𝗔𝗺𝗼𝗿 𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼 - 𝗚𝗮𝗱𝗿𝗶

𝗔𝗺𝗼𝗿 𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼 - C͟a͟p͟i͟t͟u͟l͟o͟ ⁸

Convenció a su padre en dejar que Pablo saliese temprano, aunque no fue complicado Felipe encantado acepto para que se conocieran más, así mismo Adal decidió llevar a Pablo,  a un acuario, el cual queda cerca de la zona, Gavi acepto porque todavía le quedan cuatro horas, antes de tener que irse a la residencia y cenar con Pedro, por lo cual no lo pensó mucho, además también deseaba conocer un acuario, después de crecer ya no fue, por vergüenza de ir sólo, y pedro nunca le dijo, porque lo conoce perfectamente bien, le diría que no, y después se burlaria en su cara así que prefirió no pasar un mal momento con él.

—Ese pez de parece a mi hermana —Se detuvieron justo donde un pez de una extraña forma está ubicado en la orilla de la pecera,  Pablo negó con la cabeza, mordiéndose los labios.

Adal, parece el mayor hater de su propia hermana.

—A que sí —Pablo negó, haciendo reír a Adal —Vale, quizás no se parece tanto, ese pez si es chulo —Termino por decir, Pablo suspiro sin saber que decir, miro a los alrededores de la pecera, buscando algún pez que le llame la atención.

Todos son muy preciosos, pero necesita uno, que sea único, entre todos los que están allí, Adal sonrió al verle su rostro concentrado, incluso haciendo eso, se ve muy lindo, con cuidado de no asustarlo, le toco el hombro, llamando así su atención.

—Venga, aquí no está el pez indicado para ti, vamos al otro lado —Le cogio de la mano, guiando su camino, sin importar que algunas miradas se habían posado en ellos.

Pablo intento soltarse, pero no puede porque Adal, no se lo permite, así que se resigno a seguir sintiéndose incomodó, por esas miradas que están sobre ellos, pero esa sensación se fue al instante en que Adal, se detuvo en un pasillo, y llevó el cuerpo de Pablo hacia adelante, colocando su manos sobre los hombros de Gavi.

—Mira —Con su dedos, le cogio el mentón, haciendo un poco hacia atrás su cabeza, haciéndole  ver hacia arriba, donde sus ojos se enfocaron en los peces coloridos que pasan. —¿Te gusta? —Pregunto, también admirado como los colores coloridos, de los peces se mezclan, haciendo miles de colores en un sol lugar.

Pablo asintió con la cabeza, sin poder, dejar de ver, ese espectáculo, sus ojos brillan de ilusión, imaginándose que es un pez, que vive libre, que no tiene porque preocuparse de lo que piensa los demás, sólo siendo él mismo, disfrutando de la vida.

—Fue increíble —Comentó, alejando sus manos de los hombros de Pablo 

—Si —Estuvo de acuerdo, Giro talones para verle —¿Como sabíais?—

—Conozco este lugar muy bien —Respondió, no convenciendo mucho a Pablo —Venga —Le cogio de la mano llevándolo ahora al otro lado del acuario, buscando las medusas.

—¿a donde vamos? —Pregunto, mirando los alrededores, maravillando sus ojos, con todo los animales marinos que logran ver

—Te llevare a conocer las medusas, son tan monas —Pablo asintió, comenzando así su día de acuario con Adal.

—Vale —Respondió, dejándose llevar por Adal, siguió admirando los alrededores encantandose con cada parte del acuario.

—Mirad, son preciosas —Sin soltarse de las manos, admiraron juntos, las hermosas medusas.

Pero el momento fue arruinado, cuando Pablo miró a su lado izquierdo, presenciando la pareja que menos quería encontrarse.

—Joder —Murmuró,  Lucía y Pedro caminan tomados de la mano, mientras se susurran algunas cosas , no entiende porque se tienen que encontrar en el mismo lugar que él y Adal.