Prólogo

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Diciembre, 2023;
Suiza.

— ¿Que está pasando? ¿A donde me llevas? — Charles preguntó adormilado, recién despertando de su desmayo.

— Al fin despertaste, querido hermano. — murmuró Mick, mirándolo con una gran sonrisa de burla. — Nos vamos...

— Mick, vuelve, Carlos me necesita. — murmuró, sentía que la cabeza iba a estallarle. — ¿Que me pasa?

— Te desmayaste. — respondió, mientras el ojiverde intentaba recuperarse, no iba a ir a ningún lado, no iba a abandonar a Carlos.

Mick tomó su teléfono, enviándole un mensaje a Elena, necesitaba tiempo.

Una llamada entró después de eso, haciéndolo responder de inmediato al ver el nombre del contacto.

— ¿Donde está, Mick? — preguntó directamente, recibiendo un suspiró del rubio. — Mick, ¿que mierda haces?

— Me cansé, George, me cansé de vivir solo por el. — comenzó a hablar. — Acepté el trato, no iba a morir por el también.

— ¿De que hablas? — preguntó, cerrando los ojos, podía entender lo que venía.

— Elena me descubrió, amenazó con matarme. — se encogió de hombros, soltando un gran suspiro. — No iba a morir solo por protegerlo, así que acepté.

— Aun te puedes arrepentir, Mick, aun puedes volver. — indicó George. — Podemos estar todos juntos al fin...

— Una adorable oferta. — se burló. — Pero ella me paga más.

— Mick. — pidió George.

— No te preocupes, no voy a matarlo, no yo al menos. — se burló. — ¿Quieres adivinar a donde lo llevo?

— Mick, por favor. — suplicó nuevamente. — Es nuestra familia.

— Los escrúpulos familiares siempre fueron algo tan estúpido para mi, proteger a alguien que no conocía, no gracias. — rio, mirando de reojo a Charles, quien aun parecía lo suficiente mareado para hacer algo. — Será algo simple, hermano, lo voy a entregar a los Magnussen, ellos se encargaran de mandarlo con su amado Carlos al infierno.

— Te voy a matar, hijo de perra. — Elise fue quien habló esta vez.

— ¿Si? Primero tienes que encontrarme perra. — se burló. — Puedes despedirte de tu mellizo, te está escuchando, ¿cierto Charlie?

Colgó el teléfono, sacando un arma, apuntando directo a su cabeza.

— ¿Ssbes? Elena me dijo que te llevara a un sitio seguro, tendrás un cachorro de la familia Sainz, te convertiste en alguien importante. — se burló. — Eres toda una celebridad, hermanito...

— Mick, ¿que está pasando?

— No creí que fueras tan estúpido. — rio. — Es simple, Charles, viví todo el tiempo solo para ti, para encontrarte, ¿sabes lo que tuve que pasar? No, claro que no, tu creciste en una maldita burbuja...

— Carlos me necesita, por favor, dejame volver con él... — lo miró fijamente.

— Carlos está muerto para este momento y a mi me apetece que te mueras también. — sonrió, apuntando hacia su pecho. — Somos médicos, Charles, dime, ¿donde te disparo para que mueras rápido? No soy tan cruel para hacerte pasar por tanto sufrimiento...

Una sonrisa llena de diversión estaba en su rostro.

— ¿Sabes que fue lo mas tonto? — se burló. — Elena creyó que realmente cumpliría con mi palabra, es una mujer muy estúpida.

— Deten el auto, Mick. — ordenó el menor.

— Oww, eres como un tierno gatito que finge ser león. — se burló. — ¿Que pasó? ¿Te dolió saber que Carlos está muerto? Pues ¿adivina que? Yo lo maté, armé todo el teatro de suturar sus heridas, solo y únicamente para envenenarlo, ¿no es gracioso? Todos le temían al gran enigma y un omega lo mató.

Charles sentía como lentamente su respiración se atoraba en sus pulmones, estaba molesto, demasiado, así que no lo pensó mucho, se abalanzó contra él rubio, tomando el volante con una mano y el arma con otra.

Mick trataba de mantener el control, incluso disparó un par de veces, haciéndole dos orificios al auto.

— ¿Hueles eso, Mick? — preguntó Charles, sin ceder. — Dispara otra vez y vamos a quemarnos en el maldito infierno juntos.

— Me sorprende tu ataque de valentía, yo que creí que solo eras un omega llorón. — se burló nuevamente, logrando golpearlo con la culata del arma en el rostro.

Charles soltó el arma, sintiendo como su cara se entumecia por completo, dejandolo por un momento en shock por el golpe.

— Idiota. — Mick sonrió. — Quedate ahí y tendré piedad contigo.

— No me gusta la piedad. — murmuró, recordando la frase que solía usar Carlos, lanzandose contra él nuevamente, aunque esta vez, el rubio fue mas rápido.

Un disparo se escuchó y Charles se quedó quieto por un instante, antes de mirar hacia abajo, encontrándose conuna gran mancha de sangre en su pecho.

Levantó su mirada, observando a Mick, quien solo reía.

— Si que eres estúpido querido hermano, ¿no te lo enseñaron? Tener respeto al hombre armado. — rio, observándolo toser y escupí sangre. — Es una pena que mueras... No, en realidad no.

El monegasco sintió como lentamente su vida se iba, pero aun así no se rindió, iba a morir, estaba claro, pero no lo haría solo.

Observó la carretera, notando que había un barranco a unos metros, así que tomó la decisión, tomó el volante una última vez, logrando que esta vez Mick si perdiera el control y cayendo ambos al vacío.

Una gran explosión se escuchó después de eso, se había acabado, todo había terminado al fin.


¡Gracias por leer!♥

Los amo, besos 🏎✨

Remember Me ||• Charlos •||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora