🌊 M A D W O M A N
❛ En donde Diana Bianchi se preparo toda su vida para ser una cazadora de Artemisa...
o
...en donde Afrodita le juega una mala broma a Diana haciéndola enamorarse del hijo problemático de Poseidon ❜
La historia y los persona...
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La historia del incidente en el lavabo se extendió de inmediato. Donde quiera que iban, los campistas nos señalaban y murmuraban algo sobre el episodio. No podía distinguir si miraban a Percy quien fue el causante o nos miraban a Annabeth y a mi, que seguíamos bastante empapadas.
Annabeth y yo íbamos por delante del nuevo, podía sentir sus pasos apurados mientras se colocaba a nuestro lado. Mi enojo había disminudio levemente, puede ser porque me estaba acostumbrando al asqueroso olor a cloaca y ya casi no lo olía, o porque el nuevo se había disculpado una infinidad de veces conmigo.
-Verdaderamente lo siento Diana.- se volvió a disculpar.
-Está bien Jackson, ya lo supere.- le conteste de manera amable mientras suspiraba levemente.
El rubio asintió y parecía que iba a volver a tomar la palabra pero Annabeth le ganó de antemano y empezó a señalar hacia la hoguera.
Le enseñamos unos cuantos sitios más: el taller de metal (donde los chicos forjaban sus propias espadas), el taller de artes y oficios (donde los sátiros pulían una estatua de mármol gigante de un hombre cabra), el rocódromo, que en realidad consistía en dos muros enfrentados que se sacudían violentamente, arrojaban piedras, despedían lava y chocaban uno contra otro si no llegabas arriba con la suficiente celeridad.
Por último, regresamos al lago de las canoas, donde un sendero conducía de vuelta a las cabañas.
-Tengo que entrenar -dijo Annabeth sin más-. La cena es a las siete y media. Sólo tienes que seguir desde tu cabaña hasta el comedor.
-Si, voy a quitarme este apestoso olor y luego iré a cenar.- asenti mientras me apoyaba en la barandilla.
-Annabeth, Diana, siento lo ocurrido en el lavabo.- se disculpo nuevamente, parecía una cachorro perdido.
-No importa.- le quitó importancia Annabeth.
-No ha sido culpa mía.
Lo miramos con aire escéptico. -En realidad si.- dije mientras me encogía de hombros.
