— Así que te llamas aurora, qué casualidad, Ya van dos veces que escucho, ese nombre,- Después de lo sucedido sentia algo de desconfianza, mientras entendía que es lo que pasaba, actuaria lo más normal posible — pues sí que es un lindo nombre.
Darien se levantó del suelo y limpio lo más que pudo su uniforme, alguna escusa debia de inventar ya que se encontraba dañada su ropa.
— Gracias, mi padre lo eligió, bueno, debo que irme ya que tengo que conocer la cuidad en donde comenzare a vivir.
Darien solo sigio con la mirada aquella chica mientras se retiraba, si alguien siquiera le hubiera dicho que todo esto pasaría, se hubira escondido y saldría quizás hasta que todos olvidaran su existencia.
— vaya chica, sí que es muy hermosa, un momento ¿qué hora es? — visualizo su muñeca y trato de descifrar la hora en su reloj ahora roto — ¡Rayos ,ya es muy tarde solo alcanzare dos clases.!
Darién entro corriendo a su salón, se encontraba exhausto por el maratón qué se habia auto impuesto, que no se percató que el profesor ya estaba dando su clase, aquel profesor miro con sopresa alquel acto, en sus años de enseñanza nadie habia tenido el descaro de ingresar a su clase sin autorización, por lo que le pidió a Darién que se retirara además le comentaba que nunca lo había visto en su clase y probablemente se había equivocado de salon, ante la mirada de todos Darién decidió ir al baño al mirarse en un espejo notando una diferencia, ahora entendía la sopresa de su profesor, su cabello estaba más largo y de color rojo y no castaño, era más alto de lo que ya solía ser, su complexión tanbien habia cambiado,no comprendía lo que estaba pasando, el pánico empezó a apoderarse de el, por lo que decidió llamar a su hermana, por el momento era la única persona a la que podía recurrir.
— Alejandra me urge que vengas a la escuela acaba de pasarme algo muy extraño — Su voz se escuchaba entrecortada por el pánico qué estaba sintiendo.
Alejandra llegó hacia donde Darién estaba escondido, Darién no lo pensó dos veces para salir frente a ella, por lo que la pelinegra ahora podía entender el panico de su hermano.
—¿Pero ¿qué fue lo que paso? — soltó sentándose a lado de el.
— No recuerdo muy bien lo último ya que me desmaye — recargo su cabeza en el hombro de su hermana, quien no dudo en pasar su brazo para rodearlo un poco e inclinar su cabeza ensima del el pelirojo — Pero puedo recordar que una mujer extraña me pedía que le dijera donde estaba ella una tal aurora, de ahí me llamo Alexander y me ataco, eso es todo.
— Pues es muy extraño - Nisiquiera ella entendía que lo que le había pasado a su hermano, pareciera que solo estaba siendo un invento de su parte, pero trato de mantenerse serena ante el— Hay que ver que vamos hacer ya que tú no puedes llegar a la casa así, ¿o sí?.