III

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Me encanta dormir. No lo niego y ni lo negaré, no sé porqué pero mi sueños son muy profundos y si me despiertan antes me molesto con quien sea que se atreviera a hacerlo. Quizás por eso Camila prefiere dejarme dormir hasta que yo lo decida.

Hoy fue la excepción, sentí un dedo dandome ciertos toques en el hombro despertandome. Levanté el rostro pero antes de dar alguna queja Camila habló primero temerosamente.

—Buenos dias Kiara, sé que no te gusta madrugar pero la reina Carisa me pidió despertarte para arreglarte.

—¿Arreglarme? ¿Para qué?

—La reina Sarah de Shilia vendrá hoy al palacio junto con su hijo, el príncipe Arkyn.

—¿Qué? —Levanté la mitad del cuerpo con rapidez—. ¿Sabes para qué?

—No, pero no tardaran en llegar, eschuché que partieron muy temprano con urgencia para ver al rey Aarón.

Tomé un baño y me vestí para estar lista, Camila me contó que entre el personal se rumora que la visita de la reina de Shilia tiene que ver con la carta que recibió mi padre anoche.

Bajé a desayunar pero para mi sorpresa nos avisaron a Daila y a mí que nuestros padres no podrían acompañarnos esta vez. El ambiente era raro ya que nunca faltaban al desayuno con nosotras y escuchaba como el personal se apuraba en los pasillos del palacio.

—¿Escuchaste algo al respecto? —Le pregunté a mi hermana.

—¿Que Luis el de lavandería engañó a su esposa con la ayudante del cocinero? Sí, los encontró besándose en el cuarto de limpieza, pobre de ella —respondió mientras negaba con decepción—. Yo creí en ti Luis.

—Ah...no —me dejó en blanco con su respuesta pero a la vez sorprendida—. Que desafortunado para ella, pero me refería a todo este escandalo que traen en el palacio.

—¡Aaaah! Mas o menos, escuché a mi doncella decirle al chef que ordenaron hacer mucha comida para varios días.

—Pero si el chef nunca sale de la cocina. ¿Qué hacías ahí?

—¡Hey! No cuestiones mis métodos si ya te di la información.

Le di la razón, lo que me comentó era significativo, quizas la reina y el principe se quedarían unos dias aqui. Pero ¿porqué? Sus visitas no van más allá de dos días. Lo bueno de esto es que podre pasar más tiempo con mi amigo, lo malo es la incógnita de la razón de dicha visita.

Al medio día fui llamada al salón principal, donde estaban los tronos de cada uno de la familia, colocados hasta el fondo en lo alto con los grandes ventanales por detrás que dejaban la luz del sol entrar. Al llegar habían varios guardianes azules yendo a sus posiciones y parte del personal se apresuraba a salir del lugar, vi a Ethan, se apresuró a mí para darme un suave beso en la mejilla.

—¿Donde estabas? ¿Por qué todos estan...nerviosos?

—Quisiera poder decirte pero la reina Sarah ha llegado al palacio y está a punto de entrar, despues te contaré bien. ¿Sí?

—No puede ser que sea la futura reina y nadie me diga nada —quejé.

—Kiara —escuché a mi madre decir al acercarse. Saludó a Ethan y se volvió a dirigirse a mí—Ve a tu posición, recibiremos a la reina y al príncipe de Shilia.

Subí a mi asiento justo a la derecha del de mi padre, en un nivel mas bajo pero superior al que le correspondía a mi hermanita. Mi madre tomó asiento en su trono del lado izquierdo del de mi padre, quien aún no veía rastro de él. Una puerta al costado se abrió y entró él con el general azul y mas guardianes por detrás. Su rostro permanecía tenso y serio, como si tuviera demasiado en mente y ansiara sacarlo. Tomó asiento en su trono y enseguida las puertas grandes que daban entrada al salón fueron abiertas.

La Reliquia de la ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora