Alegato final (n.): Defensa final que hace un abogado en nombre de su cliente después de que se hayan presentado todas las pruebas por ambas partes.
NUEVA YORK
SEIS AÑOS ATRÁS...POV LISA.
(BUENO, ENTONCES ME CONOCÍAN COMO Pranpriya Bruschweiler)
Hay algo en esta ciudad que me hace creer de nuevo. Es la esperanza que flota en el aire, las brillantes luces intermitentes y los soñadores que llenan las calles día tras día, dispuestos a ignorar sus fracasos hasta que por fin son los vencedores.
No hay otra ciudad como esta, y no hay nada que me atraiga fuera de sus límites, nada que pueda hacer que piense en marcharme alguna vez.
Mientras el sol se pone en la distancia, rodeo con el brazo la cintura de mi esposa. Estamos ante la barandilla del puente de Brooklyn, y sonrío porque acabo de conseguir otro importante cliente para mi bufete.
-¿Crees que algún día los periódicos contarán la verdad sobre tu primer caso?.-Me mira con sus ojos marrones-. ¿O seguirán barriéndolo debajo de la alfombra?
-Seguirán barriéndolo debajo de la alfombra.-Suspiro-. Dudo mucho que el gobierno quiera que la gente sepa que una joven recién salida de la facultad de derecho ha descubierto una conspiración. Es un insulto para ellos.
-Por lo tanto, ¿te conformas con ser el contenido de una pregunta aleatoria en el Jeopardy dentro de diez años? "Pranpriya, elijo por doscientos dólares la pregunta sobre abogados a los que nadie creyó". ¿Te conformas de verdad con eso?
-¿Por qué no iba a hacerlo? .-La beso en la frente-. No necesito que los periódicos hablen de mí para conseguir clientes. La gente lo sabe, por eso me contratan.
-Deberías llegar todavía más alto...-Niega con la cabeza-. Tu nombre debería aparecer en cada cartelera de la ciudad .-susurra-. ¡Malditos cabrones...!
Sonriente, le aprieto la cintura y le hago un gesto para regresar al coche.
Nancy Jewel McDonie ha sido la única persona constante en el mar de gente que ha entrado y salido de mi vida.
Es la única mujer que he amado, y desde que la hice mía el día de nuestra boda, hace tres años, juré que eso no cambiaría nunca.
-Yo también he estado pensando.-dice mientras se sienta en el asiento del copiloto-. Quizá podríamos acompañar a Jackson a alguna fiesta de solteros.
-¿Para qué vamos a ir a una reunión de solteros?
-Por Jackson... Tiene que encarrilar su vida. Estoy cansada de que esté siempre revoloteando a nuestro alrededor. Entiendo que tengamos que aguantarlo en el bufete, pero, en serio, ¿tenemos que estar también con él en nuestro tiempo libre?
Me río mientras conduzco por las calles de la ciudad hacia nuestro hogar, una enorme casa de ladrillo rojo. Es lo primero que adquirí después de ganar "el caso que nunca existió", ya que Nancy insistió en que quería la más cara.
-Es lo que te mereces.-había dicho-. Y nunca te consientes... Es algo que no entiendo de ti, Pranpriya. Eres generosa con todo el mundo menos contigo misma...
Aparco el coche delante de casa y salgo para abrir la puerta del copiloto.
-Te apuesto algo.-me susurra Nancy como de costumbre mientras subimos los escalones.- a que te llama a ti antes.
-¡Mamiii! .-grita una voz familiar en el mismo momento en que entramos.
Suelto la mano de Nancy y me agacho para que mi hija, Lia Bruschweiler, corra a mis brazos. Esta es la mejor parte del día, la mejor parte de mi vida; cada vez que la veo una enorme sonrisa inunda mis rasgos.
La beso en la frente mientras empieza a contarme con balbuceos incoherentes lo que ha hecho a lo largo del día con la niñera. Mi sonrisa se hace todavía más grande cuando sus ojos se clavan en los míos.
No soy consciente de que estoy demasiado ciega, y soy muy feliz para darme cuenta de que, durante los próximos meses, mi vida se vendrá abajo con tanta rapidez y de una forma tan inesperada que me gustaría no haber existido.
Las mentiras que saldrán a la luz van a ser devastadoras, aplastantes, y toda mi vida se derrumbará a mi alrededor. Pero lo peor de todo, lo que de verdad me destruirá, es no saber que este momento con mi hija será el último buen recuerdo que voy a tener de Nueva York...
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Una noche
FanficMe llamo Lalisa Manoban y soy una de las mejores abogadas de Nueva York. No puedo perder mi tiempo con relaciones románticas, por lo que cubro mis necesidades saliendo con mujeres que conozco de forma anónima a través de una web de ligues. Tengo un...