Capitulo 7

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Septiembre

Bueno, las vacaciones habían pasado muy rápido para el gusto de Llanos, sentía que los dos meses se fueron volando. Hace dos semanas de su cumpleaños y se encontraba otra vez desayunando, ahora con quince años, dispuesto a ir en su segundo año de secundaria. Lo había pasado fenomenal, sus amigos y los amigos de Matteo lo habían mantenido distraído todos los días, conversaba hasta tarde con los tres chicos vía Skype. De alguna manera David era de sus amigos cercanos y más ahora que asistían a la misma escuela. Su hermana, Ana, era una galana y siempre parecía amable con todo el mundo.

Lo único desgraciado en todos los días, fue que una persona no había salido de sus pensamientos: Apolo Ribera. El chico que por cierto, Llanos odiaba, y que le hacía la vida imposible. Todos los días recordaba sus ojos. Ahora pensar que lo volverá a ver, le revolvía el estomago de una manera insoportable, se sentía nervioso y a la vez ridículo por sentir nervios.

Aunque vivieran en la misma ciudad nunca se lo encontró, se enteró que esto fue debido a que se hizo un viaje fuera del país, pero ya volverían al instituto y sea como sea, allí desgraciadamente estarían cara a cara.

- ¡Agh, enserio, que horror!- Dijo hundiendo el rostro entre las manos mientras su madre la miraba divertida.

- ¿Sigues atormentado por ese niño, cariño?- Pregunto el señor Llanos, como siempre él no entendía la situación.

- Ese niño lleva haciéndome la vida imposible- Dijo dándole un mordisco a su sándwich, sentía la mantequilla de maní en su paladar- Por eso no quiero verlo.

- Parece todo lo contrario, cariño. Has estado muy ansioso estos días- Dijo su madre, mientras le guiñaba un ojo y Llanos se ruborizaba.

- ¡Mamá!- La regañó, escuchando su risa.

Después de un rato salió directo a la escuela, vestía igual que toda la vida: Una camiseta, saco, y Jeans desgastados, en conjunto con sus Nike, todo esto de colores blanco y negro. Al llegar, a el primero que encontró hablando en el estacionamiento fue a Matteo. Conversaba alegremente con sus amigos de la infancia y al acercarse, todos lo saludaron con ánimos. David se hecho a los brazos de Llanos y se agarró de el, todos comenzaron a reír.

- ¡Hombre, déjame respirar! Si nos vimos ayer- Reclamó, divertido, cuando David de separó y le guiño el ojo.

Siguieron conversando hasta que llegó Izan, parecía igual de feliz que siempre, y los saludó a todos con la dulzura que lo caracterizaba. Después de un raro escucharon el chirrido de unos neumáticos y apareció un convertible rojo cerca de ellos, todo el mundo observaba la escena. Como si fuera una película, de él comenzaron a bajar los que conformaban el grupo.

Iker y Ricard, conversaban animadamente entre ellos y no lucían igual que el año anterior. Ya al cumplir los quince empezaron a madurar, claramente ya lo habían hecho a que llevaban unos jeans de mezclilla y unas camisetas vaporosas que dejaban al descubierto sus musculosos brazos. Incluso se podría decir que se habían preocupado por peinarse bien. Violeta y Lucía eran otra historia, vestían unas blusas que dejaban al descubierto el abdomen y pantalones de ultima marca. Violeta fue hasta la puerta de donde salió el castaño. Ese claramente era Apolo. El que Llanos conocía del año pasado era pequeño frente a este. Estaba radiante y el sol de la playa le había dejado un hermoso bronceado. Vestía un pantalón negro junto una polo rosada y una chaqueta amarrada a su cuello, muy pequeño para que fuese de el.

Llanos supuso que debía ser de Violeta. Apretó los puños, pero aún podía contemplar al castaño que le sonreía a sus amigos, su cabello ahora estaba mas largo y ondulado. En su bolsillo tenis un estuche de Michael Kors para hombre, lo sacó y rebusco en el para sacar un chicle que le ofreció a Violeta, quien lo mastico mientras le daba una sonrisa.

Apolo x Llanos - RivalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora