— ¡Papá! — Aurora entro de golpe a su habitación — Damián, ¿fue quien hizo que mi mamá se encuentre así?
— ¡no puedo creer que lo viste! bueno, la verdad aurora no me gustaría darte una imagen errónea de el, pero desafortunada mente el Demian del que quizás te ha hablaron ya no existe, así que no se que decir de el, solo me tope con el en peleas, pero dime, ¿qué más paso?
— Lo se papá, lo se — Aurora se sentó a la orilla de la cama— bueno haizea apareció, yue y unos extraños zorros que según te transportan a otro lugar y nos dieron un libro.
— ¿Zorros? eso es de magia antigua, creo que mucho antes de nosotros, pero según lo que se, estaban prohibidos.
— ¿Prohibidos? ¿por qué? — giro su cabeza en dirección al conejo.
— No son ni malos ni buenos, así que no sabe como actuarán, hubo casos en los que ellos mataron a sus dueños para poder ser libres, así que, para que ya no pasara eso los eliminaron a todos y también a los libros que traían información sobre ellos, pero como te digo es de magia muy antigua y la información sobre ellos solo vienen en libros antiguos, muéstrame el que te entregaron.
— Claro— Aurora se levantó y saco de una bolsa el libro — toma , lo extraño es que un león con voz de niño nos los entrego— se dirigió a un pequeño refri que tenia en su habitación y saco una cerveza, dio un sorbo y prosiguió — pero antes una mujer se escucho, habia humos de colores, papá esto es muy raro— sigio bebiendo su cerveza.
— ¿ Desde cuando bebes cebada?— Elian cuestionó a la rubia al distinguir el olor la bebida.
— Desdé qué descubri qué me ayuda a relajarme.
— Bueno eres mayor no hay problema— analizaba el la pasta del libro— muy bien, a estos libros me refería y se supone que solo hay dos, uno que tiene Demian y el otro lo tenia tu mamá, pero luego se lo dio a alguien para que lo guardara, nunca supe a quien, sabes ahora que lo pienso tu madre solia hacer cosas algo cuestionables, pero si quieres saber más, no seria mala idea ir a ese lugar.
— ¿Y que lugar es?
— Por lo que puedo leer es la isla de los gatos.
— ¿Gatos?— arrojó la lata vacia al basurero.
— Tu madre y yo solíamos ir mucho con ellos.
— ¿Para que?— Ahora se llevaba un dulce a su boca.
— No lo recuerdo, jajaja pero para ir necesitas realizar este signo, es el signo felino, sera mejor que se tomen de las manos cuando entren al portal, la verdad no recuerdo que es lo que pasa cuando uno entra sin invitación, pero creo que no es grave.
— Se te olvidan mucho las cosas, creo que los años te estan llegando de golpe, si mis cálculos no me fallan ahora deberías tener 44 pero apuesto que luces de 26, pero bueno aun así gracias papá.
— Graciosa, pero es debido a la tierra la gravedad de aqui, ya que por alguna razón, olvídalo, necesito hablar con itza, ¿ Dónde esta?
— ¿ Qué es lo que sucede? — itza ingresaba a la habitación mientras comía una rebanada de pastel.
— ¿Qué fue lo que te dijo haize?
— Que me uniera a ella— dio un mordisco a su pastel— y que mientras este de este lado no seré su hermana.
— Lo siento mucho, pero, necesito que trates de encontrar a los otros dos ya que si no los encontramos antes que ellos, haize los convencera de irse con ella.
— Lo se, haré todo lo posible por encontrarlos.
— Cuanto contigo.