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—¡Apártate de él Dice!—

—Naomi, no molestes— regañó Dice.

—¿Que no moleste? Te escapaste de tus responsabilidades como líder, rescatarte un Omega humano desconocido y ahora estás aquí cuando él apenas se está recuperando del celo. ¿Quieres que siga?—

¿Líder? ¿Dice era el líder de los lobos de esta zona? ¿Celo? Cierto, aún estoy pasando por mi celo.

—No jodas— gruñó el lobo.

—Afuera— dijo enojada la chica que a mí parecer era omega.

Dice bajó sus orejas y salió de la casa. La chica se acercó a mi con una sonrisa divertida.

—Espero que el tonto ese no te haya molestado. Soy Naomi, mejor amiga de ese intento de alfa— me extendió la mano.

La tomé tímidamente.

—Venga, no seas tímido. Soy una Omega como tú. Fui la que te cambió. Seamos amigos—

Ella era una chica muy enérgica y tenía unos grandes ojos azules.

—Está bien— acepté ser su amigo.

Ella emocionada me abrazó. Olía a duraznos, un olor muy dulce. Luego de unos segundos se separó.

—Bueno, deberías descansar un poco más. Nuestros supresores son bastante fuertes y puede que te den mareos. Vendré por ti en la noche para la ceremonia— habló enérgicamente.

—¿Ceremonia?— pregunté confundido.

—Si, la ceremonia para el Omega del jefe— sonrió pícara.

¿Omega del jefe? Si el jefe era Dice, eso quería decir que estaba comprometido con un Omega. Por alguna razón me deprimí al escucharlo.

Naomi salió de la habitación dejándome solo y con dudas. ¿Por qué debería asistir yo a la ceremonia de todas formas?

De repente me llegó el cansancio y terminé acostandome nuevamente. En algún punto me quedé dormido.

Sentí un suave toque en mi frente

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Sentí un suave toque en mi frente. Igual al de mamá. Me entraron ganas de llorar y derramé lágrimas para luego abrir los ojos. Me encontraba en la casita y Naomi estaba viéndome preocupada.

—¿Tuviste una pesadilla?—

—No, solo me recordaste a mi madre—

Ella se sorprende pero luego me sonrió tiernamente.

—Debo llevarte un par de años por lo menos— mencionó —Tengo 20—

—18—

—Acerté. Tengo buen ojo para las edades—

Reímos juntos. Seguramente Naomi sería una gran amiga. Ella se apresuró en escoger ropa para mi. Todas eran de Omega, pero al parecer notó que mi estilo no era tan fino y terminó por escogerme una ropa más parecida a la de un beta. Una camisa y unos pantalones bastante pegados al cuerpo. Me habló que para la ceremonia no se usaban zapatos. Arregló mi cabello, aunque igual quedó como un nido de pájaros.

El Omega del jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora