El teléfono suena

37 3 0
                                    

-Me voy a tardar un poco más en llegar.

-Enserio?.

-Oh... está bien Connie.

-Claro que está bien Steven, estoy fraternizando más con los ejecutivos y parece que ven mi potencial.

-Eso está muy bien amor.

-Lo se. Tú deberías de ser más como yo, deberías de aplicarte y tener algo de buena actitud, ser trabajador y persistente. Ni siquiera pareces mi esposo -se tomó una pequeña pausa y hablo -Oh jesus...

-Qué pasa?.

-Comenzó a llover por aquí.

-De verdad?.

-No te acabo de decir cariño?. A estado lloviendo mucho por aquí.

-Qué agradable.

-Qué cosa?.

-La lluvia. Siempre me gusto ver cuando llueve. No te han dado ganas de salir a mojarte alguna vez amor?. De caminar bajo la lluvia, tal vez tomarte un café o un...

-Has dormido bien? -hablo de imprevisto la joven mujer, interrumpiéndolo.

-Por qué lo dices?.

-Suenas como un loco. Estás en tus cabales Amor?. Para que mojarse?. Duerme algo te escuchas muy mal. Bueno me voy, luego te llamo y duerme Steven te hace mal no dormir.

-Si amor, te a... -no alcanzó a decir la última palabra, por qué le había colgado.

Guardo su celular, puso sus manos en su rostro, suspiró y hablo dándose ayuda así mismo. "Bien, bien, Steven contrólate" murmullo en su silenciosa habitación. Pensó qué tal vez hablando con su "querida" esposa lo ayudaría, pero no fue así para nada. Tres días sin Lapis, sin saber de ella, sin hablar con ella. Le resultó como si estuviese en una especie de infierno, ya no aguantaba más y tenía que verla, pero lo mismo lo detenía siempre. Ese sentido de lo que es correcto y de lo que no es, además de que se sentía estupido y pensaba en que estuviera resentida o tal vez ya no lo quisiera ver por todo lo ocurrido. Lo cual ciertamente no resultaba así en verdad.

El silencio del cuarto se vio interrumpido por el timbrar de su teléfono, alguien lo llamaba y al revisar de quién se trataba aquel joven hombre. Se quedó inerte mirando el número que reconoció de inmediato, sonrió con rostro triste. Solo para que luego se desvaneciera la sonrisa y sus ojos se cristalizaran, y con todo el dolor del mundo lo dejo timbrar sin contestar.

Aquel adulto se sentia completamente estupido, inservible y un desperdicio. No falta mencionar que las lágrimas se le hacían presentes casi todo el tiempo, como si se tratara de alguien débil con la autoestima destruída. Siempre preguntándose sobre la vida, sobre su felicidad y siempre recordando los momentos qué pasó con Lapis, los cuales no habían pasado hace mucho, pero los apreciaba demasiado más que cualquier otro, y solo recordándolos se hacían más duraderos, como si tuviera miedo a que se perdieran en el olvido, aunque careciera de sentido de momento a decir verdad. Todavía esos momentos se sentían aún muy vividos y la esencia era casi la misma pero obviamente no era la misma. Realmente se sentía bien cuando estaba con ella, realmente le gustaba escucharla, le gustaba verla y amaba compartir con ella.

Una vez más el timbre del teléfono sonó de nuevo, y el joven adulto al ver quién era nuevamente. Lagrimas se hicieron presentes en su rostro triste y sintió como un nudo en la garganta se le generaba.

-Lapis -apenas logró decir esto entre sollozos.

Miro como su celular sonanda y él seguía quieto. Le costaba contestar y a la vez le costaba no hacerlo. Vaya comportamiento extraño tenía Steven, hasta el mismo se decía que contestara, pero simplemente no podía, por lo que el teléfono siguió sonando, terminaba de timbrar y comenzaba a timbrar de nuevo y así pasaba lo mismo, unas veces más. Una vez logró agarrar el celular entre sus manos con intención de por fin contestar pero no contesto pudo. Una vez que sonó por quinta vez, el teléfono ya no volvió a timbrar. Una vez de que Steven se dio cuenta que no volvería a llamar aquella mujer, rompió en llanto de angustia.

Estuvo tan sumergido en una gran melancolía, que no fue a trabajar el día siguiente. Llego un momento que las lágrimas parecieron secárseles y se encontraba en constante incertidumbre acerca de Lapis. Si aún se encontraba en la ciudad o ya la había abandonado. Para el siguiente día el joven se propuso dejar todo e intentar seguir con su vida, la lluvia había abarcado toda la ciudad y durante el transcurso del día se encontro pensando en Lapis de nuevo. Arrepentido y deprimido. "Qué cobarde soy... Si con verla soy feliz, por qué no verla?" pensaba entre triste y enojado consigo mismo.

En medio de la noche, Steven se encontraba mirando el número de Lapis, como un acto tan simple como llamar a alguien, resultaba ser tan difícil para aquel hombre?. Resultaba ser compresible a caso?, o era una cosa absurda?.

Solo la respiración del joven se escuchaba en la soledad y oscuridad de su cuarto. En la atmósfera se podía sentir melancolía. Steven estaba a punto de dejar su teléfono de una vez e intentar dormir. Pero en todo ese silencio se escucho nuevamente el timbrar de su celular.

•••

"Por qué no contestas Steven?" pensó Lapis mientras con ojos tristes miraba su teléfono. Volvió a llamarle y no pudo evitar preguntarse cómo lo había hecho desde yacía varios días "De verdad lo incomode demás con lo del beso?". Al no encontrar respuesta de nuevo en su tercer intento de llamarle, se decidió por dejarle un mensaje de voz de una vez por todas.

-Steven... Me iré mañana y quería que habláramos un poco. Que siquiera nos pudiéramos despedir formalmente como amigos -dio un pequeño suspiro y después de un par de segundos de silencio, hablo -Y eso es todo... Por favor llámame cuando puedas...

La mujer dejo su teléfono en un mueble de su cuarto de hotel, miro el boleto de su avión y murmuro en el silencio de la noche. "Por qué me haces esto Steven?" solo para que después se dispusiera a dormir, aunque realmente no consiguiera dormir en toda la noche por pensar en Steven. E de igual que manera Steven no durmió por pensar en Lapis.

No se sabría decir si fue bueno que se encontraran o fue algo malo. Antes se sentían perdidos en constante búsqueda de algo.

Ciertamente la vida es una búsqueda, pero amenudo no sabemos lo que buscamos a decir verdad.

Sentido de lo Correcto - (Lapiven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora