Restaurando Las Cosas

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Después de lo ocurrido con Shun, Hyoga no dejaba de sentirse mal tratando de resolver su error o tratar de disculparse con Shun.

Así que secretamente bajaba al pueblo del santuario para ayudar a las personas que después les daban monedas tratando de ahorrar para así comprale de nuevo el juego de té a Shun qué al perecer lo había visto en una tienda.

—Disculpe señorita.

Hyoga había entrado a la tienda dirigiéndose al mostrador qué apenas al canzaba de puntitas.

—Desea algo señorito?— Pregunto la chica enternecida.

—Si, disculpe presió tiene ese juego de té.

—Su presió es de $99.9 hijo.

Hyoga contó sus monedas dándose cuenta que apenas tenía $5.

—Gracias señorita— Hyoga salio desanimado de la tienda, a ese paso no lograría conseguir ese juego.

Recordando como Shun lloraba fue como se decidió en conseguir más monedas para ese regalo. Así que se bajaba del templo de su padre para ayudar a más personas y conseguir esas monedas de manera honesta.

Fue bastante tardado, un mes haciendo eso obteniéndolas monedas suficientes ¡hasta de sobra!

Alegre y emocionado fue de nuevo a la tienda para comprar ese regalo.

—Hola señorita.

—Señorito usted de nuevo.

—Si, vengo a comprar el juego de té— Hyoga emocionado le dio tadas las monedas en el mostrador.

—Lo lamento mucho pero el último juego ya fue vendido.

Después de decir eso la sonrisa de Hyoga desapareció.

—Amm~ no tiene más de casualidad? — Preguntaba tratando de ver más haya del mostrador.

—Lo lamento mucho de verdad.

Hyoga se alejo del mostrador soltando lágrimas al pensar que Shun no le volvería a hablar. Ver esa escena le destrullo el corazón a la chica Viendo las monedas.

—Pero oye tienes el suficiente dinero para comprar otra cosa y mejor.

Hyoga limpio sus lágrimas y nariz al escuchar eso.

—¿De verdad?

—Si, ven te muestro.

La señorita empezó a mostrarle más regalos que podía dar pero nada le interesaba a Hyoga hasta ver un peluche grande de conejito con olor a fresas.

—Wow quiero este peluche— Dijo emocionado abrazando el peluche que para un niño era gigante.

—Esta bien, si lo quieres es tuyo.

La chica tomo el peluche poniéndole un moño encima.

Feliz pero no seguro Hyoga cargo el peluche de conejo hasta el santuario qué ya deberían saber como se veía un niño cargando un peluche más grande que el.

Con dificultad subió las escaleras hasta la doseaba casa.

Con miedo llamo a Shun pero salió Afrodita.

—Ho-hola señor Afrodita.

—Hyoga ¿qué haces aquí?.

—Vine para disculparme con Shun por  romper su juego de té.

Afrodita podía sentir las intenciones buenas del niño así que llamo a Shun pero Hyoga agachó la cabeza pues no tenía el valor para verlo a lso ojos.

—¡Hyoga estas aquí!

Grito feliz Shun corriendo hacia el para abrazarlo.

—Shunny yo— Tomando valor Hyoga le dio el peluche a Shun quedando este confundido.

—Lamento mucho aver destruido tu juego de té y de verdad quería darte ese juego pero alguien más lo tomo y se que un regalo no compensa otro, pero por favor asepta este regaló. No quiero dejar de ser tu amigo.

—Hyoga yo creí que tu ya no querías ser mi amigo porque te grite muy feo.

Aquella revelación hicieron qué Hyoga lo viera a los ojos asombrado.

—Yo creí que no me querías ver— Comento el rubio a lo cual Shun negó con la cabeza.

—Cada ves que intentaba ir a tu casa para disculparme el señor Camus me decía que no estabas y yo crei qué no me querías ver.

Ambos quedaron igual de pensativos ante la aclaración, al parecer solo había sido un mal entendido.

—Camus me dijo lo que has hecho por mi hijo para remendar el accidente. Tienes determinación sin duda y de verdad apreció mucho lo que hiciste— Dijo Afrodita quien al parecer escucho la conversación.

Sin notarlo Shun quedo maravillado por el peluche de conejo grande.

—Shun este es mi regalo. Se que no es un juego de té pero.

—¡Me encanta!— Grito Shun abrazando el peluche de conejo —Jejeje huele a fresa.

Shun le dio una mirada tierna a Hyoga pues la fresa era su fruta favorita dándole un beso en la mejilla cerca de los labios.

—Papí me puedo quedar con el peluche?

—Es tu regalo sería de mala educación no aseptarlo.

—Jejeje el peluche va a dormir conmigo cada noche y me recordará a ti Hyoga.

Lo último dejo a Hyoga sonrojado mientras Afrodita lo veía con ternura.

—¿Por que no invitas a tu amigo a jugar?

—Si, ven Hyoga vamos a jugar a los papás y el peluche será nuestro hijo.

Shun tomo la mano de Hyoga llevándolo a su habitación volviendo a ser AMIGOS. notando un nuevo juego de té precisamente el de la tienda pero con una nota de decía "Perdoname hermanito" dejando ver quien había comprado ese último juego

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QUE BONITO ES EL AMOR 💞

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