Había pasado un día desde que estos jóvenes talentosos entraron a la academia, era notoria la emoción. Cada persona es diferente, todos tienen sus propias costumbres, sus propias manías, gustos, estilos, etc. Naiara ya se sentía estresada, dieciséis personas son demasiadas en un solo lugar. Ella había vivido sola desde que tenía diecisiete y claro, tanta gente de golpe en una academia no sienta bien.
- Tres meses, Naiara cálmate... - musitó para sí misma - solo son tres meses, y los vas a disfrutar.
Anduvo hacia la terraza, el único sitio en el que no había nadie, y se sentó en uno de los sofás. Suspiró, mientras miraba alrededor, incómoda. No había sido la primera en levantarse ya que Paul, un chico moreno de veinte años se había levantado antes que nadie.
- Vaya friki - murmuró - creo que me va a caer bien.
Vio como se hacía un café y recordó que ella todavía no había ni desayunado. El agobio le estaba jugando una mala pasada. Decidió salir de su nuevo lugar favorito y fue a coger un vaso en el que echarse café. Observó como Paul se bebía rápidamente el suyo y se iba hacia otro lugar. Ella vio eso y no le importó mucho, solo quería desayunar.
Cogió un vaso y al girarse pegó un pequeño salto. Lucas, un chico atractivo de veintitrés años con pelo largo estaba detrás suyo.
- Vos sos Naiara, ¿verdad? - preguntó él.
- Sí, soy yo - frunció el ceño - pero me has asustado, coño.
Él rio y se apartó un poco para dejarle espacio. Apoyó una mano en la encimera.
- Perdón por eso - le sonrió - soy Lucas, aunque creo que ya me conocés - dijo con un acento marcado.
- Duermes en la cama que está encima de la mía, si no me equivoco - caminó hacia la cafetera, Lucas siguiéndola.
- Efectivamente - se guardó las manos en los bolsillos y miró todos los detalles de la cocina - creo que este sitio me va a gustar.
Naiara se quedó callada por unos segundos, sabiendo que hace casi nada estaba agobiada en la terraza.
- A mí me está gustando, pero ahora mismo hay demasiada gente - paró la cafetera y le dio un sorbo al café.
Lucas asintió con la cabeza y le tocó el brazo.
- Estoy seguro de que cuando empiecen a irse algunos, te gustará más.
Ella sintió un cosquilleo en su estómago al sentir la mano de Lucas, lo que la sorprendió. Se volvió a quedar callada, pero esta vez durante un rato más. Esto llamó la atención del chico de pelo largo. Apartó su mano de ella, pensando que la estaba incomodando, y volvió a meterse las manos en los bolsillos.
- ¿Estás bien? - preguntó el uruguayo preocupado y un poco avergonzado.
- ¡Sí, sí! - volvió por fin a la realidad - lo siento.
Lucas sentía que Naiara estaba nerviosa, no sabía por qué, pero intuyó que era por su presencia y tacto. Él se apartó y se preparó otro café, mientras ella iba a sentarse a la terraza de nuevo, ya que estaba empezando a levantarse más gente. Lucas no pudo evitar mirarla de reojo caminando hacia la terraza. No le quitó ojo de encima, hasta que ella cerró la puerta y la perdió de vista. Decidió olvidarla y desayunar tranquilamente con sus compañeros. En su mente solo estaba su novia, Clau, que estaría probablemente viendo el canal 24h ahora mismo. Miró hacia la cámara e hizo una mueca tonta.
Mientras tanto, Naiara repetía aquel momento una y otra vez en su cabeza. No sabía por qué había hecho eso, ni por qué había actuado así por un simple chico. Su mente no estaba para tonterías en ese momento, y decidió concentrarse en terminar de beberse su café.
Cuando por fin se lo terminó, se levantó y fue a dejarlo en el fregadero. Miró de reojo a Lucas, el cual hablaba con Alex, un chico cordobés. Lucas la miró, sonriéndole.
- ¿Ya desayunaste? Si querés podés sentarte con nosotros - le propuso el uruguayo mientras Alex miraba a la mesa de atrás, donde estaban Denna y Violeta, dos granadinas.
- Sí, ya he desayunado - pensó un poco aunque tuviera la respuesta clarísima, haciéndole esperar a propósito - bueno, venga.
Se sentó al lado suyo y él comenzó una conversación que duró un largo rato, tanto que solo quedaron ellos dos en la mesa. Se les olvidaba que les grababan y les oían, estaban pegados el uno al otro. Se dieron un abrazo y decidieron que era hora de hacer algo productivo. Lucas sintió mariposas en el estómago, lo que le confundió. Él nunca había querido a alguien más después de Clau, esto era demasiado extraño.
Ambos estaban descubriéndose, pero sabían que esto no era normal. ¿Amor a primera vista? Quizás. Tenían bastantes cosas en común, pero en lo que más se fijó Naiara fue en el tatuaje de Lucas, el cual era el año 1997, el año en el que justamente nació ella. Coincidencias de la vida, supuso.
Él le atraía, no iba a mentir. Era atractivo y encima buena persona, ¿qué más podía pedir? Él pensaba lo mismo de ella, aunque le sentaba mal estar olvidando a Clau al perderse en los ojos de Naiara. Había una tormenta dentro de su cabeza, y su corazón parecía estar dividido en dos. En tan poco tiempo, se había "enamorado" de una chica la cual no era su novia. Se derrumbó. Pensó en qué estaba bien o mal, pero eso hizo que fuera peor. En menos de dos días ya tenía dudas, ¿cómo puede ser eso posible?
- Será mejor que me aparte de ella durante un tiempo. - pensó.
Este es el fin del primer capítulo, creo que está un poco desestructurado, pero ni tan mal para ser el primero.
El segundo capítulo vendrá pronto, ¿qué será de la relación de Lucas y Naiara? El próximo estará basado en la semana dos, la nominación de Lucas y como la afrontan.
Espero que os esté gustando, me esforzaré para hacer una buena historia. :)
astari
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Corazón Hambriento
FanfictionLucas y Naiara son dos de los dieciséis concursantes seleccionados para concursar en el famoso y reconocidísimo programa Operación Triunfo (2023). En cuestión de poco tiempo, a ambos se les enciende una mecha en el corazón que ni ellos mismos creían...