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"Hola papá... ¿sabes cómo Vaggie recuperó sus alas?"
Lucifer asintió y sorbió su té. "Sí. Son muy bonitas, ¿eh? ¿De qué se trata esto? ¿Necesitas que te enseñe cómo funciona el acicalamiento para poder ayudarla? ¡Puedo hacerlo! Entonces-"
Charlie negó con la cabeza. "No, no, eso no. Pero gracias. Uh... sólo me preguntaba..." Ella jugueteó con los dedos. "Entonces, cuando estaba hablando con Adam, antes de que entraras... mencionó que le faltaban las alas. Y pensé... si Vaggie puede recuperar las suyas... ¿tal vez haya una manera de ayudarlo a él también?"
Lucifer suspiró. "Cariño, sé que quieres que se sienta más cómodo, yo también, pero esas son... situaciones muy diferentes. A Vaggie le arrancaron las alas, ¿no? Adam..."
¿Qué pasó exactamente con las alas de Adán? Todo lo que quedó de ellos fueron cicatrices doradas gemelas a las que Lucifer nunca les prestó mucha atención. Eran bonitos, como el resto de él, y eso era todo. Si se hubieran desgarrado... no podrían haberse curado tan rápido, ¿verdad?
"Bueno... tuve una idea", sugirió Charlie. "El tio Belphie tiene todo tipo de medicinas en Sloth, ¿tal vez tenga algo?"
Eh. Esa... no fue una mala idea, en realidad. Lucifer trazó distraídamente el borde de su taza. "Ciertamente puedo intentarlo... wow, no la he visto en años, de hecho. ¡Podría ser una buena oportunidad para ponernos al día!"
Se puso de pie, agarrando su bastón de donde estaba contra el brazo del sofá de dos plazas. "¿Ya... has hablado con Vaggie?"
Charlie negó con la cabeza. "Todavía no. Me envió un mensaje de texto diciendo que fue a un pub por un momento para aclarar su mente, pero ¿debería regresar ahora?"
Lucifer asintió. "Ve, entonces. Habla con ella y yo iré a ver si Belphie tiene algo útil".
Se giró y abrió un portal, los pasos de Charlie se desvanecieron.
No tenía idea de cómo sería esto.
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Vaggie estaba de vuelta en el bar del hotel, justo donde Charlie la había dejado originalmente. Sus dedos tamborilearon sobre la parte superior de un recipiente de poliestireno para llevar.
"Hola Vaggie... ¿estás bien?"
Charlie tomó asiento a su lado y balanceo los pies. Vaggie levantó la vista con una pequeña sonrisa. "Oye, Char. Estoy bien, sólo necesitaba pensar. Pero te compré unas patatas fritas con queso mientras estaba fuera". Empujó el contenedor hacia la rubia. "Sé que te gustan".
