Capítulo 4 - El Trato

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Aviso para los demás capítulos: No tengo en cuenta el parón para Navidad en esta historia, así que es como si Claudia y Lucas no se hubieran visto.

Había llegado el día de la Gala, el día en el que se sabría si Lucas se quedaría en la academia o si se iría. Ambos estaban tensos, la presión les estaba matando. Lucas estaba al lado de Suzete, inquieto y deseando poder quedarse. Naiara ocultaba su nerviosismo, pero Paul lo notaba. El granadino había observado durante toda la estancia en la academia como actuaban todos, y sabía que estos dos traían algo entre manos.

- Todo va a estar bien, - dijo girándose hacia ella y poniendo su mano sobre su pierna - seguro que se salva.

La aragonesa sonrió amablemente y puso su mano sobre la de Paul.

- Eso espero. - respondió, un poco cabizbaja.

Unos pocos segundos después, se escuchó por fin el nombre del que se quedaría. Noto como su corazón latía velozmente y sus manos temblaban cuando oyó "Lucas" en alto. Le ganó la emoción y corrió hacia él junto a sus compañeros para abrazarlo. Ahora tenía aún más tiempo para disfrutar de su presencia, sus abrazos y besos, para poder disfrutar de él.

[ Después de la Gala, ya en la academia ]

- No sabes lo que te quiero, wachito. - le susurró la aragonesa al oído.

- Sos la mejor, boluda, - le abrazó - no sé qué habría hecho si me hubiera ido.

- Yo tampoco.

Se abrazaron durante un rato más mientras los demás se cambiaban. Habían hecho tantas cosas en tan poco tiempo, todo por el miedo a ser separados el uno del otro. Lucas se olvidaba de Clau cuando miraba directamente a los ojos de Naiara, se iba a otro universo, un universo en el cual solo ellos existían. Pasaba por sus cabezas el pensamiento de comerse en ese mismo instante, pero eso era totalmente imposible. El brillo de sus ojos hablaba solo, ¿sería verdad que el roce les hizo enamorarse más?

- Creo que deberíamos ir a cambiarnos, loqui. - propuso el uruguayo.

- Tienes razón. - bostezó - Además tengo un sueño que me muero.

Ambos anduvieron hasta donde estaban los demás y se cambiaron, aseándose y yéndose a la habitación. Ninguno de los quince podían sostenerse del cansancio, sabían que mañana empezaría un nuevo día y habría reparto de temas, así que decidieron dormirse nada más llegar. Naiara y Lucas volvieron a dormir juntos para celebrar que se quedaba el uruguayo, esta vez evitando algún tipo de toqueteo de parte de alguno de los dos.

¿Eran algo más o solo amigos?

La semana fue pasando rápido, y ellos tuvieron una relación de amistad durante todo el tiempo. Es como si nunca hubiera pasado nada entre ellos dos. Paul estaba extrañado, quería conocer la historia entera, pero sabía que eso no iba a suceder. Naiara y Lucas se buscaban con la mirada, como siempre, pero solo se abrazaban, incluso cuando las cámaras no los grababan y los micrófonos se desactivaban. Eso sí, el granadino notaba como el uruguayo ya no enseñaba el tatuaje de su pecho, lo que le parecía raro, ya que los primeros días estaba todo el día con el pecho al aire, orgulloso de los ojos de su novia.

Lo que Paul no sabía era que ellos dos se desahogaban en sus libretas, escribiendo letras de canciones que se inventaban. Se metían juntos a componer en el piano, y aprovechaban para enseñarse lo que escribían. Así nadie se enteraría, ni siquiera el granadino, que estaba atento a todo.

Llegó el viernes, el día que a casi nadie le gustaba porque estaban de bajón siempre, ya que gracias al tiempo libre pensaban demasiado en lo de fuera. Sobre todo Naiara, ella no paraba de pensar en su madre, sus hermanos y su abuela. Los echaba mucho de menos. Lucas era el único que se quedaba a su lado, achuchándola y calmándola cada vez que necesitaba un poco de apoyo emocional.

- ¿Hoy cómo andás, Nai? - le preguntó él, acariciando su mano.

- Bien... - le dio un sorbo a su café - Aunque podría estar mejor, la verdad.

- Bueno, boluda, al menos estás bien. - le sonrió.

- Lo sé, - le sonrió de vuelta - ¿y tú? ¿Cómo estás, Luqui?

- Yo bastante bien, ando con energía para todo, sobre todo para molestarte.

- Eres un idiota. - rio y le dio un suave golpe en el hombro, mirando al lado.

- ¿Te enfadaste, wachita? - preguntó con tono burlón.

- El coño de tu prima. - rio alto y se abrazó a él.

Se quedaron abrazados durante un rato, y unos minutos después apareció Alex y entró a la terraza. Se sentó al lado de ellos, iniciando una conversación. Bromeaba con Naiara a cada rato, lo que ponía celoso al uruguayo.

¿Por qué ando celoso de un tipo que se cogió a Denna en la ducha? - pensó - No sería capaz de ir a por otra, ¿o sí? ¡¿Éste no tenía novia o algo así?!

Lucas se metió de por medio y paró un poco la conversación entre el cordobés y la aragonesa, haciendo que el ambiente se tornara incómodo. Naiara notó que el uruguayo estaba celoso de Alex, así que comenzó a tontear más con el cordobés para ponerlo aun más celoso. Esto a Lucas no le agradó. Soportó durante unos minutos callado, hasta que agarró a la aragonesa del brazo y la llevó hasta las duchas con la excusa de tener que ducharse.

Entraron dentro, Naiara no podía evitar sonreír al pensar en que Lucas se había enfadado y puesto celoso solo por hacer esa pequeña tontería. Realmente le importaba ella.

- ¿Por qué hiciste eso? - preguntó, intentando ocultar su enfado.

- ¿Acaso eres mi novio? - respondió, pillando por sorpresa a Lucas - No, ¿verdad? Entonces puedo tontear con quien quiera. Tú tienes a Clau. - se cruzó de brazos.

La miró a los ojos, sin palabras. Se mordió el labio inferior y agarró la cintura de la morena, atrapándola con su brazo libre contra la pared.

- No lo soy, no. Pero, ¿no te parece mal aceptar esas cosas de un tipo con novia?

- ¿En serio me preguntas esto mientras me tienes contra la pared? - sonrió y puso sus brazos alrededor de su cuello - Que contradicción, Luqui. - dijo mientras lo miraba con ganas. Lucas calló, nervioso.

- No entendés... Yo... Yo no... - le interrumpió Naiara.

- ¿Tú no qué? ¿Tú no eres un infiel? - acarició su mejilla con su mano - Igualmente no importa, o mejor dicho, no te importa, ¿verdad, Luqui?

- ¡Si me importa! - se puso más nervioso aún.

- ¿Entonces por qué me haces esto? ¿Por qué te pones celoso? - preguntó.

- Mirá, hagamos un pequeño trato. - propuso Lucas. Naiara asintió, curiosa - Vamos a olvidar todo lo que hagamos acá, porque es obvio que nos tenemos re ganas, boluda, cuando salgamos haremos como si nada de esto hubiera pasado. ¿Qué te parece?

- ¿Y tu novia? Eso sigue siendo infidelidad, coño, ¿por qué entraste con novia, idiota? - dijo con rabia, sincerándose.

- Callá, nadie tiene por qué enterarse, Nai. - la mano que estaba en la pared se dirigió hacia la mandíbula de la aragonesa - Me acabás de demostrar que querés conmigo. - Naiara se sonrojó, era verdad, pero no quería admitirlo.

Gracias por leer el Capítulo 4. :)

Sé que no debería dejar el capítulo así, pero no quería que se hiciera muy largo. En el Capítulo 5 esto será continuado, ¿creéis que Naiara dirá que sí? ¿O creéis que dirá que no?

Chao, hasta el próximo capítulo. ;)

jejeje

astari

Corazón HambrientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora