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Man Cave

El ángel y el humano caminaron de la mano por el Jardín del Edén

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El ángel y el humano caminaron de la mano por el Jardín del Edén. Adán había invitado a Lucifer a mostrarle las estrellas, que el ángel ahora veía con asombro y admiración. Constelaciones en el cielo, millones y millones de puntos brillantes salpicando el cielo, con algunas nubes aquí y allá. "Es hermoso..." susurró el rubio asombrado, a lo que Adán sonrió orgulloso sabiendo que su pequeña sorpresa había sido apreciada.

"Lo sé, es increíble", dijo mientras guiaba el camino hacia la siguiente sorpresa de la noche.

"¿Ves esto todas las noches?" preguntó el ángel a su amante, quien asintió. "Wow, el cielo es todo blanco... Todo el tiempo. Sería bueno si tuviéramos noches como esta", comentó mientras volvía su mirada hacia el camino, curioso por ver hacia dónde lo llevaba el humano.

Caminaron unos minutos más, con el ángel admirando todo a su alrededor. Las hojas de los árboles se movían sutilmente con la brisa nocturna, generando un sonido casi parecido a un silbido. Algunos animales pasaron delante de ellos, deteniéndose un segundo para mirar al ángel, como si supieran que era diferente a Adán.

"Ya llegamos", anunció el moreno, parándose frente a Lucifer, señalando con una sonrisa la cueva detrás de él. "Esta es mi cueva de hombres", presentó con entusiasmo. "Los animales tienen sus propias cuevas, así que esta es una cueva de hombres", explicó mientras guiaba al ángel al interior.

Estaba tan oscuro que era imposible ver nada, así que Adán tomó una rama del suelo y la acercó al rubio. "Hazlo", pidió con entusiasmo. Lucifer se rió afectuosamente, chasqueando los dedos para encender una llama en la rama, admirando el ligero asombro de su amante. "Siempre me sorprendes. ¿Cómo haces eso?"

"Poderes angelicales, querido", respondió con una sonrisa, contagiando al humano con ella.

"Ah, sí. Lo olvidé", se rió Adán, tomando su mano nuevamente. "Bueno, esta es mi cueva. Es genial, ¿no?"

"Sí, lo es."

"¡Oh, tengo que mostrarte los dibujos!" exclamó, apresurándolo hacia una de las paredes de la cueva, donde había pequeñas marcas en las paredes de piedra, rodeadas de círculos. "Decidí nombrar todos los animales que veo, porque son tan diferentes que no puedo llamarlos a todos simplemente 'animales' ", explicó, señalando un dibujo a la izquierda y acercándolo con la llama para que se notara. "Este es un 'conejo', como el que te mostré el otro día, al que le diste de comer algunas hojas".

ONE-SHOTS (Adán x lucifer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora