Capitulo 1

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Septiembre

Llanos tiene razones para estar nervioso, era su primer día de clases. Después de las vacaciones familiares durante esos dos meses había olvidado que tendría que volver al instituto. Ahora cursaba su primer año de secundaria. Esperaba que cualquier compañero de su escuela anterior estuviera en la misma clase que el. Aunque no serán muchos.

Echó su cabello castaño hacia atrás como un acto nervioso, sintió las manos bañadas en sudor al entrar al salón. Había muchos chicos y chicas que no reconocía, comenzaba a sentirse nervioso, de verdad. Eso hasta que logró vislumbrar una figura conocida entre la multitud y prácticamente saltó, pegando gritos.  

- ¡Matteo! - lo llamó emocionado.

Mientras se acercaba al chico, el mencionado pareció reconocerlo y se lanzó a abrazarlo. Su amigo era un poco más bajo que el y siempre estaba sonriendo, sus ojos eran claros, su piel también y su pelo estaba teñido. Eran todo lo contrario. La piel de la era morena, y su cabello era negro.

- ¡Miguel Llanos, gracias a Dios! Pensaba que estaría solo - Le sonó y fueron a sentarse juntos, en el salón. 

- ¿Has visto a alguien más? Yo juraba que estaría solo, no muchos se matriculan en este instituto - comentó, cruzando las piernas.

Llanos se recostó en la mesa. 

- Hasta ahora solo tú, pero es mejor así - Confesó con una sonrisa juguetona.

Los alumnos iban entrando al aula y el pelinegro no reconocía a nadie, parecían estar en mundos diferentes. Llanos era un chico relajado. Podría estar todo el día dibujando o escuchando música, también utilizaba ropa cómoda Jeans desgastados negros, camiseta blanca, unas converse y una chamarra; negra también.

El no tenia muchos amigos pero en estos momentos se encontraba feliz con Matteo, desde casi siempre habían sido amigos y ahora no estarían solos. Se tenían el uno al otro. Los chicos estuvieron conversando un rato sobre las vacaciones, hasta que Llanos escucho unas risas.

Por la puerta del salón entraron dos chicos, un castaño y un pelinegro pero quien capto la atención del chico moreno fue el de pelo castaño. Lograba emanar alegría mientras reía por uno de los chistes del otro chico quien era casi igual de alto y de cabello negro medio lacio. Sus miradas se encontraron por unos segundos. Llanos se perdió en unos ojos cafés tan claros como la miel.

Tan pronto comenzó, todo acabó. El aparto la mirada y el castaño hizo lo mismo mientras se marchaba con su amigo a los asientos frente al pizarrón.

- ¿Que Paso? ¿Te encuentras con alguien conocido? - Preguntó Matteo, alzando el rostro para buscar entre las personas.

Llanos Nevados

- No fue nada - Sonrió a su amigo. Y cuando entró el profesor comenzó la clase.

Se presentó a los estudiantes y comenzó a dar un pequeño discurso, los índices que por orden de mesa debían ir al frente de la clase y presentarse. Llanos no quería, siempre le entraban nervios al hablar en público. Por suerte, el se encontraba en la cuarta fila y tardarían un poco en llegar a el. Los chicos fueron parando y el pelinegro se sorprendió cuando Matteo fue sin problemas y al verle le escuchó, divertido. Por eso le agradaba, siempre había admirado su seguridad en sí mismo.

Empezó a hacer garabatos en su libreta, para distraerse. Iba bien, cuando llamaron a un chico. Vio al mismo castaño alegre levantarse. Se veía muy bien con esos jeans oscuros y una camiseta. Caminaba con seguridad y confianza mientras mostraba una sonrisa coqueta en sus rosados ​​y finos labios, logrando resaltar más sus pómulos. Se paro al frente de todos, sin mirar a nadie en específico. 

Apolo x Llanos - RivalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora