🌊 M A D W O M A N
❛ En donde Diana Bianchi se preparo toda su vida para ser una cazadora de Artemisa...
o
...en donde Afrodita le juega una mala broma a Diana haciéndola enamorarse del hijo problemático de Poseidon ❜
La historia y los persona...
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Diana no entendía muchas cosas a los seis años pero como a todo niño pequeño le encantaba preguntar hasta porque el cielo era azul o porque el pasto era verde. Cosas tontas.
Una de las cosas que preguntaba con más frecuencia era porque su otra madre no estaba con ella. Si claro, Diana era pequeña pero no idiota, siempre supo que tenia dos madres, sabía que los mounstros que ella veía no eran su imaginación y sabía que el grupo de niñas que la ayudaba en sus clases de tiro con arco una mes al año no eran simples niñas.
Además de que la más grande hablaba con un extraño dialecto, siempre le decía que los niños eran tontos y que ella estaba destinada a ser importante y comandar un grupo de cazadoras (jamas entendió eso pero la idea de ser líder le gustaba)
Y así creció Diana, solo con una de sus madres, siendo perseguida por mounstros y con la clara idea de que los niños eran tontos, por no olvidarnos de que ella seria co-lider de un tipo de ejército y con demasiadas preguntas sobre ella misma.
A sus ocho años todo tuvo más sentido, cuando su madre Violet Bianchi una mujer que siempre le había brindado todo su amor le explico absolutamente toda su existencia, bastante filosófico para una niña de ocho que sólo quería tirar flechas y ver Merida en la tele.
Resultaba que los dioses mitológicos eran reales y caminaban en el mundo mortal. Pero por si fuera poco Violet no era su madre biológica, ¡oh sorpresa!, ella había nacido por la mano de Zeus, en un extraño conjuro realizado a la Luna, (para nada parecido a un ritual).
Resulta que Zeus, muy orgulloso de su hija Artemisa decidió concederle un regalo, el placer de tener una hija semidiosa, solo y únicamente con las cualidades de la Diosa.
Claro que Artemisa estaba orgullosa de quien era su hija y la amaba más que nada ¡incluso iba a sus cumpleaños de encubierta!, pero seguía siendo una Diosa y el contacto seguido con los semidioses era estrictamente prohibido. Así que tuvo que dejarla con una mortal, y que mejor que Violet Bianchi, la doncella italiana que había pasado sus veintiocho años de vida rezando y honrando a Artemisa.
