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~roier~

-¿Dónde carajos estaban?

Habían pasado una tarde entretenida su hermano y él, comieron en McDonald's y habían pasado tiempo en el parque, volvieron a casa cuando ya la oscuridad se postró encima de ellos y al menor le había comenzado a dar frio.

Cuando llegaron, su madre y su padrastro estaban en casa y en el momento en que cruzaron la puerta, ambas miradas se dirigieron a ellos, una preocupada y otra enojada.

-Afuera- respondió Roier

Casi podía ver como salía humo de las orejas de su padrastro, su madre siempre le decía que no debía provocarlo, pero Roier también era muy mecha corta.

-Te crees muy listo, ¿eh? - Roier podía sentir como Bobby se aferraba fuertemente a su pantalón, escondiéndose detrás de él.

-Bobby- Roier suavizó su voz al dirigirse a su hermano -Ve al cuarto, voy en un momento- el niño lo soltó dudoso, pero finalmente se apresuró a la habitación, cerrando la puerta con cuidado.

Henry y Roier se miraban fijamente, casi echando chispas por los ojos, recordándose en silencio lo mucho que se odiaban

-¿Vas a decirme dónde estaban?- remarcó cada palabra, intentando intimidar a Roier

"Idiota" pensó el muchacho "Como si existieran cosas que me asustaran"

-¿Acaso te importa?- Roier frunció el ceño y su padrastro apretó la mandíbula

Roier avanzó hacía su habitación, pero fue detenido cuando, al pasar junto a Henry, este lo agarró fuertemente del brazo

-Eres un insolente- dijo el hombre

-Y tu- Roier lo miró a los ojos -Un imbécil

Henry lo jaló hacía atrás, haciéndolo quedar frente a él, y, en fracción de segundos, una fuerte y sonora bofetada aterrizó en la mejilla de Roier haciéndole girar la cabeza.

Se quedaron así unos segundos, Henry respirando rápidamente, al contrario de Roier, quien lo hacía lentamente, mientras tanto, su madre veía todo desde el oscuro comedor, llorando en silencio.

Roier se enderezó y miró a su padrastro por unos segundos, sintiendo nada más que el creciente ardor en su mejilla, probablemente le dejaría marca y deba ocultarla de algún modo en la escuela, pero de eso ya se encargaría después.

-Desaparece de mi vista- exclamó el hombre y Roier obedeció dirigiéndose a su cuarto, cerrando la puerta detrás de él.

Su hermano estaba sentando en su cama, temblaba, cuando lo vio entrar se lanzó sobre él. Roier apenas y lo pudo atrapar.

El niño se colgó de él, ocultando la cabeza en su cuello, llorando fuertemente, pero en silencio.

-¿Qué tienes chaparro?- Roier acarició su espalda para calmarlo -¿Por qué chillas?

-¿No te duele?- hipó el niño

-¿Cómo crees?- Roier avanzó a la cama del niño -Si yo estoy bien fuertote- con cuidado lo recostó, el niño lo miró con los labios fruncidos y los ojos rojos llenos de lagrimas

-No me mientas- Bobby estiró la mano y acarició con cuidado la mejilla enrojecida de su hermano, Roier sintió sus ojos arder.

-Solo un poquito, tranquilo- le secó las lagrimas a su hermano -Hermanoier está bien

Bobby jugaba con los cordones de la sudadera de Roier, al menor siempre le había gustado ese suéter, era rojo y tenía el logo de Spiderman en el centro, cuando Roier no la usaba, Bobby la tomaba y se la ponía, aunque cupiera dentro diez veces más.

year ; guapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora