Libertad

Capítulo 11.

―Haber...―Trato de reconectar todo lo que me acaban de decir. Mateo, pobre niño bueno que ya no es tan niño ya debe de tener unos 18 años creo, mi percepción del tiempo está un poco jodida

―Es jodido lo sabemos, pero en serio necesitamos su ayuda, a parte creo que ustedes dos deben de saber un poco de las personas que secuestraron a nuestro hermano―Se le notaba un poco enojado a Carlos. ¿Cómo? Nosotra sabemos algo, nos están acusando de algo, disculpa

―¿Nos están acusando de que secuestraran a su hermano? Bueno que seamos las posibles culpables, no me jodas―Medio explota Nat, se le nota un poco colérica

―No es eso, solo que nos enteramos de algo que paso. Después del cumpleaños de Bruno, bueno lo que paso antes de eso― Trato de recopilar en mi memoria, claro el que matamos en el medico, el hijo de puta que se quería pasar de listo

―Ja, eso qué tiene que ver?―Cuestiona Nat, yo no eh soltado ni una sola palabra, si hablo se me va a romper la voz

―Tenemos sospechas de que son los mismos que secuestraron a Mateo―Esta vez habla Bruno, sigue igual de guapo sus facciones se han madurado, tiene el cabello un poco largo y ahora tiene más tatuajes.

―Bien, les vamos a ayudar―Nat asegura y me voltea a ver. Bueno ya dijo ella, a parte era mi nuero y me agrada el chico. Espero este bien, debe de seguir vivo de lo contrario me voy a divertir mucho con alguno de esos hijos de puta

...

Termino de armar mi mochila en la cual traigo todo lo importante

―Es muy urgente que te vayas, la estaba pasando genial aqui―Ivan me toma por la cintura y me abraza, poniendo su quijada en mi hombro

―Perdona, pero en serio es urgente esto, mi padre ya esta en México. Es muy urgente que estemos ahí en cuanto antes, si alguien más pudiera resolverlo pues yo seguiría aquí―Le hablo mientras meto mi pasaporte y mi kit de higiene personal en la mochila

―Espero y tu familia este bien, se que no me dices mucho por mi seguridad―Se le escucha un poco irritado por la situación, pero no saber nada del otro fue su elección, yo me quería adentrar pero por el deje de insistir en tener algo formal con él

―No digas eso tu decidiste esto.―Lo observo sus ojos, sus facciones en otro instante de mi vida y de su vida seriamos la pareja perfecta, pero no lo somos y esta es la vida real. Le doy un casto beso para después abrazarlo

―Te diría que este no es un adiós, pero no lo sé. Lo único que puedo decirte es gracias por los momentos que compartimo y que fue un placer―Me suelto un poco de él, lo miro nunca llegue a amarlo o bueno eso creo, ahora solo quedara como un grato recuerdo en mi mente.

―Fue un placer conocerla, señorita Martínez―Hace un ademan con las manos, como una despedida para después tomar mi mano y darle un beso en el dorso

Le sonrío, no me queda más que hacer eso. Tomo mi mochila dirigiéndome a las escaleras, los chicos entendieron la situación, dando ánimos para que se solucionara toda nuestras situación familiar. Solo nos quedo darles las gracias. Estoy a punto de decirle que cuide mi auto a Victoria pero me interrumpe.

―No hables, no te preocupes se que es tu tesoro más preciado así que tu relajate, ya debes de tener mucho estrés como para acumular algo más―Me señala con su dedo en señal de reproche, solo le sonrió y la abrazo. Es una gran amiga y una gran persona. Llego a murmurar un gracias, se me rompe la voz.