Capítulo II

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Londres, 8:45 pm…

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Londres, 8:45 pm…

El patólogo forense que estaba disponible a esas horas recibió un comunicado de los detectives del departamento de policía. Al parecer, el cadáver de un hombre fue encontrado frente a un orfanato en condiciones… “Inenarrables”.

Demian Jackson de 26 años, acudió a la llamada casi al instante. A pesar de aún ser muy joven, se ha ganado el respeto de todos los demás forenses del departamento de criminalística. Su dedicación y puntualidad son el ejemplo de todos sus compañeros.

En cuanto el joven forense llegó a la escena del crimen, antes de estacionar su vehículo, vió como la zona ya estaba acordonada con las llamativas cintas amarillas. Las luces de las patrullas eran cegadoras, pero sus ojos estaban inmersos en el orfanato.

“—Vamos a jugar, Demian…”

De repente una ola de recuerdos azotó su mente, por lo que decidió ignorarlos y centrarse en su trabajo.

A lo lejos divisó a una figura familiar, por lo que antes de tan siquiera prepararse para lo que se venía, tomó su equipo y se dirigió hacia su colega.

—Buenas noches, Adam—saludó de forma cortés.

Adam Walker, criminalista y gran amigo de Demian le devolvió el saludo mientras pasaba por debajo de la cinta policial.

Su ropa era tan clásica de detectives: abrigo negro, pantalón azul oscuro y zapatos de cuero; sus ojos azules y cabellos rubio lo hacían ver como un actor de películas acercándose para acaparar los focos (cosa que a Adam le gustaba). Las luces rojas y azules se reflejaban en su insignia en cuanto más se acercaba a Demian.

—¿Y bien?—preguntó Adam, poniendo su mano en el pecho de su amigo.

—¿Y bien qué? ¿A penas llego y ya quieres un reporte sin tan siquiera ver el cuerpo?—bromeó Demian, pasando por un lado de Adam.

El rubio lo tomó por los hombros y le impidió el paso a Demian.

—¿Y bien?—preguntó nuevamente. Esta vez con una mirada seria.

Demian carraspeó su garganta y se quedó callado.

—¡¿Enserio no vas a decir nada?!—exclamó Adam, recostándose en el hombro del forense con una expresión burlona—. Días preparándote esa cita y tu… ¿Simplemente te vas y vienes a trabajar?

Demian por fin unió los cables y comprendió la situación.

—Con qué con eso te referías…—respiró aliviado, ajustando sus lentes para ver todo mejor—. Perdón, pero… Simplemente no me sentí cómodo.

Adam agrandó sus ojos y contestó:

—¡¿Demian Jackson no quiere follar con una diva?!—alzó la voz intencionalmente, provocando un rubor y enojo en su amigo.

El diario del destripador #ONC2024 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora