‎‧₊˚✧[Luz de luna]✧˚₊‧ OcxHazbin hotelxLucifer [actualizado]

C15- ¿Me descubriste?

Coloque una hermosa flor roja en mi coleta alta decorada de pequeñas espinas doradas. Puse mi vestido largo y mis guantes de siempre pero está vez de un color blanco, pinte mis labios de morado y mis ojos de sombra violeta, como toque final un conjunto de aretes y un collar plateado en forma de estrella resaltaban mi vestir.

Salí de la habitación bajando por las escaleras hasta llegar a la sala donde Alastor con un traje rojo y negro me estaba esperando con su típica sonrisa de oreja a oreja, entre las sombras una presencia conocida nos observaba. Sus ojos rojos brillaban dejando ver qué era Lucifer, Alastor pidió mi mano y salimos del hotel dirigiendonos a el barrio caníbal. Llegamos a un restaurante elegante, Alastor recorrió mi asiento para que me sentará y el siguió para sentarse frente a mi. Un mesero nos entrego el menú y se marchó dejándonos a los dos solos.

-Hm, tal vez me pida un par de cesos con sangre de venado- Alastor señalaba el menú con ansias -¿Lo has probado querida?

-N-no, es solo que no pensé que vinieramos a un restaurante caníbal. No soy de comer a otros demonios- mire el ventanal a nuestro lado con sincero descontento del lugar.

-Que pena, entonces te recomiendo comer el platillo secreto de esa forma nunca sabrás de que animal, persona o cosa viene y así tu "consiente" estará bien- Alastor llamo al mesero pidiendo el platillo secreto y su platillo de cesos.

-Ahm, supongo- mire nerviosa a Alastor -¿Por qué me invitaste?- mire directamente a Alastor esperando su respuesta.

-Diversión! Mera diversión querida además de que así podré saber con que tipo de fracasados convivo- Alastor desapareció su bastón y coloco sus codos en la mesa acercándose a mi.

-Que directo eres por decirme fracasada- Me recargue hacia atrás en la silla.

-Pues claro que lo eres de lo contrario no estarías en el Hotel- Alastor pestañeo juguetón.

-Entonces tu también eres un perdedor por estar ahí- levanté levemente la mirada.

-Ja, cuida tus palabras señorita todos tenemos nuestros secretos... Verdad?- Alastor dejó claro su orgullo al responder de esa manera.

-Claro...

-Estupendo ya llegaron nuestros platos es hora de comer!- Alastor levanto la tapa que cubría mi platillo dejando ver una sopa con pequeños trozos de carne y un pastelillo con "mermelada" roja callendo por sus lados.

-Vaya...que... apetecible- dije entre dientes.

-Prueba, nunca sabrás si no te gusta si nunca lo has probado- Alastor ofreció una cuchara para que la tomanara y comiera de la sopa.

Con pesadez metí la cuchara en la sopa tomando un sorbo de esta misma -Pues mal no sabe pero definitivamente necesito un estómago fuerte para esto...

Alastor no apartaba la mirada de mi. Al terminar de comer ambos nos levantamos y salímos a caminar por los alrededores llegando a un parque donde los caníbales paseaban con felicidad.

-Todos aquí parecen tan...felices- mire a mis alrededores con nostalgia.

-Eso mismo opino yo- Alastor miraba a más caníbales pasar a su lado -¿Cómo dijiste que moriste?

-Prefiero no hablar sobre eso- evadi el tema sin dificultad.

-Solo existen dos razones para no contarme y esas son; muerte vergonzosa o...que nunca moriste en realidad- Alastor me miraba con seguridad y una sonrisa aún más grande se formó en su rostro.

-M-mi muerte fue por...a-amor- dije con dificultad -Un amor...eso es...amor.

-Sinceramente que estúpida forma de morir- Alastor volvió su mirada hacia enfrente.