Aurora no podía dejar de pensar en lo que pasaba, todos los días se preguntaba por que siempre en cada pelea que tenían aparecia una extraña presencia la cual incluía rosas y naipes, sentía una extraña energía o más bien una energía familiar, ¿Por qué alguien eligiria esos materiales para atacar? Le parecía totalmente ridículo. Siempre se sumergia tanto en sus pensamientos qué no se percataba cuando alguien estaba cerca de ella.
Justo como en ese momento, se econtraba trabajando pero notó cuando un apuesto joven se ingreso a la peculiar tienda donde ella se entraba laborando, al verla con su ceño fruncido no pudo apartar su mirada de aurora.— Hola— carraspeo un poco llamando la atención de la rubia— Me llamo Aron dime ¿como te llamas bella joven?
Aurora solo ignoro la pregunta.
— Bienvenido a nuestra tienda de antigüedades y correo ¿puedo ayudarle en algo?
— Me interesa mucho esta lámpara— agacho su mirada con una sonrisa —cautivo mi corazón en cuanto lo vi, una vez fui a un museo y vi una muy parecida que buena suerte que encontré una igual.
— Que maravilloso e interesante— estaba seria— pero te puedes ir ya, si no vas a comprar nada.
— Bueno yo solo quería...
— No, no querías nada— le dio la espalda para seguir haciendo su trabajo.
— Bueno ya que insiste comprare esta hermosa lámpara— vio como la rubia tomaba la lámpara de mala gana para darle nuevamente la espalda— y me gustaría invitarla a tomar un café.
— Lo siento mucho pero usted es solo un extraño para mi, ¿ su pago será en efectivo o tarjeta?
— Efectivo, podríamos ya no ser extraños, si me acepta el café— Aquella actitud hacia el le parecía divertida.
— ¡Basta!— se giro molesta hacia el joven que estaba del otro lado del mostrador— Déjame en paz no interesas en lo absoluto, así que — le estiró la bolsa donde se encontraba la lámpara — Gracias por su compra y no vuelva, le quedo claro.
— Tranquila mi bella dama— tomo la bolsa entregando el dinero—no te alteres, no debes preocuparte de volverme a ver en esta hermosa tienda o quizás si— sonrió burlón.
— Los humanos son tan desagradables— puso el cambio en el monstrador— y por si no lo sabias esa lampara no estaba en venta, ya que es una lámpara común y corriente que no tiene nada de antigua, ayer la dueña la trajo para este mostrador y todo lo que hice fue adornarla.
— ¿Qué? Si es así devuélveme mi dinero— estaba sorprendido por como había sido engañado de cierta forma — esto es una estafa.
—lo siento pero aquí dice que no hacen rembolso y no aceptamos devoluciones— le sonrio inocentemente —pero gracias por su compra, no vuelva más, quiere.
Aurora se puso seria ya que aquel chico no le había parecido nada agradable, para ella los humanos no eran más que criaturas inferiores que no eran capaces de vivir por si solos sin verse relacionados con otras personas, poco a poco empezaba a sacar su verdadera opinión con respecto a los humanos.