21. Mantener a salvo.

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Charles sonrió al llegar a recepción, pasando de largo, yendo directo a la habitación, debía salir de ese lugar cuanto antes.

— Hannah. — murmuró en voz baja, abriendo la puerta.

— Tio Char. — la rubia corrió hacia él. — Lexie y Lottie estan dormidas.

— Traje algo para ti. — el monegasco cerró tras él, mostrándole una bolsa con compras.

La pequeña tomó la bolsa enseguida, sacando todo de ella.

— Es rosa. — sonrió, sacando el bonito vestido junto al abrigo y las medias. — Es tan bonito.

— Te prometí que iba a comprar cosas bonitas para ti, linda. — besó su cabeza. — Y prometo que cuando nos vayamos, te llevaré a comprar todo lo que quieras.

— ¿Nos vamos a ir ya? — soltó con impaciencia.

— Si, pero si la chica de recepción pregunta, diremos que vamos a cenar, ¿lo tienes cariño? — acarició su cabello.

— Fuerte y claro. — hizo pose de soldadito, haciéndolo reír.

— Entonces ponte eso, despertaré a las chicas, debo vestirlas también. — le sonrió.

Optó por despertar primero a Alexandra, era mas tranquila, confiaba en que podría vestirla y ella se quedaría quieta mientras arreglaba a Charlotte.

Sonrió, llenando su carita de besos, hasta que su suave risa llegó a sus oídos.

— Arriba cielito, debo vestirte. — la tomó en brazos, sentandola sobre la cama.

— ¿A donde vamos, papi? — preguntó la pequeña, tallando sus ojitos.

— Iremos a dar un paseo, te mostraré lo bonita que se ve la luna hoy. — sonrió.

— ¿La luna? — preguntó confundida.

— Te va a encantar, es brillante y muy bonita. — acarició su cabello, terminando de vestirla.

Optó por hacer dos moñitos en su cabello, algo simple, para no perder tanto tiempo.

— Espera un momento aquí cielo, peinaré a Hannah y voy a despertar a Charlotte. — sonrió, llevándola al pequeño sillon, encendiendo la televisión para distraerla. — Ven aquí solecito.

— ¿Me peinas como a Lexie? — preguntó la pequeña rubia.

— A sus ordenes señorita. — le guiñó un ojo, comenzando con el trabajo. — Mora como estas de linda.

— Me gusta mucho tio. — sonrió, para después besar su mejilla. — Es muy bonito.

Dio una vuelta, mostrando el vestido.

— Ve con Alex, solecito. — pidió. — Voy a despertar a Charlotte.

La rubia obedeció, sentándose en el sillon, observando las caricaturas también.

— Lottie. — Charles repitió el proceso, llenándola de besos y cariños hasta que despertó.

— Me haces cosquillas mami. — la pequeña sonrió, levantándose.

— Ven aquí, vamos a ponerte linda.

El monegasco tomó el último vestido, apresurandose a vestirla y peinarla, hasta que las tres estuvieron listas.

— Vamos a dar un paseo. — tomó a Alex y Lottie en brazos, mientras Hannah se agarraba su pantalón.

— ¿A donde vamos? — preguntó Charlotte.

— A ver la luna. — respondió de forma apresurada Lexie.

Salieron del hotel sin contratiempos y Charles acomodó a las pequeñas en los asientos de bebé que había colocado en la parte trasera del coche, para después ayudar a Hannah a subir en el asiento de copiloto.

Colocó bien su cinturon y se apresuró a dar la vuelta, subiendo al auto y poniendolo en marcha casi de inmediato.

Tránsito por algunas calles, hasta llegar a la carretera y abandonar así el pueblo.

Las chicas lucían bastante emocionadas, observando todo a su alrededor, mientras hacían preguntas, mismas que Charles respondía con una sonrisa.

1 hora transcurrió así, hasta que las gemelas se durmieron y solo Hannah quedó despierta.

— Puedes dormir también, solecito, conduciré toda la noche. — le informó, Charles.

— Pero quiero seguir mirando. — hizo un puchero. — Las estrellas son bonitas.

— Lo se, extrañaba verlas. — sonrió.

— Tio, ¿podemos buscar a mi papi? — preguntó la menor.

— Claro, en cuanto estemos en otro lugar, buscaré la manera de llamarlo y volverás con él, lo prometo. — asintió.

— ¿Tu y las gemelas vendrán conmigo verdad? — preguntó nuevamente. — A mi tio Carlos le va a gustar mucho verte.

— Cariño, ya hablamos de eso. — negó.

— Pero el no está en el cielo, mi abuela lo dijo. — lo miró. — Le gustará verte y ver a las chicas, el te debe extrañar mucho, mucho.

Charles se quedó sin palabras, claro que no lo extrañaba, quería matarlo, tal vez le rompería el cuello sin piedad si pudiera hacerlo, pero eso no podía decírselo a ella, no podía decirle lo aterrado que estaba de que el lo encontrara.

— Tal vez. — contestó, deteniéndose para cargar gasolina. — No lo se, cariño, ha pasado un tiempo.

— ¿Estas asustado por lo que dijo mi abuela? — volvió a preguntar.

— ¿Tu como sabes eso, señorita? — la miró, confundido.

— La escuché, dijo que mi tío Carlos quería matarte por lo que hiciste. — lo miró a los ojos. — Pero el te quiere mucho, no lo creo.

— Hannah, creí que habíamos hablado sobre escuchar conversaciones ajenas. — suspiró.

— Mi tío no te va a hacer daño, tío Char. — murmuró, acomodándose sobre el asiento, cerrando los ojos. — Y si te hace algo, yo te voy a cuidar y proteger, te lo prometí.

Una suave sonrisa apareció en el rostro de Charles, quien solo atinó a acariciar su cabeza y poner el auto en marcha de nuevo.

— Duerme un rato, solecito. — murmuró. — Estaremos en casa cuando despiertes.

El monegasco condujo en silencio por algun tiempo, pero sintiendo bastante ruido en su cabeza, podía sentir los engranajes de su cerebro moverse, mientras trataba de idear una situación.

Tenía dos opciones a su parecer.

La primera era seguir fingiendo que las tres niñas eran sus hijas y que había escapado de un matrimonio violento, para así continuar con su vida rn cualquier otro lugar.

O enfrentar a las Sainz, hacerse responsable por los errores que había cometido y devolver a Hannah con su familia, aunque eso signifique su muerte.

Observó brevemente a la niña en el asiento de copiloto, para después darle un vistazo a las chicas a través del espejo retrovisor, mientras suspiraba.

Tenía su decisión tomada, haría lo mejor para ellas, las mantendría bien y a salvo, a pesar de las consecuencias que podría traerle eso.





¡Gracias por leer!♥

Los amo, besos 🏎✨

Remember Me ||• Charlos •||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora