Había transcurrido una semana. Llanos no hablaba con nadie y si lo hacía con sus amigos, era durante unos breves minutos. Mantenía toda su concentración en los estudios. Duraba horas en la biblioteca, intentando escapar de la realidad, de su asquerosa realidad. Estaba enamorado del perro que detestaban sus amigos, el mismo que lo humillaba a él, el mismo que se comía a su novia en los pasillos y el mismo que había tratado de evitar todos estos días.
Ahora que era consiente de sus sentimientos, sentía un gran nerviosismo al verlo, como si fuera más torpe de lo estrictamente debido. Sus amigos le preguntaban que sucedía y prefería mentir o cambiar de tema. Los evitaba, evitaba a todo el mundo, al llegar a su casa iba directo a su habitación para estudiar. Ya no podía diferenciar que día era del otro, el tiempo pasaba sin realmente estar pasando para él. No podía parar de pensar en el rostro de Apolo y era una mierda.
Estaba caminando por el pasillo, con su maleta colgada al hombro mientras jugaba distraídamente con el cierre de su chaqueta mientras avanzaba. Así llevaba todos esos días el chico moreno. Perdido en su mundo de enamorado. Era estúpido y lo sabía, pero no podía evitar sonreír como bobo cada vez que recordaba la risa de Apolo o cómo se asomaban esos pómulos al sonreír.
- Llanooooooooos- Canturreó David, colgándose de su brazo derecho, y Matteo sujetó el izquierdo.
- ¿De que va esto?- Preguntó, un poco intimidado por las sonrisas picaras que mostraban sus amigos.
Izan intentaba parecer neutro, pero se reía.
- Tendremos una reunión- Dijo y los tres comenzaron a llevarlo a rastas fuera del colegio, a la calle.
- ¿A donde vamos? Tengo que estudiar, mañana hay clases y...- Intentaba poner excusas vagas , pero sus amigos lo ignoraron.
- Llanos, hoy es viernes- Dijo David y él abrió los ojos ¿No era martes o algo así?
- Hoy, hoy será el día en que nos cuentes que sucede- Dijo Matteo con una voz cargada de veneno.
Llanos comenzó a temblar e intentó soltarse del agarre de sus amigos, ellos prácticamente lo cargaron para entrar a la pizzería. Jerry los recibió con alegría y comenzó a reír al ver como intentaba escapar, pero Matteo lo llevaba hasta la mesa. Los jóvenes de hoy en día eran muy animados.
- Ya, habla- Exigió David fulminándolo con los ojos, él se encogió en el asiento.
Parecía un interrogatorio, estaban en la mesa: David y Matteo estaban sentados frente a él con las manos cruzadas, observándolo con una intensidad abrazadora. Llanos tragó en seco, Izan sentado junto a él también lo observaba, expectante. Le hizo señas con la mano, para que verbalizara alguna respuesta.
- ¿Que quieren que diga?- Preguntó, haciéndose el desentendido.
Matteo golpeó ligeramente su vaso contra la mesa y atravesó a Llanos con la mirada.
- ¡Habla, ya! Algo te sucede, llevas toda la semana prácticamente fuera de satélite- Dijo, acusándolo, y Llanos bajó el rostro.
- ¿Te hicieron algo?- Preguntó David un poco preocupado, su amigo no había estado muy bien en estos días.
- No ha... Sucedido nada, en verdad.
- Habla.
- Confiesa.
- Por favor.
Sus amigos lo estaban volviendo loco y Llanos no podía decirlo.
- ¡Que no pasa nada!- Exclamó y algunos chicos en otras mesas voltearon a mirarlo, él se hundió y volvió a susurrar en voz baja- Ya paren con el tema.
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Apolo x Llanos - Rivales
RomanceMiguel Llanos comienza la secundaria sintiendo las burlas de sus compañeros, entre un grupo de chicos que lo fastidian conocerá a el popular Apolo Ribera. Comenzará una rivalidad entre ellos, llegando a odiarse a muerte. O al menos eso es lo que ell...