Situación Extraña

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Después de que hablaran un rato por teléfono. Todo terminó con una risa y un "Voy para allá".

Lapis salió de su hotel de prisa, subió a su carro con rapidez, y se dirigió a la casa de Steven. Ella tenía muchas ganas de verlo, al igual que Steven. Ella quería convivir con el, y el quería convivir con ella. Y todo esto con solo apenas una noche y parte de un día de conocerse. Parecía tonto, pero no lo era en ese momento para ellos. Solo era por la compañía probablemente, el poder refugiarse un rato más de la realidad.

Una vez estando al frente de la casa de Steven. Lapis le marcó para avisarle que se encontraba ahí. No pasó ni un minuto para que el joven adulto de cabellera rizada, saliera con uno de sus suéters peculiares, y se subiera al carro de ella. Una vez dentro de este, Lapis lo observo por unos segundos y soltó una risita.

-Qué es lo qué pasa? -preguntó Steven curioso.

-No es nada -respondió con una leve sonrisa.

El joven adulto respondió a la sonrisa y hablo.

-Y bien. A donde iremos?.

-No he comido nada aún. Te apetece ir a cenar algo?.

-Seguro.

Fueron a cenar algo súper improvisado, rieron y hablaron de trivialidades que parecían tener sentido. Fueron al bar, en el que se vieron por primera vez, y ya para las 2:04 am. Se encontraban entrando los dos al hotel de Lapis.

Ya una vez adentro de la habitación de Lapis. Steven no dudó ni un segundo en darle una checada curiosa al lugar donde vivía aquella mujer.

-Oh vaya habitación -dijo Steven al ver todo elegante y bien ordenado -Imagine que lo tendrías todo desordenado.

-Imaginé?. No que no especulabas sobre la vida de los extraños? -preguntó mientras cerraba la puerta del cuarto y se sentaba en la orilla de la cama.

-Bueno solo llegue a imaginar eso -se tomo un pequeño silencio y luego hablo de nuevo -Este lugar se ve elegante, en qué trabajas?.

-Hago guiones de películas.

-Oh ya veo. Por eso estás en la ciudad?.

-Se podría decir que si -dijo mientras se quitaba las botas que tenía, y la sudadera que poseía.

-Entonces veremos una de tus películas?.

-No para nada -respondió mientras sonreía -Son una mierda mis películas.

-Dijiste que veríamos una película. Entonces que película veremos? -preguntó Steven, mientras se sentaba relativamente cercas de Lapis.

La mujer sonrío, se levantó de la cama, se dirigió a una de sus maletas y sacó una película con cierta emoción.

-Veremos esta -hablo con cierto animo, a la vez de que se la mostraba.

El joven melancólico miro la portada y hablo.

-"El Ciudadano Kane"?.

-Claro -dijo emocionada.

-De qué trata?.

-No la conoces?. Es una obra de arte para el cine.

-No la conozco. Yo soy más de libros que de películas la verdad.

-Pues te pierdes de mucho. Como sea, hay que verla y me dices que te parece.

Lapis encendió el televisor de su cuarto, puso la película en el reproductor de DVDs. Al terminar de hacer esto, se dirigió tranquilamente a un pequeño refrigerador, para que después hablara.

-Quieres algo de tomar?. Agua, cerveza, jugó, nieve?.

-Nieve?.

-Si. Nieve. Helado como le llames...

-No se te hace extraño con el frío?.

-Para nada. Se me hace extraño que lo preguntes.

Steven recordó la situación de hace horas con su esposa. Sobre el helado en el frío. Por lo que hablo con tono extrañamente decidido.

-Si dame un poco.

Lapis río un poco y hablo.

-Lo dices como si fuera todo un acto rebelde.

Los dos se acomodaron en la alfombra del cuarto, sentados al frente del televisor, mirando la película de principio a fin. La mujer melancólica, no dejo de decir comentarios sobre la obra de arte que tenían el honor de ver esa noche. De la dirección del grandioso Orson Welles, y del guión perfecto del film. Steven no entendía del todo al principio, pero pronto se contagió de lo maravillada que estaba Lapis, y todos sus comentarios les pareció sumamente importantes y bien argumentamos.

Pero hubo un momento en el cuál Lapis dejó de hablar. Se dedicó a mirar la película, y como si de un acto involuntario se tratara. Colocó su cabeza en el hombro de Steven, acomodándose junto a el. Los dos se quedaron en un silencio reconfortante.

Y extrañamente, por segunda vez en la semana. Los dos repentinamente sintieron gran pesadez en los párpados de sus ojos, soltaron pequeños bostezos y se sintieron cansados el uno junto al otro.

El insomnio pareció irse por momentos de sus vidas. Se sintieron conformes y no recordaron la realidad de la que huían siempre.

Steven volteó a ver a Lapis, que ahora yacía acurrucada en su hombro, como si de una pareja se tratará. Veía la película con una mirada de sueño y gran conformidad. De pronto, ella sintió la mirada de Steven, y también volteo a verlo. Los dos hicieron contacto visual y se regalaron una cálida sonrisa, honesta y sincera.

-Parece que pronto caerás dormido -dijo Lapis mientras le sonreía.

-Tu no te salvas -se levantó de donde estaba sentado, y después de un silencio hablo -debería volver, probablemente Conn...

De repente paro abruptamente de hablar. Lapis se había levantado igual y había abrazado de sorpresa a Steven con fuerza y calidez. Como si estuviera necesitada de cariño y el ciertamente también lo estaba.

-Puedes quedarte a dormir hoy conmigo? -murmuró Lapis con voz dulce.

•••

Los dos se encontraban acostados en la cama de aquella mujer. Estaban relativamente separados del uno y del otro. Se miraban con ojos cansados. Lapis sonreía inconscientemente y Steven se veía con cierta preocupación en su rostro. Estaba compartiendo la cama, con alguien más que no era su esposa. Esto lo desconcertaba, pero al mirar a aquella mujer sonreírle. Se le olvidaba completamente esa preocupación.

-Es extraño no? -murmuró Lapis.

-Que es extraño? -preguntó Steven, igual con voz silenciosa.

-Que dos extraños compartan una cama.

-Si... Si lo es la verdad, incluso para ti -dijo mientras sonreía.

Sonrío Lapis, y cerró los ojos. Para que después, todavía con los ojos cerrados, hablara de nuevo en tono cansado y relajado.

-Y te digo algo más extraño aún.

-Dímelo.

-No parece impórtame eso.

Steven se quedó en silencio y Lapis cayó profundamente dormida, al terminar de decir esas palabras salidas del alma misma. Se había dormido con una sonrisa, que luego se desvaneció al caer en el sueño.

El joven adulto se quedo mirándola un rato, para que después hablara en tono bajo.

-A mi tampoco parece importarme eso Lapis -se tomó una pausa larga y luego añadió -Incluso teniendo esposa. No parece importarme en lo absoluto.

Termino de decir eso, y igual como la mujer que dormía a su lado. Se quedó profundamente dormido. Perdido ahora en el universo de los sueños. Ya no se sentía solo. Se sentía bien y la melancolía era inexistente. Esto comenzaría a generar posibles conflictos en el futuro. Pero por ahora no importaba del todo. Agradecian Steven y Lapis, por haberse encontrase ese día en ese bar. Todos queremos que nos encuentren... lo difícil es dejarlo cuando nos encontramos.

Sentido de lo Correcto - (Lapiven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora