Capítulo 43: ''¿Quieres?''

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Bostecé mientras me estiraba sintiendo ligero dolor en mi abdomen por la pelea de ayer. Maldecí a Alexia todas las veces que pude en mi mente levantándome de la cama. Miré hacia mi derecha observando a mi novio aún dormido y con la boca ligeramente abierta haciendo que sonriera ligeramente. Harry podía parecer un tipo peligroso e imbécil pero a veces la persona más tierna del jodido planeta. Volví a bostezar buscando que ponerme mientras, observé una playera en el suelo de Harry así que me agaché y tomé esta para colocármela. Me cubría apenas por debajo del trasero aunque no importa, estamos solos. Salí de la habitación sujetándome mi cabello en un chongo alto y caminando por el largo pasillo hacia el baño hasta que me detuve en seco por un ruido que se escuchó abajo.

Me encogí de hombros ignorándolo y continuando mi camino. Prendí la luz del baño observándome en el espejo que estaba enfrente de mí. Joder, no me veo nada bien. Mojé mi rostro con un poco de agua para terminar de despertarme y tomé mi cepillo de dientes. Abrí la llave mojando este y colocando pasta para dientes y comenzar a cepillármelos.

Otro ruido se volvió a escuchar haciendo que dejara de cepillarme los dientes aún con el cepillo en la boca me asomé un poco por el marco de la puerta del baño para observar.

Completo silencio.

Cepillé un poco más para luego enjuagarme y dejar el cepillo.

Otro maldito y bendito ruido.

Fruncí el ceño secándome con una toalla girándome levemente, saliéndome del baño y asomándome por el barandal que daba vista hacia el piso de abajo para luego sobresaltar un poco al escuchar otro ruido.

¿Estará alguien en la casa?

Bajé las escaleras lentamente para no hacer ruido acercándome rápidamente al cuarto donde estaban todas las armas y eso. Abrí la manija con el mayor cuidado posible y atientas tomé una pequeña pistola para luego cargarla y salir. Me acerqué a la cocina primero adentrándome a esta y notar que no había nadie porque en esta se escuchó que movían platos. Bajé la pistola observando toda la cocina con el ceño ligeramente fruncido. ¿Qué mierda?

No hay nadie.


''Disculpe''


Hablaron detrás de mí. Me giré rápidamente apuntándole a la persona que habló y disparé. Soltaron un grito de susto.

Era una señora de aproximadamente cuarenta y tantos años. Cabello negro con un ligero rastro de canas y sujeto en una pequeña coleta, tenía un uniforme de color negro y blanco como el que usan las...señoras de limpieza. Ay, no. 

¡Jesús! ¡Es la señora de la limpieza! 

Esta estaba en el suelo agachada y cubriéndose. No la culpo casi le disparo en la cabeza.


''Joder'' Solté casi en un grito pero me cubrí la boca con la mano para que no escuchara mi maldición ''Discúlpame no sabía que había alguien aquí'' Le dije acercándome a ella y ayudándola a levantarse.

''¿Cómo usted sabe usar un arma?'' Me preguntó sorprendida con su acento americano y con una mano en su pecho y respirando pesadamente observando la pistola en mi mano derecha una y otra vez. Sus ojos cafés se posaron en mí ''Casi me da'' Soltó aún asustada.

''Sí, lo sé. Es que pensé que era un intruso o algo así'' 


Esta se acomodó su uniforme.

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