Capitulo 21

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No voy a pagar pecados que no son míos. Cuando pensé que, todo estaba yendo por buen camino, se terminó. Mi maldita relación, si es que en algún momento la tuve o sólo fue tiempo perdido. Al final de todo, una parte de mi siempre supo que alguien como yo jamás tendría alguna oportunidad con Lionel, conforme pasaba el tiempo y después de tanto en tan poco, el muro que en un principio levante fue perdiendo fuerza, hasta que todo de mi, quedó expuesto ante ojos de Lionel y Charles.
Mi corazón se desbocaba cuando de Lionel se trataba, estaba perdidamente enamorada de un hombre, que solamente se priorizaba así mismo y que además me miraba como una mujer enferma, incapaz a los ojos de él, de ser la madre de sus hijos (mi mayor anhelo) mi mente me gritaba que no me enamorara y mi corazón inexperto decidió no escuchar. Pagando así el precio.

Cuando desperté en nuestra habitación, me sentía abrumada. Vladimir el hombre en un par de ocasiones me atormentó desde mis sueños, finalmente apareció. Causándome miedo e incertidumbre, sabiendo que en algún momento probablemente vendrá por mi. Con el pensamiento erróneo, que al lastimarme los Rothschild's vendrán a el suplicando y se podrá cobrar todo lo que ellos le hicieron.

Desde hace un tiempo los tres dormimos en la misma habitación, ellos mandaron a modificar 4 habitaciones, creando así esta. Todo en este lugar fue mandado hacer a nuestro gusto, que curiosamente era algo parecido.
Honestamente me encanta despertar con abrazos, caricias o besos de ellos. Aunque esto va a terminar, porque enserio no deseo nada más, después de las palabras de esa mujer. Aunque esté enamorada mi orgullo me impide seguir.

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Pequeña ¿Estás bien, ese hijo de puta te lastimo?—Pregunta Charles abrazándome.

Sólo me dejó esto.—Le señaló el cuello y la mordida en el labio.

¡Maldito! ¿Como se atreve a poner sus labios en ti? En mi mujer, ¿Como? Pero esto lo va a pagar caro.—Los gritos de Lionel me asustan, esta como loco, tirando todo a su alrededor.

No destruyas nada más por favor.—Le pido con voz suave.

Tranquila preciosa no te hará daño, yo también estoy muy molesto por esto. Tú no tienes la culpa, fue ese malnacido. Esto que hizo es una señal que actuará contra ti, pero nosotros te protegeremos ¿Esta bien? Sólo confía en nosotros.—Charles me aprisiona con su cuerpo, lamiendo la mordida que dejó Vladimir.

No tengas miedo de mi, sólo necesito sacarlo. Charles cuídala.—El salió, llevando consigo su arma y un par de cuchillos de combate.

Necesito relajarme, todo esto es tan complejo.

Charles me cargo hasta el baño, ahí estaba un jacuzzi muy grande donde en ocasiones nos metíamos.
Poco a poco me fue desvistiendo, hasta quedar desnudos. Al entrar lo abrase, metí el rostro en su cuello y algo entre sus piernas estaba más que despierto, me reí porque ese par solo así vivía, deseosos por tomarme.

Quiero que me hagas tuya, hazme llorar, vuélveme loca, tómame como nunca.—Susurre en su oído, su piel se estremeció.

Principessa, non puoi chiedere cose che non sei disposta ad accettare.

—Haz lo que quieras conmigo, olvídate de todo y haz un desastre.

No hubieron más palabras. Se metió debajo del agua, abriéndome las piernas. Su lengua en mi centro era tan deliciosa, en un momento el me jaló metiéndome también al agua. El me seguía comiendo el coño y un orgasmo potente me llegó, hasta el punto de no acordarme que estaba bajo el agua.

Me saco de ahí, llevándome en el hombro. Me tira con fuerza a la cama, poniéndome unas esposas en los tobillos, pero estas tenían una barra expansible. No podía cerrar las piernas, el lo estaba disfrutando, estaba totalmente expuesta y sólo para el. Puso un vibrador en el clitoris, levantó las piernas, dejando la barra en su pecho y sin más entro en mi. Todo era muy rudo, rápido, mordiscos, gemidos, gritos, sumisión. Me llevo a un nivel tan alto de placer que era surreal.

No se cuanto tiempo paso, pero en algún momento nos dormimos. La alarma de mi medicina me despertó, levantándome buscando agua.
Tuve que bajar hasta la cocina porque, Lionel destrozó la mesa donde estaba el agua y algunos medicamentos.

Todo estaba demasiado silencioso para mi gusto, camine a ver si encontraba a Lionel pero no estaba por ningún lado. Cuando en eso miro a los hombres que siempre están con el, saliendo de una pequeño edificio, que está afuera de la casa. Según ahí es una bodega donde se guardan armas y que además entrenan a los hombres de seguridad. Aunque nunca me han mostrado el sitio.
Salgo hasta llegar al lugar, seguramente ahí debe de estar el. La puerta estaba semi abierta, era blindada y pesaba muchísimo. Use todas mis fuerzas, por suerte se abrió un poco más y pude entrar.

A simple vista, era muy oscuro. Habían pequeñas luces en el piso que iluminaban el camino, estaba emocionada. Me sentía en una película de James Bond. Caminé varios minutos, cuando di con una puerta igual a la de la entrada, aunque está tenía un panel para poner un código.
Puse lo primero que se me vino a la mente, la fecha de nuestra boda y para mi sorpresa esa era la contraseña.

Había un pasillo, igual con las luces en el piso. Pero si hubiera sabido lo que vería jamás hubiese entrado a este lugar.

Había unas escaleras que llevaban a un piso inferior. Era una especie de círculo, donde habían muchas armas, varias camas, una cantidad inmensa de juguetes sexuales, lencería, ropa y muchas cosas más.

Lionel estaba con cuatro mujeres, dos se daban placer entre sí, las otras dos estaban en una cama con el. Las estaba follando tan duro, que le pedían que parara. También estaban tres cuerpos de hombres mutilados, en un rincón. Lionel parecía poseído, no paraba de gritar, estaba disfrutando de eso. Las dos mujeres se acercaron, tiraron a las otras. Lo acostaron, una lo estaba montando y la otra puso su coño en su cara.

Lágrimas caían sin control, me sentía una mierda. Con esto me quedaba más que claro, lo que significaba para el, sólo era una más en su lista, interminable de mujeres.

Alguien me agarro del brazo, girándome. Adivinen ¿quien era? Charles, el hombre que hace unas horas me había cogido.

Tu sabias que el estaba haciendo esto.

—No llores.—Me dice acariciándome el rostro.

No me cambies el tema, responde lo que te pregunte.

—Si, si sabia. Pero esto tiene un por qué.

—Realmente no me interesa, esto sólo se termino. Cuando acepte esta propuesta, les advertí que si estaban con otra mujer, simplemente se acabaría.—Me solté de Charles y baje a donde estaba el.

Las cuatro mujeres me observaron con temor, la que tenía el coño en su cara se intentó levantar, pero los brazos de él no la dejaban. Yo le quite importancia y camine hasta donde estaba acostado.

Que hábil eres, para estar con cuatro a la vez.—Mi voz salió en un susurro.

El empujó a las dos, levantándose abruptamente.

Pequeña...

—No tienes nada que decir, esta bien. Estaba realmente preocupada porque saliste muy enojado, por lo que veo, estás muy entretenido. Discúlpame por interrumpir.—Me doy la vuelta y me quito las lagrimas.

Espera.—Dice volteándome, el olor de los jugos en sus labios llegan a mi.

—¡NO ME TOQUES! ME DAS ASCO, NO SE COMO PUDE TENER ENTRE MIS PIERNAS, A UN TIPO TAN PROMISCUO COMO TU. SIGUE TENIENDO ESA VIDA LLENA DE PERVERSIDAD. TU Y TU PADRE SON TAL PARA CUAL, NO LOS QUIERO VOLVER A VER, LOS QUIERO LEJOS DE MI.—Mis gritos hacían eco en este asqueroso lugar, tomé mi corazón hecho pedazos y me fui de ahí con la cabeza en alto.

Utopía Perfecta [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora