Amor despues de la muerte

Buenos amigos

Obanai salió contento de la reunión, apesar de que aún estaba algo fastidiado al tener que dar otras dos clases más en todo el dia, volvió al salón donde dio su anterior clase y junto sus cosas para ir a su próximo destino.

El alvino de las cicatrices iba a su lado, porque los salones que le tocaban estaban uno al lado del otro. Ambos estaban empezando a reír al imaginarse sus gritos atravesar las paredes, y cuando llegaron a las aulas, se fueron cada uno por su lado.

- Dejen lo que sea que estén haciendo y pongan atención acá, porque no voy a repetir las cosas dos o más veces de las que sean necesarias -dijo el azabache del barbijo y empezó su clase-

El de barbijo y su amigo de las cicatrices reían cada vez que escuchaban los gritos del otro salón, y algunas veces se asomaban al otro salón para pedir más "tranquilidad".

Paso una hora y la clase de Obanai y Sanemi término, y comenzó el receso. Los dos amigos se dirigieron al Starbucks de la escuela y se sentaron a platicar sobre lo molestos que son sus alumnos.

- Gritaste más que nunca Shinazugawa, ¿al chico de ojos verdes?, era... ¿Hashibira? -suelta una pequeña risita y toma de su frapucchino-

- Si, ese chico parece no tener cerebro, y... ¿como se va a dejar desabrochada la camisa? -dice el de ojos violetas algo indignado-

- Bueno, en mis clases se termina quemando con algunas mezclas químicas porque no se abrocha la camisa y tampoco se pone guantes -dice Iguro y se ríe al recordarlo en la primera clase-

El alvino se ríe y toma de su café, para luego ser sorprendido por Kanae, la cual se acercó a decirles cuando era la próxima reunión.

Sanemi escupió todo su café de la sorpresa y se acomodo un poco los pelos, para luego mirar a Kanae- ¿C-cuando es la próxima reunión? -pregunto muriéndose de la vergüenza mientras el azabache del barbijo reia-

La señorita Kanae también rio un poco al ver a su compañero acomodarse los pelos- es la semana que viene, miércoles a las 9:30 -dijo antes de retirarse a donde estaba su hermana menor: Shinobu-

Después del silencio entre los dos amigos, Obanai rompió el hielo- Sos medio tarado para hablar con las mujeres -dijo entre risas-

- Vos no podes decir mucho, a vos te causan "alergias" o no me acuerdo que excusa me pusiste, pero en si nunca trataste con una mujer -dijo el alvino con el ceño fruncido-

- Ya se, no lo oculto, pero hago lo que puedo para hablar con mujeres -hablo el del barbijo mientras se rascaba la nuca- tampoco te voy a decir nada, porque es la chica que te gusta y aparte me podes pegar semejante sopapo.

- Por eso, pero no era necesario que aclares quien me gusta, o te voy a pegar de verdad -apretó el pucho enfrente de la cara del azabache-

- Bueno, bueno, pero tampoco está el grupo de chismosas del colegio atras nuestro -dijo Iguro

Y como siempre, la suerte no anda de su lado, porque cuando Obanai las menciono aparecieron detrás de él. Sanemi estaba nervioso, Obanai buscando excusas y las cinco del grupo escuchando. El timbre suena.

- Nos vemos en la salida Sanemi -dijo el azabache agitando la mano para irse a su próximo salón-

- si, nos vemos después -agitó la mano también y se fueron a sus salones-

Esa última hora para Obanai le resultó un santiamén, porque los alumnos estaban tranquilos, y la clase se fue volando.

El de barbijo y su amigo de las cicatrices se cruzaron en la puerta para despedirse, ya que mañana se verían nuevamente.

Iguro tomó el colectivo como todos los días y se bajo cerca de un minimercado que quedaba a cuatro cuadras de su casa, para comprar algo que comer y sobrevivir un día más.