A Jeongin le gusta disfrutar a sus hyungs individualmente pero esto... esto es más que perfecto.
_____________
Despertó abrumado. Un poco nervioso ante la brisa ligera que golpeó su piel sorprendentemente desnuda. No recordaba haberse ido a dormir sin ropa. Tampoco recordaba la ventana abierta o en el momento exacto en que decidió irse a su habitación. Se removió incómodo. Había un espeso calor acumulándose en su vientre. Como una bola demoledora. Y estaba tan aturdido que le costó asociarlo con su celo hasta que noto la humedad que mojaba sus muslos y la ropa interior que aún permanecía en su cuerpo.
Gimió confundido y adolorido e intentó incorporarse pero sus extremidades fallaron débiles por la necesidad y calor que lo golpeaba.
No tuvo mucho tiempo más para quejarse cuando escuchó un murmurllo cerca, se giró curioso y ansioso de encontrarse a cualquiera de sus alfas.
Pero no fue así.
Hizo un puchero enojado por estar solo cuando el ruido fuera de la habitación indicaba que todos estaban aquí. Resopló tembloroso.
Su celo apenas iniciaba. Los fuertes temblores le recorrían su menudo cuerpo y se empezaba a sentir lento y mareado. Mayormente aturdido por los olores de sus alfas. Las sábanas contra su cuerpo comenzaron a picar, irritando toda su sensible piel y haciéndolo sentir acalorado.
Gimió con tristeza.
E intentó desnudarse pero incluso moverse era doloroso.
—¿Qué sucede, bebé?
El omega no escucho cuando alguien entró en su habitación por lo que apenas pudo mirar en su dirección con incertidumbre. Le costaba pensar y su lengua estaba adormecida en su boca por lo que el alfa no recibió una respuesta a su pregunta. Este se acercó al lloroso omega que lo miraba con un mohín en su boca y sus ojitos tan brillantes que parecían estrellas. El alfa sabía lo que le pasaba pero no dio ninguna señal de querer calmar su malestar. Camino apenas hasta llegar a su lado en la cama y lo miro con hambre.
Con dos de sus nudillos acarició la mejilla hirviendo de su omega quien gimió acercándose hambriento a ese toque.
Jeongin comenzó a desesperarse al no recibir nada de lo que necesitaba. Se removió en la cama e intentó llevar una de sus manos hasta el interior de su bragas pero Seungmin lo detuvo, tomando sus manos y llevándolas hasta arriba sobre su cabeza.
—No. —susurró contra su mejilla. Su nariz recorriendo un camino hasta su cuello donde dejó una franja con su lengua. Jeongin tembló. —No puedes tocarte sin permiso de alfa.
Jeongin sollozo en respuesta nervioso por tal implicación. —No quieres enojar a tus alfas, ¿cierto? —dijo Seungmin nuevamente. —No quisiera tener que castigarte ahora en medio de tu celo, eso sería muy malo para ti, muñeca.
El omega asintió apresurado provocando una oleada de posesividad y satisfacción en el alfa quien subió a besarlo, llevando su mano libre a la cintura del omega y recorriendo la piel de su estómago plano. Jeongin ronroneo en medio de su beso, su mente divagando en lo mucho que deseaba embarazarse de sus alfas.
Seungmin captó rápido sus deseos separándose lo justo para mirar la vertiente de anhelo en su mirada.
—Buen omega, ¿Ya estás pensando en todos los cachorros que pondremos en ti?
Jeongin respondió con un lloriqueo ansioso provocando la risa del alfa.
—¿Molestando desde ya a nuestro omega?
Alguien más entró a la habitación. Jeongin se empezaba a sentir torturado.
Changbin se dirigió hasta la cama y tomó al omega alejándolo del escrutinio del menor y lo sentó en su regazo. Jeongin estaba con su espalda apoyada contra el fuerte pecho del alfa y este pareció hacerle una seña al otro hombre que continuaba a su lado porque Seungmin se movió metiéndose entre sus piernas y comenzando a deslizar sus braguitas por su piel.
