creciendo, así que todo era motivo de alerta, sobretodo aquella excesiva repetición del nombre de su novia. Las otras chicas, que se habían encariñado con Bobby en tan poco tiempo, también se detuvieron y miraron a la pareja con algo que el diccionario mental de Lisa reconoció como temor. Temor de que algo estuviese pasándole al chico y ellas no pudiesen hacer nada.

-¿Qué sucede, amor? ¿Te sientes mal? preguntó, una mueca que el diccionario de Lisa no pudo reconocer, pero que podía acercarse mucho a la del dolor, la lástima y la preocupación juntas. Podemos detenernos unos minutos si quieres... Sugirió mientras le acariciaba los antebrazos dulcemente.

Bobby negó bruscamente con su cabeza y luego miró a su novia fijamente a los ojos, sonriendo. Minnie lo imitó. Lisa lo hizo también, pues sabía que sonreía de la misma forma cuándo sus ojos y los de Jennie se encontraban de aquella forma en la que los demás a su alrededor parecían desaparecer.

-El doctor... dijo que... cerró los ojos y se frotó la frente, intentando recordar lo que tenía planeado decir... dijo que voy a... olvidar... olvidar cosas y yo... no... Se frotó la frente de nuevo... yo no quiero... Gruñó frustrado.

Lisa conocía lo que Bobby estaba pasando, el echo de sentirse un idiota que no puede hacer cosas como los demás, así que se aferró fuertemente a la cintura de Jennie, sabiendo que si no lo hacía comenzaría a llorar. Las manos de la chica de inmediato se posaron sobre las suyas, tranquilizándola.

La Chica De La Ventana [JENLISA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora