Capitulo 27

134 7 0
                                    

Me desperté con mucho dolor de cabeza y hambre.

¿Donde mierda estoy? ¿Por que me tienen aquí?—Ayer estaba con Sasha, será que por eso me emborracho? Sólo me quería joder.

Por fin me voy a divertir contigo.—Escucho la voz de Vladimir.

—¡Eso es lo que querías perra mal parida! Por eso me drogaste, por un momento te creí mi amiga.—Grite con ira, esto más que miedo me tenía muy enojada y decepcionada.

¿Que pensaste? Estás aquí para pagar por tus hombres, no creíste que estabas como invitada de honor. Eres tan estupida, pequeña gatita. Confías en quien no debes, al final Sasha es mi hermana y una Romanov.

—Todos ustedes. Mafiosos asquerosos váyanse al demonio. Ya estoy arta de todo esto, desde que me metí con los Rothschild toda mi vida se convirtió en un infierno. Haz lo que te dé la gana Vladimir, realmente no me importa. Y deja de esconderte, dame la cara y comienza con tu trabajo.—Mi voz se escucha imponente.

Sacando las garras nuevamente, no te da miedo estar bajo mi poder.—Pregunta y entra finalmente a la celda.

Tu y necesidad de causarme miedo. Desde ahora en adelante, no pienso tenerle miedo a ningún imbécil. Ya te dije haz lo que quieras.—Cada palabra que sale de mis labios le sorprenden. Sus ojos no se mueven de los míos y venas que sobresalen en su cuello me indican su severa molestia.

Señor quiere que comencemos a grabar.—Pregunto uno de sus hombres.

—¡Hoy no se va a grabar una mierda, salgan de aquí ahora! Y tu me las vas a pagar, atente a las consecuencias.—Sus gritos sacaron disparados a sus hombres, mientras que se movía de un lugar a otro, como un león enjaulado.

Seguramente me ibas a golpear y enviar vídeos a Lionel. Bastante tonto para mí gusto.—Me rio en su cara.

Me da un golpe de puño cerrado, que me rompe el labio y me deja la mitad del rostro adolorido.

Vamos a jugar algo más divertido entonces.

—Me encantaría.—Le respondo y le escupo sus zapatos con mi sangre, el de un tiron me rompe la poca ropa que tengo y se relame los labios. Pasa sus dedos por mi abdomen hasta llegar a la entrepierna.

Me vuelves loco, ¿por que eres tan especial? Esa maldita boca tan venenosa, me encantas.

—Ese es todo tu problema, quieres follarme. Hazlo, cógeme hasta desmayarme, también quiero probarte.—No se en que momento pase de querer joderlo, a darle el permiso de cogerme. Definitivamente ya me volví loca.

Sus ojos de oscurecen, pasa la yema de los dedos sobre la braga, lo observa y sonrió con autosuficiencia. El me libera de mis ataduras y me carga en su hombro, no sin antes darme una poderosa nalgada.
Camina un largo pasillo hasta entrar a un elevador, a la salida están varios hombres que observan su espalda.

Que nadie me moleste, cualquier cosa le dicen a Mikhail.—Si su voz ya era gruesa, por culpa de su excitación lo era aún más.

Traigan muchos condones y no se preocupen por su jefe, pronto estará bien y ya no les gritará.—Me encanta esto, los tipos sólo me dan una sonrisa.

Cállate.—Dice y otra nalgada se estrella en mi trasero.

Entramos a lo que parece ser su habitación, me deja en la cama, me rompe las bragas. Se posiciona encima de mi y siento su pene, sobre el pantalón. Es enorme, nuestra respiración es agitada.

También quiero verte desnudo.—Le digo.

Se separa unos instantes, quitándose el suéter y el pantalón. Este hombre es un pecado, su ropa interior al parecer va a explotar por su gran tamaño. Arremete contra mis labios y el sabor a óxido de mi sangre se siente delicioso.

Me restriega su erección, con una mano sostiene mis muñecas sobre la cabeza y eso de la total control sobre mi. Mi humedad es palpable y por lo que observo le gusta.

Ábrete para mi, hoy vas a sentir a un verdadero hombre.—Inmediatamente abro las piernas.

No se como hizo para quitarse el bóxer, pero entro en mi y era más grueso que ellos. Poco a poco fue entrando y con cada centímetro que recibía, dejaba de respirar, era muy grande y me lleno de una manera tan...
Me daba escalofríos la manera en cómo chupaba, besaba y mordía mis senos.

Aaaah, mierda, eres enorme.—Gemí y el comenzó a moverse.

Relájate o me vas a cortar el pene, no me aprietes tanto cariño.

Soltó su agarre en mis muñecas y por inercia mis manos fueron a su espalda, sus movimientos iban aumentando el ritmo. Hasta que me embestía como un animal en celó, mis gritos y sus maldiciones se debían escuchar hasta afuera. Este ruso me estaba volviendo loca.

Cuando estaba a punto de correrme, el se detuvo.

Levántate. Quiero que te pares en la cama.—Ordeno. Con una mano en mi cintura, me cargo. Mi espalda en su pecho se derretían.—No hagas un movimiento brusco o te vas a caer.—Con la otra mano me agarro una pierna, me soltó de la cintura y tomó la otra pierna, estaba totalmente expuesta.

Nuevamente me penetro, lo dejo ahí. Mientras caminaba hasta el baño, se posicionó frente a un espejo enorme. En vez de sentir vergüenza, me encanto verme así. Mi coño rosado, expuesto y comiéndose una polla tan grande, que ahora mismo entraba y salía de mi.

El ambiente era caliente, todo de mi ardía ante esta situación. Comencé a tocarme el clitoris, cerrando los ojos.

Hey, nada de cerrar los ojos, estás aquí conmigo. Mira el espectáculo que te estoy dando, mira como tú coño se come mi verga querida.

—Eres tan pervertido, aah. mierda, más...

—Te vas a correr y quiero que grites mi nombre. Te voy a llenar de mi esencia.—Su aliento caliente en mi oído, junto a ese acento ruso tan fuerte. Me volcaron en un orgasmo como jamás había sentido.

Pasamos tres días juntos, follando como un par de animales en celo. Sin pensar en nada más, sólo deteniéndonos para descansar entre ratos y comer algo. La habitación era un desastre, aunque nos bañamos muchas veces, el olor a sexo en nuestras cuerpos era tan intenso...

Mira lo que hiciste gatita, me has marcado.—Señaló varios arañazos en sus brazos.

Eso es nada comparado con lo que me hiciste, eres un vampiro Vladimir.—Ahora soy yo la que señalo, los incontables marcas de mordiscos y morados en mi piel.

Eres un lienzo y eso sólo fue la obra de arte que deje en tu cuerpo. Te vez perfecta Miranda.

—¡Lionel ya dio con la ubicación, es hora de atacar Vladimir!—Mikhail entró corriendo y gritando.

Ya era hora. Este es mi terreno y como voy a disfrutar matándolo y aún mayor satisfacción de que su mujer ahora es mia.—Ambos hombres me observaron y Vladimir me beso.

Deja eso y vámonos.—Volvió hablar.

Alístate preciosa que pronto verás el cadaver de Charles y Lionel. Además que ahora eres mi mujer y quizás ahora mismo ya llevas al próximo heredero Romanov.

Ante esas palabras, Miranda cayó en razón. No había usado protección y en efecto quizás ahora mismo ya estaba embarazada.

Continuará...

Utopía Perfecta [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora