Son tus lábios ardientes, cual hogueras de llamaradas abrazadoras. Llamas de velas danzando sin vacilaciones. Son tus besos embriagadores de amor, húmedos y dulces, aguas delicadas de frescor pasional.
Son tus lábios ardientes, que anhelan deleitarse con mi cuerpo desnudo, con ese incomparable y loco amor de esperas desesperadas, con esas ansiedades de deseo perverso que me producen escalofríos de excitación y que hacen arder mi pasión por vos.
Son tus besos ardientes, como besos de fuego que deslizan caricias con su lengua por todo mi cuerpo, haciéndome vibrar de deseos ocultos, deseos que son solo para vos, deseos que me tienen sediento de vos, con mi sexo enfurecido y erguido.
Son tus lábios ardientes, ansiosas caricias que al amarme despiertan todos mis pensamientos indecentes. Sigue así, deleitándote conmigo, poco a poco, beso a beso, lamida a lamida.
Son tus lábios ardientes, y es por eso que deseo que cumplas en mi todas tus fantasías perversas. Se la loba hambrienta que hace de mi su presa, que tu orgasmo sea esa explosión que mi miembro ha provocado, deborándome con placer, con ganas, con ansias, y sin control alguno. Porque yo soy tuyo, te pertenezco, mi amor.
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