¡¿Acaso te hice algo Haros?!
Dios no.
Creí que ya había visto suficiente con la "lección" que Zadrik le había dado al guardián naranja en Aliona. Que equivocada estaba.
De repente estaba en una gran sala, sentada a lado de Zadrik, quien ejercía su poder como futuro rey en su trono. Llevaba un rato presenciando cómo le había dictado sentencia de muerte a nueve de los diez detenidos de hoy. A mí me habían entregado un libro sobre las leyes de Arteidón para ir relacionándolo con las sentencias, a pesar de que sus leyes eran muy parecidas a las de Aliona, había carencia en su cumplimiento.
Justo unos rojos estaban llevándose al noveno a la fuerza para cumplir la sentencia. Despues un guardián trajo al décimo, un joven en sus 20's, estaba esposado y lo obligaron a ponerse de rodillas ante Zadrik.
—Lanz —pidió este.
—Detenido #10, las 3 denuncias fueron contra él. Robo, difamación y actos ilícitos.
—¿Algo qué decir en tu defensa? —Le preguntó Zadrik al chico.
—¡Yo no hice nada alteza! —Su voz desesperada me doblegó—. Me golpearon, me escupieron, me incriminaron. Por favor ayúdeme.
Lo observé detenidamente, había señas de que se la había pasado llorando y tenía varios moretones en el rostro y cuerpo. Sentía mucho remordimiento por él y me vi en la necesidad de interferir. Zadrik revisaba los documentos de las denuncias.
—He decidido la sentencia —habló él—. Cadena perpetua.
—¡¿Qué?! —Exclamamos tanto el detenido como yo al unísono.
—¿Me puedes explicar por qué cadena perpetua? No es una sentencia adecuada —le dije en voz baja.
—Su alteza real —empezó a llorar el acusado—. Porfavor, se lo suplico.
—¡Silencio! No te di permiso de hablar más. Tienes razón Kira —su voz firme resonaba mucho por todo el lugar, volteó a verme—. No es la sentencia adecuada. Está bien acusado #10, cambiare la sentencia.
Tanto el joven como yo dimos un respiro de alivio, creí que había enloquecido.
—Su sentencia será pena de muerte.
—¿Acaso enloqueciste? Ya sentenciaste a 9 presos y ahora a este inocente.
—Míralo por ti misma —me entregó los documentos de las denuncias.
Robo de fruta a locales, difamación sobre una supuesta infidelidad del vecino y actos ilícitos.
—No veo nada coherente.
—¿Estás ciega? —Puso los ojos en blanco y me señaló otra hoja donde describía el delito de actos ilícitos.
Entiendo tu decepción conmigo Haros. ¿Cómo pude ser tan ciega? El documento describía una denuncia por parte de unos padres que acusaban al joven de haber tomado y tener fotografías de su hija. Fotografías tomadas debajo de las escaleras de una instalación pública, para enfocar la ropa interior de la niña quien llevaba puesta una falda. Todo ocurrido aquí en Kryast, capital de Arteidón
Me dio mucho asco el tipo, creía ver a un inocente pero era todo menos ser humano. La víctima era una niña de la misma edad que Daila, los rojos saquearon la casa del joven y encontraron las fotos.
—Eres culpable, si te dicto unos días o años en prisión, nada me asegurará que no lo vuelvas a hacer —finalizó Zadrik—. Llévenselo.
Los guardianes rojos se llevaron al acusado, quien gritaba con tanta desesperación hasta ya no estar en la sala.
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La Reliquia de la Reina
AcakUna guerra que ha transcendido hace años entre los cuatro reinos nacidos del dios Haros, pronto llegará a su fin con la unión de sangre entre los hijos de los dos imperios más poderosos de Aliona y Arteidón. Pero cuando la princesa de Aliona contrae...